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La contracción de la economía de EU en el segundo trimestre repercutiría en el ritmo de crecimiento del PIB de México, con impactos hasta el 2023.
Los datos más recientes sobre la marcha de la economía de Estados Unidos ampliaron el temor de que la primera economía mundial, principal socio comercial de México y el mayor generador de las remesas que llegan al País, coloque en la antesala de una recesión el próximo año.
En México en esta semana se publicarán el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) de abril y las cifras adelantadas de mayo, además del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de abril, clave para entender la trayectoria del PIB.
Ayer, en una entrevista con CBS News, la presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, Estados Unidos, Loretta Mester, dijo que la inflación tardará dos años más en ceder al objetivo del Banco Central estadounidense de un 2%, hacia el 2024. Mester también mencionó que no pronosticaba una recesión para EU, a pesar de la caída de 1.4% a tasa anual que sufrió el PIB durante el primer trimestre, y en el entorno actual de altas tasas de interés frente a una inflación que parece incontrolable.
La postura de la funcionaria, en línea con otros miembros de la FED, difiere cada vez más de la percepción del mercado. Citi Research afirmó este lunes que a la luz “de distintos modelos económico-financieros” propios “hay una probabilidad del 50% de tener una recesión en algún punto de los próximos doce meses” en EU.
La mayoría de los indicadores económicos sugieren un importante freno a la actividad desde el segundo trimestre.
“No descartamos que el PIB vuelva a caer en el periodo abril-junio y que la recesión económica llegue antes de lo previsto”, advirtió el grupo financiero Invex.
En México, el viernes próximo se esperan los resultados del IGAE de abril, donde el consenso anticipa un crecimiento mensual de 0.6% con cifras desestacionalizadas, el doble de 0.3% de marzo, y justificado en parte por el efecto calendario de la Semana Santa.
En EU, los datos publicados el jueves pasado contribuyeron a desatar nuevos temores sobre una recesión económica: la Producción Industrial de mayo exhibió un avance de 0.2% a tasa mensual contra el 0.4% esperado, con una caída de 0.1% en las manufacturas, rompiendo con tres meses de crecimiento contino.
El reporte de inicios de construcción de vivienda de mayo, por su parte, exhibió un declive 14%, rebasando con creces la caída de 2.6% esperada por economistas encuestados por el sistema Dow Jones.
El índice empresarial de la FED de Filadelfia de junio también reportó una lectura negativa de 3.3 puntos menos, su primera caída desde mayo de 2020, cuando estaban sucediendo los primeros estragos de la Pandemia Covid-19.
La batalla frontal contra la inflación de los bancos centrales liderados por la FED con tasas presionadas al alza implica un enfriamiento de la economía, hacia una desaceleración, pero la magnitud y el lapso que perdure en una tasa referencial persistentemente alta puede derivar en recesión.
En una colaboración periodística publicada este lunes, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) mencionó que después de la sacudida de los mercados financieros de las últimas dos semanas, el “siguiente paso se dará a través de los ajustes presupuestales que los gobiernos deberán realizar para enfrentar el mayor costo financiero provocado por el alza en las tasas de interés”.
Los pronósticos de De la Cruz incluyen la previsión de una recesión en EU, lo que impactará la actividad industrial estadounidense con claras repercusiones en las exportaciones mexicanas; “se frenarán y con ello el motor de crecimiento que ayudó a la economía mexicana, un escenario que se vinculará con el alza de las tasas de interés que el Banco de México aplicará en los meses por venir”, dijo.