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El presidente dijo desconocer que la Sedena adquirió el software de espionaje Pegasus, como lo revelan las filtraciones de los hackers Guacamaya.
El presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó que, si existen pruebas de que su gobierno adquirió software para espiar a periodistas u opositores —como demuestran los documentos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional— que éstas se presenten a la Fiscalía General de la República (FGR).
Como se recordará, luego de que el grupo de hackers identificado como “Guacamaya” filtrara una gran cantidad de información sobre el gobierno de López obrador, han trascendido también muchas de las operaciones de las fuerzas armadas.
Específicamente, trascendió que la Sedena adquirió el software “Pegasus” para espiar a periodistas y opositores, ya en el sexenio de López obrador. Esto, cuando la empresa NSO —de origen israelí— solo vende esta tecnología a gobiernos para investigar casos de terrorismo o acciones así de graves.
Cuestionado al respecto en la conferencia de prensa matutina, el presidente López obrador aseguró que no sabía si la Sedena adquirió el mencionado software.
Sin embargo, negó que su gobierno espíe a civiles e incluso conminó a los medios que han denunciado esta situación a que, si tienen pruebas, las presenten ante la FGR y esperen a que esa autoridad resuelva.
Explicó que “he estado leyendo sobre esta denuncia y, la verdad, no hay elementos. No tendríamos porqué”.
Incluso matizó que la Sedena no hace espionaje “sino inteligencia, que es distinto”, aunque tampoco explicó la diferencia entre uno y otro concepto.
De hecho, una vez más acusó de estas filtraciones a una campaña en contra de su gobierno, emprendida por el gobierno de Estados Unidos —que financia a organizaciones supuestamente opositoras—, a empresarios que han sido obligado a pagar impuestos en esta administración y a los partidos de oposición.
Incluso acusó a la representante del portal Animal Político de aplaudir a los anteriores gobiernos, siendo que ese medio de comunicación fue el que reveló el escándalo conocido como “La Estafa Maestra”.
Por Raúl Castro-Lebrija