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El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, siente cada vez menor control sobre la inflación a corto plazo, dicen funcionarios, por lo que busca las formas de compensar el riesgo político del alza en los precios, en los meses previos a las elecciones de noviembre.
Los datos de la semana pasada mostraron que la inflación sigue en máximos de 40 años, aunque ligeramente por debajo de un pico anterior, al pasar del 8.5% de marzo, a un nivel de 8.3% en abril.
La economía y la gestión de Biden son temas importantes para los votantes, y reducir el costo de la carne, la gasolina y otros productos básicos es una forma clave de que los demócratas puedan defender el control del Congreso en las elecciones de mitad de mandato de noviembre, dicen los estrategas, de acuerdo con información de la agencia Reuters firmada por Trevor Hunnicutt, y reportes adicionales de Howard Schneider.
La capacidad de cualquier presidente estadounidense para reducir los precios a corto plazo en los mercados mundiales, desde el petróleo hasta los cereales, sin embargo, es limitada, señalan los asesores de la Casa Blanca.
La influencia sobre los cuellos de botella de la cadena de suministro relacionados con los confinamientos en China por el Covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania, que están haciendo subir los precios, están aún más fuera de su alcance, de acuerdo con los testimonios recabados.
El Gobierno espera que la inflación se desacelere desde su ritmo vertiginoso a medida que avance el año, dijeron los asesores, pero no a un nivel que se considere aceptable.
En respuesta, la Casa Blanca, que hasta hace poco describía el aumento de la inflación como algo transitorio, ha desarrollado una estrategia de tres puntas: actuar tan agresivamente como pueda sobre los precios, que cree que puede impactar en los márgenes; subrayar los efectos de la inflación a partir del papel del presidente ruso Vladimir Putin y la Pandemia, y criticar a los republicanos, sugiriendo que sus políticas económicas serían peores.
El cambio de mensaje se produce después de que algunos demócratas dijeron a la Casa Blanca que reaccionaba con lentitud frente al problema político de la inflación.
Más realistas
Los demócratas sostienen que es demasiado pronto para saber si el nuevo mensaje influirá en los votantes. “Hubo un exceso de promesas y una falta de cumplimiento”, dijo Jason Furman, profesor de economía de la Universidad de Harvard y ex asesor principal del presidente Barack Obama. “Ahora los mensajes son más realistas”.
Los estrategas políticos dicen que es importante que Biden comunique empatía y acción, incluso en ausencia de buenas opciones, ya que un partido republicano dividido se une en torno a atacar al presidente por la “Bidenflación”.
Los republicanos culpan el plan de rescate de Biden, de 1.9 billones de dólares, y a otras políticas “de impulsar la inflación”, aunque los precios en la primera economía mundial empezaron a saltar antes de que el mandatario asumiera el cargo, mientras que el fenómeno ha sido global.
Mensajes y decretos
Por su parte, la Casa Blanca de Biden ha criticado a las empresas por llevarse a casa beneficios récord y realizar recompras de acciones mientras cobran precios elevados.
También ha intentado aumentar la competencia en sectores como el de la carne, por lo que se ha asociado con minoristas para des presionar las cadenas de suministro en puertos y ferrocarriles, y ha liberado petróleo de las reservas estratégicas para intentar bajar los precios.
La estrategia de la Casa Blanca de cara a las elecciones del 8 de noviembre es identificar aquellos decretos que puedan aliviar a los estadounidenses que luchan contra los altos costos de sus facturas y compras de bienes y servicios.
Las futuras acciones podrían abarcar desde el alivio de los préstamos estudiantiles, hasta suspensiones temporales de los impuestos a la gasolina durante las vacaciones, así como subsidios a la asistencia sanitaria.
Otras posibles medidas, especialmente el recorte de los aranceles a la importación, reducirían un poco los costos, aunque están plagadas de riesgos políticos propios, y podrían no alterar de forma significativa la dinámica fundamental de la inflación, dijeron funcionarios.
Migrantes y política
¿Qué está fuera del menú? La reforma de la inmigración. Biden propuso un amplio paquete de reformas en 2021 que habría permitido que más trabajadores cubrieran la escasez de mano de obra nacional, que ha hecho subir los salarios y los precios, pero la legislación no ha conseguido avanzar en el Congreso.
Las políticas restrictivas de inmigración adoptadas bajo el gobierno anterior fueron mantenidas por Biden, incluyendo las restricciones del Covid-19.
Los cambios de política impidieron la entrada de unos 3.4 millones de inmigrantes más en Estados Unidos entre 2016 y 2021, según los cálculos del Banco de la Reserva Federal de Kansas City, lo que contribuyó a la escasez de trabajadores.
Biden seguirá haciendo hincapié en el papel que desempeña la Reserva Federal de EU (FED) en el control de los precios, dijeron los funcionarios. También subrayará su apoyo a la medida del banco central de subir fuertemente las tasas de interés.
Además, tiene previsto destacar el impacto inflacionario del bloqueo a las exportaciones de grano ucraniano por parte de Rusia, y lo que, según él, es el costo necesario de aislar a Putin con medidas como la restricción del uso del petróleo ruso, aunque aumenten los precios para los estadounidenses.
Mientras tanto, los demócratas seguirán diciendo a los votantes que los republicanos no tienen planes políticos serios. Los republicanos no han respaldado ninguna recomendación detallada para hacer frente a la inflación, pero apoyan el recorte de impuestos y el déficit presupuestario, así como la flexibilización de las regulaciones para los productores de petróleo y gas.
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