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*Cristina Morales Álvarez, directora de Análisis e Inversiones, VALMEX
En economía se habla de “ciclos económicos” o de “ciclos de negocio” como algo muy natural y de lo que todos sabemos; sin embargo, esa no es necesariamente la realidad. En principio, vale la pena señalar que los países atraviesan distintas fases económicas a lo largo del tiempo; la más conocida y en la que se enfocará esta columna es la de recesión, pero hay otras, como la recuperación, la expansión o la desaceleración.
Coloquialmente se dice que una economía entró en recesión cuando se registran dos trimestres consecutivos de caída en el Producto Interno Bruto (PIB), aunque formalmente esto no es del todo correcto. La Oficina de Análisis Económico de EE. UU. (NBER, por sus siglas en inglés) define una recesión como “una disminución significativa de la actividad económica que se extiende por toda la economía y dura varios meses, normalmente visible en el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y las ventas”.
Pero, ¿es posible anticipar una recesión? En realidad, es una labor complicada y son eventos poco usuales, si consideramos que, desde 1940 hasta la fecha, en Estados Unidos han ocurrido 13 en total. Además, cada recesión ha sido provocada por una combinación de diferentes factores como: caídas en los precios de las materias primas, fuertes alzas en las tasas de interés, inflaciones de doble dígito, estallidos de burbujas financieras, entre otros. No obstante, en todas las recesiones hay un elemento en común que las anticipa: una curva de rendimientos invertida (es decir, que la tasa de interés de corto plazo es más elevada que la de mayor plazo, digamos 3 meses contra 10 años). Como atajo, en economía se utiliza este elemento en común para estimar la probabilidad de que una recesión esté próxima.
Naturalmente, la razón de esta columna es mencionar que la probabilidad de una recesión en Estados Unidos se ha incrementado de manera considerable en un horizonte de entre 12 y 18 meses, es decir, para mediados o finales del 2023 como resultado posible de una política monetaria más restrictiva por parte de la Reserva Federal que busca combatir niveles de inflación no vistos desde 1981. Por supuesto, una recesión en Estados Unidos incrementa la probabilidad de que también ocurra en México.
Ahora bien, ¿cómo podemos prepararnos para una recesión?, lo primero que podemos hacer es pagar deuda de manera anticipada; esto significa que en el futuro reduciremos el pago de intereses mensuales, lo que nos ayuda a liberar recursos para cubrir otras necesidades. Claramente, debemos evitar el incremento en el nivel de deuda que tenemos y cuidar al máximo el uso excesivo de los meses sin intereses, ya que, si no los utilizamos de forma ordenada, se pueden acumular de manera importante.
La segunda acción es aumentar el nivel de ahorro. Por desgracia, una de las consecuencias comunes de la recesión es el aumento en el desempleo, por lo que siempre es conveniente contar con un buen nivel de ahorro para pagar nuestras cuentas por dos, seis e incluso 12 meses. Cuanto más ahorremos, menos posibilidades habrá de que tengamos que recurrir al uso excesivo de las tarjetas de crédito, pedir prestado a amigos o familiares o vernos en la necesidad de vender artículos de valor.
Por último, en la medida de lo posible, debemos hacer un consumo más inteligente. Es necesario poner más atención al diferenciar lo que queremos, frente a lo que realmente necesitamos. Si revisamos nuestro presupuesto, podemos decidir qué tipo de compras eliminar o qué consumo es posible posponer, como viajes o cambio de algún electrodoméstico. Aprender a vivir con menos es la clave para poder enfrentar una recesión.
*Cristina tiene más de 15 años de experiencia en el sistema financiero, gestión de inversiones, análisis económico, administración de riesgos, entre otros. En 2020 asumió el cargo de Directora de Inversiones y Análisis en VALMEX y es responsable de las áreas de análisis económico, operación, así como de estrategias de inversión.
Es profesora de asignatura en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) donde imparte la materia de Administración de Portafolios de Inversión a nivel licenciatura y maestría. Asimismo, se ha desempeñado en diversas posiciones dentro de VALMEX, entre las que destacan: Subdirectora de Optimización de Portafolios de Inversión, Gerente de Administración de Riesgos y Administración Institucional y Analista de Economía.
Cristina es Licenciada en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), cuenta con una Maestría en Finanzas otorgada por la misma institución y realizó el Programa Ejecutivo de Stanford y el Programa Directivo BAL.
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