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La seguridad en el trabajo es un gran avance en las relaciones laborales, dando el valor que siempre debió tener el recurso humano, que es el más importante con el que cuenta una empresa. Simbólicamente, la protección a las manos de los trabajadores ha avanzado mucho en los últimos tiempos. Hay materiales nuevos y tecnologías de punta para confeccionar los guantes que garantizan mayor seguridad.
No es para menos, las manos de los trabajadores son las creadoras de la riqueza de las naciones, así que su cuidado social es indispensable. De allí que exista una gama muy amplia de opciones que los directivos de recursos humanos y suministros deben conocer para decidir cuál elegir. Por ejemplo, los guantes recubiertos de nylon que todos conocemos, tienen la capacidad de proteger contra golpes o riesgos mecánicos, pero permiten un muy buen control de objetos al tacto e incluso maniobrar para realizar montajes, ensamblajes o empaquetado sin mayores complicaciones.
De igual forma, los guantes se fabrican ya en todas las tallas necesarias para dotar a una plantilla laboral. Increíblemente, el gran avance en este rubro se dio también por la llegada de la reciente pandemia Covid-19, pues concientizó a los centros de trabajo de la necesidad de un manejo más adecuado de los insumos personales de trabajo y a los fabricantes los orilló a opciones de mayor calidad, fuesen de uso duradero o insumos desechables.
Como es obvio, los guantes se convirtieron en los últimos meses en compañeros inseparables de labores de limpieza, pero también para la manipulación de alimentos o en centros de atención directa a personas. Para los trabajos pesados, esto no es menos cierto.
En estos casos, se han difundido los guantes que adicionan materiales como el nitrilo, un compuesto aptos para casi cualquier tipo de manipulación de sustancias químicas. El guante suele estar recubierto de nitrilo sólido negro en palma, lo que hace que sea flexible, y elástico, pero muy resistente al corte, abrasión e incluso pinchaduras. Son perfectos para mantener las manos a salvo de bacterias, virus o sustancias contaminantes y nocivas. El resultado de su uso es un trabajador protegido que no pierde su desempaño ni habilidad.
La palma de nitrilo permite que el contacto a través del guante se sienta natural, muy similar en tacto.
Y, como en muchos rubros de la vida moderna, la globalización permite que diferentes hábitos de la seguridad industrial al otro lado del mundo nos lleguen con mucha rapidez. En el caso del guante tipo japonés con látex, significa el acceso a una práctica muy común en muchos países de desarrollo industrial temprano, pero que en algunos otros apenas se está introduciendo.
Un guante textil también debe contar con el nivel de seguridad industrial. Actividades en almacenes, empaquetados, armadoras de componentes automotrices o de electrodomésticos han mostrado que son actividades en donde esta protección a las manos encaja muy bien.
Al igual que en el caso del nylon, los textiles usados en la fabricación de guantes ha mejorado para no limitarla destreza del usuario y proporcionar un mejor agarre, pero incluso se han tornado más resistentes a la humedad y se han combinado con otros materiales en casos específicos.
Como puede verse a partir de estos senillos ejemplos, la seguridad laboral empieza por las manos, las extremidades que distinguen a los seres humanos del resto del reino animal. Protegerlas contra sustancias químicas, quemaduras, golpes o desgarres de la piel es parte del nuevo ideario laboral que debe estar presente en todo centro de trabajo.