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Al cierre de 2022, las participaciones federales obtenidas por entidades y municipios del país repuntará 10%, un récord respecto a los últimos 5 años.
El crecimiento en la recaudación de impuestos tributarios y no tributarios en México se tradujo hasta abril en acentuados incrementos en las participaciones que la Federación dirige hacia los estados de la República, con una tasa 21% mayor a la de igual lapso de 2021.
La escalada que se reporta hasta el primer cuatrimestre del año abre la perspectiva de que el alza en la recaudación federal participable (RFP), donde se toma en cuenta los recursos provenientes del Fondo de Estabilización de las Entidades Federativas (FEIEF), repunte también a un ritmo de dos dígitos al cierre de 2022, de acuerdo con un documento de la firma Moody´s Local.
“Proyectamos que este crecimiento -provocado en parte por la alta tasa de inflación- hará posible un incremento de casi 10% en las participaciones durante 2022, por encima de la tasa promedio de 6.1% observada durante los últimos cincos años”, resaltó el análisis.
Entre 2020 y 2021, y afectada por la crisis derivada de la Pandemia Covid-19, las participaciones federales en México registraron un aumento marginal de 1% anual.
Impulsadas por el fuerte aumento en los ingresos de la mezcla mexicana de exportación, en virtud de elevados precios del petróleo en los mercados internacionales a partir de febrero pasado, el derrotero de la recaudación federal participable en México ha cambiado el rumbo, radicalmente.
El crecimiento nominal de 21% de las participaciones entre enero y abril, además, está ayudando a contrarrestar las presiones crediticias que surgieron durante los últimos dos años en varias entidades federativas de México, donde las participaciones avanzarán en un promedio de 10% también durante 2023.
La recaudación federal participable (RFP) se compone de ingresos federales tributarios y no tributarios, mismos que se comparten con las entidades federativas y los municipios a través de las participaciones.
Impacto inflacionario
Moody´s Local alerta que si bien el sector sub-soberano (estados y municipios) del país se beneficiará de la “aceleración” en los ingresos recaudados por el Gobierno entre 2022 y 2023, a un ritmo no observado antes de la Pandemia y ante el crecimiento de las participaciones (transferencias federales no etiquetadas), la inflación, en niveles no vistos en dos décadas, por su parte, generará presiones en el gasto.
Las presiones provendrán principalmente de rubros como el de servicios personales, materiales, servicios generales y transferencias a organismos descentralizados, que son altamente sensibles a la inflación.
La presión alcista en precios, además, limitará la mejora en el desempeño operativo y financiero de las entidades federativas mexicanas, y su propia liquidez.
Es decir, el gasto limitará el margen de mejora de los resultados operativos y financieros de los estados y municipios mexicanos.
“Para 2022-2023, proyectamos que la mediana del balance operativo de los estados calificados será de alrededor del 4.1% de los ingresos operativos, y del 11.4% para municipios calificados.
“En ambos casos, representa una leve mejora respecto a los resultados observados en 2020-2021”. De esta forma, el gasto incremental provocará que la mejoría en el desempeño operativo y financiero de las entidades no sea significativa, bajo un nuevo escenario que incluye tasas altas de inflación y bajas tasas de crecimiento económico, que llegaron para quedarse.
