El alza en las tasas de interés y sus canales para disminuir la inflación

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*Por Víctor Ceja Cruz, economista en jefe de Valmex
**En atención a nuestros lectores y al propio colaborador, es necesario puntualizar que el artículo fue hecho antes de la intervención de Silicon Valley Bank (SVB), evento que ha modificado ciertas expectativas en los mercados financieros, sobre todo, la trayectoria de las tasas de interés en Estados Unidos.

El actual ciclo de alzas en las tasas de interés en México inició en junio de 2021, es decir hace veintidós meses. De entonces a la fecha, la tasa de fondeo ha aumentado de 4 a 11 por ciento, ubicándose actualmente en un nivel claramente restrictivo, y la inflación aún no ha cedido.

Incluso se espera que las tasas continúen al alza, aunque en menor escala, posiblemente en un nivel de entre 11.50 y 11.75 por ciento, para permanecer ahí durante un periodo prolongado hasta que se registre un claro descenso en la inflación.

Estamos convencidos de que la inflación sí va a disminuir en virtud de la implementación de una postura monetaria restrictiva y del alza en las tasas de interés, pero también de que esta reducción llevará tiempo debido al rezago con el que opera la política monetaria, el cual se estima que es de entre uno y dos años.

Etapa de alzas

Debido a la duración del actual ciclo de alzas en tasas de interés muy pronto veremos su impacto, pero ¿cuáles son los canales de transmisión para lograr bajar la inflación?

Recordemos que la premisa básica de una postura monetaria restrictiva, al igual que la fiscal (alza en impuestos y recorte en gasto), es disminuir la demanda agregada y debilitar la actividad económica para bajar los precios.

Afectaciones al consumo: el encarecimiento del crédito es la consecuencia más palpable.

Aunque no es inmediato, un costo financiero más alto disminuye la demanda de financiamiento. Para fines prácticos, la tasa de fondeo es la referencia a partir de la cual se determina la estructura de tasas.

Si aumenta la tasa de fondeo, también aumentan las tasas de tarjetas de crédito, créditos personales, de nómina, para adquisición de bienes de consumo duradero e hipotecarios. Con el paso del tiempo, entre más dure el ciclo de alzas en tasas y más se prolonguen los niveles elevados, el consumo perderá dinamismo.

Esto será más evidente si la inflación no cede. Doble golpe a las familias: alta inflación y mayor costo financiero. El menor consumo se traducirá en precios más bajos.

Inhibidor efectivo

De hecho, el actual nivel de tasas ya está inhibiendo tomar créditos de la banca comercial. Cifras al mes de enero de este año muestran que el impacto más evidente se presenta en las empresas, aunque el crédito al consumo y a las viviendas también muestra moderación.

Desincentivo a la inversión productiva: Mayores tasas de interés limitan las renovaciones de líneas de crédito, dependiendo de la capacidad financiera y el nivel de apalancamiento de cada empresa.

Los nuevos proyectos de inversión también se retrasarán o cancelarán ante el hecho de que su factibilidad depende de la tasa interna de retorno que se utilice para descontar los flujos futuros, la cual, como regla general y simple, es de 2 veces la tasa de interés libre de riesgo, en el momento actual mayor al 20 por ciento.

Lo que se busca en un proyecto de inversión es ganarle con creces a la inversión en bonos del gobierno. Menor inversión implica menor crecimiento, menor demanda, y menor presión en precios.

Más impactos

Impacto en precios de otros activos financieros y “efecto riqueza”: El caso más evidente es que el alza en tasas de interés ha provocado una caída muy importante en los mercados accionarios, aunque también en otros mercados como las criptomonedas.

La gente con mayor poder adquisitivo es la que invierte en estos mercados. Al bajar el valor de sus acciones, o de otros activos, se produce un efecto de menor riqueza y, por ende, demandan menos bienes o postergan su compra.

Impacto en tipo de cambio: La apreciación de nuestra moneda se explica en buena medida por las altas tasas de interés y el diferencial que guardan con los rendimientos de los bonos estadounidenses, lo cual estimula la entrada de capitales a nuestro país.

Una moneda más fuerte abarata las importaciones, esto significa que bajan los precios de los bienes comerciables y de muchos servicios: tarifas aéreas, restaurantes, servicios personales, entre otros.

La fortaleza de nuestra moneda afecta, además, el flujo de remesas, una vez que se convierte en pesos, lo cual implica menor poder de compra de los receptores.

Impacto en las expectativas: Hasta ahora, las expectativas de inflación de corto y mediano plazo son elevadas, por arriba de las estimaciones del Banco de México, pero eventualmente tendrán que disminuir. Aquí influirá el nivel terminal de la tasa de fondeo y su permanencia durante un periodo prolongado, así como la debilidad esperada en la actividad económica. Las menores expectativas de inflación ayudarán de sobremanera a disminuirla.

En conclusión, creemos en la efectividad de la política monetaria para controlar y disminuir la inflación, pero hay que ser pacientes, dado el rezago con el que opera en sus diferentes canales de transmisión.

 

*Víctor cuenta con más de 35 años de experiencia en el sector económico y bursátil, y de análisis y planeación financiera y económica, planeación estratégica, análisis financiero de empresas y estudios sectoriales.

Desde hace 29 años forma parte del equipo de la casa de bolsa Valores Mexicanos (VALMEX), del Grupo BAL, en donde ha colaborado en la dirección de análisis. Actualmente se desempeña como Economista en jefe, por lo que es responsable del área de Análisis Económico.

Víctor ha ocupado diversas posiciones, entre ellas, Jefe de la División de Estudios Económicos en el Instituto Mexicano del Petróleo, y Coordinador de Estudios Sectoriales y Financieros en Celanese Mexicana, S.A. También ha sido consultor independiente para la elaboración de proyectos de inversión en Fomento Industrial Somex; Etla, Gobierno del Estado de Oaxaca y Mobil Oil de México.

El ejecutivo ha sido reconocido con varios premios y menciones honoríficas, entre las que sobresalen: Mejor Estudiante de México 1981; The Robert C Rogers Memorial Award 1982; Estímulos y Recompensas del Sector Público 1984 y el primer Reconocimiento a Analistas Económicos 2001, organizado por la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB).

Víctor es economista egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y tiene estudios de posgrado en Economía por la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, y la Universidad de Cambridge, Inglaterra.

 

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