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El organismo criticó que, mientras el gasto en salud, educación y seguridad pública se reducen, el gobierno gasta 85,000 millones de pesos para subsidiar gasolinas, lo que afecta directamente a las clases más desprotegidas..
Aunque el manejo de las finanzas públicas es relativamente prudente, en su composición continúa siendo determinado por los objetivos políticos del gobierno a costa de otras necesidades sociales evidentes, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP)..
En lugar de “dedicar más recursos a necesidades de sectores claves para el bienestar social, como mejorar las condiciones de la educación después del cierre de escuelas, la escasez de medicinas y las enormes deficiencias del sector salud, la precaria situación de la seguridad pública o reactivar la inversión en la deficiente infraestructura pública, se continúa privilegiando el gasto hacia objetivos políticos”.
El organismo explicó que, en el primer trimestre del años, los programas gubernamentales de Bienestar crecieron un 44.8% anual, mientras que el turismo creció 207 por ciento.
“El primer caso se explica por la creciente cantidad de recursos destinada a los programas asistenciales del gobierno federal, y el segundo refleja principalmente el gasto destinado al Tren Maya”, detalló
En contraste, continuó, “el gasto en rubros sociales fundamentales estructural y coyunturalmente es deficiente. En el primer cuatrimestre del año el gasto en salud se contrajo 16.2%, en educación 23.6% y en Seguridad Pública y Protección Ciudadana 0.9%. En este último la disminución en abril fue de 22.6% anual”.
Lo anterior, “muestra claramente las preferencias del gobierno en favor de sus programas y proyectos a costa de necesidades evidentes para la sociedad. Los rubros preferidos tienen características electorales más que evaluaciones que los justifiquen”.
El CEESP criticó, particularmente, el subsidio a los combustibles para compensar los incrementos en los precios internacionales del petróleo, producto de la guerra en Ucrania.
“Además de altamente regresivo —beneficia a los que menos lo necesitan— dispone de una elevada cantidad de recursos que podrían canalizarse a programas y proyectos más rentables socialmente”, alertó.
En los primeros cuatro meses del año la exención del IEPS al precio de los
combustibles “implicó un gasto de aproximadamente 65,000 millones de pesos. Pero a partir de marzo se aplican estímulos complementarios a Pemex y a los importadores privados. En el primer cuatrimestre estos estímulos alcanzaron poco más de 20,000 millones de pesos”.
“Así, el costo total por el subsidio a los combustibles en los primeros cuatro meses del año fue de 85,000 millones de pesos. Si esta cifra simplemente se anualiza, el costo para todo el año sería de aproximadamente 300,000 millones de pesos”, concluyó el CEESP.
Por Raúl Castro-Lebrija