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En su primera reunión de política del año, la Junta de Gobierno del banco central mexicano decidió elevar también todas sus proyecciones de crecimiento de inflación de 2023, para cerrar el año en niveles de 4.9%. Ahora el proceso de desinflación es más lento que lo previsto, resaltó
El máximo organismo de decisión monetaria del país, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico), determinó incrementar la tasa de interés referencial en 50 puntos base (pb), contra un consenso que había aceptado un alza menor, de 25 pb, en momentos de presiones inflacionarias, principalmente del índice subyacente, en el reporte de enero, con una inflación general que alcanzó una marca de 7.91%.
La tasa de interés interbancaria a un día colocó en 11%, con efectos a partir del 10 de febrero de 2023, agregó Banxico en su comunicado, donde destacó que con esta acción, la postura de política monetaria se ajusta a la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3%, dentro del horizonte de pronóstico.
Resaltó que, en lo particular, la decisión de política surge “ante la dinámica de la inflación subyacente” lo que hace necesario repetir la dosis del incremento en la tasa de referencia de la reunión de diciembre pasado y “a fin de estar en una mejor posición para hacer frente a un entorno inflacionario todavía complejo”.
“El componente subyacente, que refleja mejor la tendencia de la inflación, se situó en 8.45%, sorprendiendo al alza”, reconoció el Instituto sobre el resultado de enero de la medición que determina el comportamiento de los precios de bienes, mercancías y servicios a más largo plazo.
Destacó que en el periodo hubo un descenso “más lento que el previsto” en la inflación de las mercancías alimenticias y un repunte en la de los servicios.
Además, los integrantes del máximo órgano de decisión de política destacaron “un proceso de desinflación más lento de lo previsto” afectando los pronósticos para las inflaciones general y subyacente.
En consecuencia, la Junta de Gobierno ajustó al alza sus estimados de inflación para el primer, segundo y tercer trimestres de 2023, pasando de 7.5% a 7.7%; de 5.9% a 6.4%, y de 4.8% a 5.3%, respectivamente. Al cierre del año, de acuerdo con los nuevos pronósticos del banco central, la inflación del país colocaría en 4.9%, y desde el nivel de 7.91% alcanzado en enero pasado.
Respecto a la inflación subyacente, los estimados se incrementaron de 7.8% a 8.2% para el primer trimestre del año; de 6.7% a 7.3% para el segundo, y de 5.5% a 6.2% para el tercer trimestre. La tasa terminal subyacente, a su vez, pasó de 5.5% a 6.2% al finalizar 2023.
También hubo aumentos en las proyecciones de inflación de 2024 de 3.8% a 4.2%; de 3.4% a 3.7% y de 3.1% a 3.4% para el primer, segundo y tercer trimestre de ese año, respectivamente, para una tasa terminal de 3.1%.
Las previsiones, sin embargo, están sujetas a riesgos al alza, en primero orden por la persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; las presiones en los precios de energéticos o agropecuarios; la reapertura de la economía china y una depreciación cambiaria. También tomó en cuenta mayores presiones de costos.
En los riesgos a la baja de la inflación destacaron una desaceleración de la economía global mayor a la anticipada; una disminución en la intensidad del conflicto geopolítico, así como un mejor funcionamiento de las cadenas de suministro.
También figuraron un menor traspaso de algunas presiones de costos y un efecto mayor al previsto de las medidas del Gobierno Federal ante la carestía.
“El balance de riesgos respecto a la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza”, puntualizó.
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