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*Por Luisa Adame Elías, directora de HR Sustainable Impact en HR Ratings.
Los estándares a nivel global se establecen en torno a las taxonomías, las guías de reporteo, las certificaciones y las segundas opiniones (SPO). En la administración de los recursos destinados a este tipo de operaciones, es importante poner reglas eficaces para evitar su mal uso o simulación, por lo que un marco regulatorio sólido también enfrenta eficazmente las prácticas de Greenwashing.
Una de las estrategias de inversión responsable más utilizada son las inversiones de impacto, las cuales consideran los bonos verdes, sociales, sostenibles y ligados a la sostenibilidad.
En 2022, de acuerdo con cifras del Consejo Mexicano de Finanzas Sostenibles, el monto emitido de bonos etiquetados fue de 237,166 millones de pesos (mdp) lo cual representó un crecimiento de 27% con respecto a 2021.
En 2023, este monto va en 93,412 mdp. Sin embargo, existe mucha duda en el mercado por saber si los recursos realmente están siendo destinados a proyectos sostenibles o si estos proyectos están teniendo los impactos esperados de acuerdo con los compromisos anunciados por los emisores.
Partiendo de que el mercado de bonos temáticos aún no es regulado, es muy importante que sus participantes (emisores, bolsas de valores, evaluadores, estructuradores, etc.) se apeguen a los estándares más altos que hay, tanto en el mercado nacional como en el internacional.
México: Taxonomía Sostenible
Los principales estándares a nivel global se establecen en torno a las taxonomías, guías de reporteo, certificaciones y segundas opiniones (SPO).
Por un lado, con respecto al proyecto a financiar, es importante apegarse a las taxonomías para verificar si el proyecto tiene una contribución positiva sustancial.
En México, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) desarrolló la Taxonomía Sostenible, la cual define distintos objetivos ambientales y sociales relevantes, específicamente para nuestro país.
Cada objetivo cuenta con distintas unidades de medida y umbrales mínimos, que revelan si el proyecto es sustancial y que realmente tendría un impacto positivo importante en el futuro.
Transparencia, la clave
Por otro lado, en cuestión de la administración de recursos, es importante poner reglas para evitar su mal uso.
La creación de una cuenta específica o de un fideicomiso para los recursos provenientes de la colocación de un bono temático dan mayor transparencia para verificar que los recursos realmente son utilizados para financiar los proyectos elegibles.
De esta manera, se facilita el seguimiento de los recursos en cada desembolso, así como en sus inversiones temporales. Con esto se evitaría que los recursos sean invertidos en proyectos que tengan efectos negativos ambientales o sociales.
Por último, la información divulgada sobre el uso de los recursos y el impacto de los proyectos debe ser detallada, comparable, pública y altamente transparente para que los inversionistas estén informados sobre cada movimiento realizado en la transacción.
Este tipo de reportes deben incorporar los montos destinados a cada uno de los proyectos y detallar el impacto que se ha tenido con respecto al esperado.
Para ser más transparentes en los reportes se deben incorporar indicadores de desempeño que sean claros y detallar sus métodos de cálculo, así como evaluarse periódicamente.
Regulaciones efectivas
Sin duda, el desarrollo de una regulación (nacional e internacional) será más exigente con el paso del tiempo.
En lo que esto sucede, y para evitar caer en prácticas de Greenwashing, es indispensable que los emisores operen de la manera más transparente posible para que el mercado continue teniendo la confianza que se ha observado hasta ahora.
Actualmente, el SPO es obligatorio para que los emisores puedan colocar estos productos en las bolsas de valores.
¿Qué son los SPOs? son opiniones de terceros independientes que verifican -entre otras cosas-, el uso de los recursos y las metas ambientales y sociales establecidas en dos momentos: Antes de la emisión a través del Marco de Referencia y posterior a la emisión utilizando información observada en un plazo máximo de un año.
*Luisa cuenta con más de ocho años de experiencia en el Sector Financiero, iniciando su carrera profesional dentro de HR Ratings. Adicionalmente, tiene cinco años de experiencia en Finanzas Sustentables y es Certified Environmental, Social and Governance Analyst (CESGA) por el European Federation of Financial Analysts Societies (EFFAS).
Actualmente la ejecutiva es directora de HR Sustainable Impact en HR Ratings, donde analiza estructuras financieras temáticas y estructuras financieras ligadas a la sustentabilidad, el impacto sustentable de los proyectos financiados, así como el impacto de los objetivos de desempeño sustentable al que las entidades se han comprometido.
De igual forma analiza las entidades desde un punto ambiental, social y de gobernanza (ASG). Luisa es licenciada en Finanzas por la Universidad Iberoamericana (IBERO).
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