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Si el comparativo se da contra noviembre de 2021, la facturación de los establecimientos al por menor creció a una tasa de 2.5%, en términos reales y con cifras desestacionalizadas
El comportamiento de las ventas del comercio al por menor en México dio un giro inesperado en noviembre, fecha cuando ocurre el programa anual de promociones el “Buen Fin”, que generalmente impulsa la facturación en el Sector. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dadas a conocer el viernes el indicador retrocedió en 0.2%, borrando el progreso registrado en octubre, de 0.7%.
También exhibieron un desempeño negativo las remuneraciones medias reales y el personal ocupado en estos establecimientos, con decrementos de 0.6% y 0.2%, respectivamente.
Frente a noviembre de 2021, sin embargo, la facturación de las empresas comerciales al por menor creció 2.5% en términos reales y con cifras desestacionalizadas, mientras que las remuneraciones medias reales lo hicieron en1.3%. En contraste, el personal ocupado en este tipo de unidades económicas disminuyó en 0.3% a tasa anual.
Con cifras originales, aquellas expresadas sin el efecto calendario y el indicador que sigue el mercado, las ventas minoristas subieron a un ritmo de 2.4% en términos anuales, y donde las remuneraciones medias lo hicieron en apenas 0.7%, contabilizando los últimos 12 meses hasta noviembre pasado.
Con cifras originales y a tasa anual, el renglón personal ocupado, en contraste, mostró una baja marginal de 0.3%, aunque hacia adentro del componente, el personal ocupado suministrado por otra razón social exhibió un desplome de 35.8%, de acuerdo con las cifras presentadas por el Instituto; el personal ocupado dependiente avanzó 2.8%, insuficiente para compensar la minusvalía.
De los 9 renglones que integran las ventas al por menor, 3 reportaron tasas negativas en su medición anual, liderando la lista el de “artículos de ferretería, tlapalería y vidrios”, con una caída de 7.6%, seguido por el renglón “exclusivamente a través de internet, y catálogos impresos, televisión y similares”, que bajaron 3% así como el de “abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco”, que lo hicieron en 1.6%.
En sentido contrario, las ventas de las tiendas minoristas con el mayor crecimiento anual estuvieron representadas por el renglón “artículos de papelería, para el esparcimiento y otros artículos de uso personal, con un repunte de 8.8%, seguido por el de “vehículos de motor, refacciones, combustibles y lubricantes”, con 4.9%.
El de “tiendas de autoservicio y departamentales” mostró un avance de 3.4% mientras que el de “artículos relacionados con la salud”, avanzó 2.6%.
Finalmente, las ventas al por menor relativas a “productos textiles, bisutería, accesorios de vestir y calzado” así como las de “enseres domésticos, computadoras, artículos para la decoración de interiores y artículos usados” presentaron las tasas más pobres de crecimiento anual, de 1.3% y de 0.6%, en cada caso.
Sin buen fin
Una nota del banco Bx+ indica que el resultado de noviembre en ventas minoristas marcó su cuarta caída mensual en seis lecturas, atribuible en parte a que la campaña del “Buen Fin” de 2022 tuvo una duración menor a la de las dos ediciones anteriores, mismas que se extendieron con el objetivo de estimular el consumo tras los primeros estragos de la Pandemia provocada por el Covid-19.
“La variable continuará perdiendo fuerza durante el 2023, debido a una inflación -aunque moderándose- todavía elevada, condiciones financieras restrictivas, la desaceleración esperada en el empleo y posibles afectaciones en la confianza del consumidor”, destacó.
El área de análisis económico del banco Banorte puso énfasis en la contracción en vehículos y gasolina de 2%, así como el retroceso de las ventas por internet, esta última “bastante sorprendente” dado que cayó por segundo mes consecutivo, a pesar de los vientos a favor por los descuentos del programa anual de promociones; para el inicio del 2023, indicó, “anticipamos que las ventas minoristas extenderán su desaceleración”.
“Usualmente, los consumidores son más cautos al inicio de año después de grandes gastos durante los feriados. Lo anterior sumado a una elevada inflación y más señales de un menor dinamismo económico, nos hace creer que los niveles de confianza (del consumidor) podrían bajar, añadiendo más precaución a su comportamiento”, aseveró.
Hacia adelante, sin embargo, señaló que una inercia acentuada y presiones en precios más moderadas, donde destaca el “alivio” en rubros energéticos, especialmente en gas LP, “podría implicar que el consumo se mantenga resiliente”.
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