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El pasado 2 de enero, por mayoría de votos, la ministra Norma Piña fue electa para relevar a Arturo Saldivar, convirtiéndose en la primera mujer en presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ante este hecho histórico, la ahora ministra presidenta pronunció un discurso con una clara inclinación hacía el feminismo y la perspectiva de género.
Después de dirigir algunas palabras hacia sus compañeros y poner en claro lo que representaba para ella la designación del cargo, Piña destacó que esta labor significaba una doble responsabilidad: la de representar a sus compañeros y compañeras y, al ser la primera mujer que preside este máximo tribunal, representar también a las mujeres.
Esto, tomando en cuenta el contexto mexicano, enfoca las miradas hacia la poca perspectiva de género con la que, hasta el momento, pudo haber llevado a cabo sus tareas el máximo tribunal, que si bien cuenta con la participación de ministras, nunca había tenido a la cabeza a una mujer que ha vivido en carne propia las desigualdades de género.
1.- Techo de cristal
Posteriormente, la ministra reconoció la importancia del voto de sus compañeros y compañeras para romper “lo que parecía un inalcanzable techo de cristal”.
Este último concepto se ha vuelto de dominio publico a raíz del auge del movimiento feminista, sin embargo fue empleado desde finales de los años ochenta para referirse a la barrera invisible que impide a las mujeres altamente calificadas, alcanzar puestos de responsabilidad en las organizaciones en las que trabajan. Todo esto, como resultado del sistema patriarcal.
Históricamente, el área de derecho se ha compuesto, en su mayoría, por hombres, una cuestión que ha resultado en leyes que siguen teniendo tintes machistas y patriarcales y, al mismo tiempo, en un gremio que, en ocasiones como producto de las ideas machistas que permean en la sociedad mexicana, le da más relevancia al aspecto físico de sus compañeras que a su ideas.
Del mismo modo, en este gremio las mujeres, desde siempre,se han enfrentado a un techo de cristal; han formado parte de una marcada minoría en la conformación del máximo tribunal, algo que también se ha visto reflejado en los diversos órganos jurisdiccionales del país.
Sin embargo, a partir de 1961, con la designación de Cristina Salmorán de Tamayo como la primera ministra en la SCJN, México ha avanzado en la inclusión de las mujeres al interior de los organos de justicia, hasta llegar a tener a una mujer como ministra presidenta, la cual ha prometido trabajar todos los días, desde su trinchera, por un país mas justo y sin violencia contra las mujeres .
2.-Acompañada, respaldada, acuerpada
La ministra presidenta Norma Piña también expresó sentirse “acompañada, respaldada, acuerpada” por todas las mujeres que la apoyan’, fue este último término el que acabó por definir la inclinación de su discurso, pues se sabe que el concepto acuerpar ha sido utilizado por los colectivos feministas en los últimos años.
Acuerpar, desde las distintas teorías feministas, hace referencia a la colectividad de los cuerpos femeninos, al acompañamiento. De acuerdo con distintas autoras, acuerpar es hacer comunidad con otras, lo cual involucra procesos de cuidado, resistencia y acompañamiento en procesos que no son pasivos, que llaman a la acción..
“Acuerpar es hacer la palabra abrazo, sin ser este decir una concesión poética, la sonoridad de la palabra toca otro cuerpo sin dejar del todo el anterior”.
3.- Arrinconan nuestra cultura patriarcal
Por último, la ministra agradeció a las mujeres que no se han dado por vencidas en sus distintas áreas laborales, “que no se han cansado de intentar cambios, que poco a poco arrinconan nuestra cultura patriarcal”.
Con esta frase, Piña puso de nuevo al centro de su discurso el tema que ha causado polémica en México desde hace algunos años: la lucha feminista, que busca, como ella misma mecionó en noviembre, un piso parejo, igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Actualmente, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay 22.9 millones de mujeres trabajando, 11.6 millones menos que el número de hombres, quienes también reciben 14% más de sueldo al mes, lo cual se debe precisamente a estructuras patriarcales que poco a poco, con la lucha constante de las mujeres, están desapareciendo.
Por otro lado, con esto la ministra también dejó claro que sabe en qué lugar se encuentra México respecto a inclusión de género, campo laboral y derechos humanos. En este sentido, al decir “honro a las que ya no están”, de alguna manera la ministra hizo referencia a las mujeres desaparecidas y asesinadas en México, la mayoría víctimas de feminicidios.
El proyecto de la minista presidenta Norma Piña
Bajo esta ruta, en su proyecto de trabajo la ministra Piña ha establecido como uno de los puntos principales el diseño e implementación de medidas adicionales en materia de género, pues asegura que “no existe impartición de justicia si no se realiza con perspectiva de género”.
En dicho apartado estableció que “la aplicación de la perspectiva de género en el Poder Judicial de la Federación no podrá llevarse a cabo si no cuenta con las siguientes cinco condiciones:
- Valor para hacer frente al acoso sexual y a la violencia de género
- Paridad especialmente en puestos de alta responsabilidad que rompa los techos de cristal
- Resupuesto suficiente para concretarse
- Pericia en la materia
- Respaldo administrativo para gestionar las políticas necesarias
Del mismo modo, Piña aseguró que se buscará incrementar, como parte de las acciones afirmativas, los concursos específicos para mujeres como operadoras de justicia a fin de alcanzar la paridad y disminuir la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.
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