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En sus perspectivas económicas mundiales de octubre, el organismo había actualizado el PIB de México a 2.1% para 2022 y a 1.2% para el próximo año
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseveró el miércoles que América Latina y el Caribe observarán una tasa de crecimiento de 3.5% en este año, pero a medida que se den los efectos de un pleno endurecimiento de las condiciones financieras mundiales debido a la restricción en la política monetaria para contener la escalada inflacionaria, el crecimiento de la Región perderá el ritmo.
“En medio del endurecimiento monetario y financiero global, y la consiguiente desaceleración del crecimiento global y el debilitamiento de los precios de las materias primas, el crecimiento en la región está a punto de desacelerarse a 1.7 por ciento en 2023 o 0.3 puntos porcentuales por debajo de lo pronosticado en julio”, resaltó.
La inflación más alta en dos décadas que padece la zona retrocedería gradualmente “ayudada por la acción decisiva de los bancos centrales de la región”, aseguró también el organismo en su Perspectiva económica regional del hemisferio occidental: Navegando por condiciones financieras globales más restringidas, presentado hoy en Santiago de Chile.
En la actualización de sus perspectivas económicas mundiales presentadas en octubre pasado, el FMI ajustó el PIB de México de 2.1% a 2.4% para el cierre de 2022, y pese a que mantuvo su expectativa de un 1.2% respecto a julio, amplió el retroceso frente abril, cuando el pronóstico de crecimiento del próximo año colocó en 2.5%.
México reportaría tasas de inflación de 8% al concluir este año, un nivel no visto desde el año 2000, y de 6.3% para el cierre de 2023.
“La política monetaria debe mantener el rumbo y evitar una relajación prematura, mientras que la política fiscal debe centrarse en fortalecer las finanzas públicas y proteger a la población vulnerable del choque inflacionario”, advirtió el FMI en su informe sobre las economías de la zona.
En su actualización presentada este miércoles, el organismo insistió que además de las repercusiones de la Pandemia y la invasión rusa de Ucrania, un tercer shock queda claro: el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales que “ahora está dando forma a las perspectivas de la región”.
Pasado reciente
Después de una fuerte contracción en 2020, la mayoría de las economías de América Latina y el Caribe exhibió una fuerte recuperación a lo largo de 2021 y principios de 2022, apoyados por la recuperación mundial, la normalización de los sectores de servicios y condiciones externas favorables, incluidos los altos precios de las materias primas.
El fuerte impulso a principios de año condujo a una revisión al alza del crecimiento en la región al 3.5 % para 2022, medio punto porcentual más que lo proyectado en la perspectiva de julio.
Sin embargo, las presiones inflacionarias se acumularon y se generalizaron en toda la región. “En Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, la inflación alcanzó recientemente un máximo de dos décadas del 10 por ciento”, refiere el organismo.
La inflación sigue siendo alta y se espera que retroceda solo gradualmente gracias a la rápida respuesta de las autoridades monetarias de la región, afirmó.
“Los riesgos a la baja dominan las perspectivas y se derivan de condiciones financieras más estrictas, una desaceleración mundial más pronunciada y una inflación arraigada.
“Una fuerte caída en los precios de las materias primas y el malestar social también son riesgos importantes para la región”, resaltó.
