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Las minutas de la reunión de política monetaria que sostuvieron los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) el 23 de marzo pasado, publicadas este jueves, revelan que la mayoría de los funcionarios destacaron que entre los riesgos al alza para la inflación figuran la persistencia del índice subyacente en niveles elevados, presiones inflacionarias externas derivadas de la Pandemia y mayores presiones en precios agropecuarios y de energéticos por la guerra en Ucrania.
“Algunos agregaron la posibilidad de una depreciación cambiaria” devela el documento publicado por el Banco Central, donde la palabra depreciación y su relación con la economía doméstica se pronuncia en cinco ocasiones, en una de ellas sobre su impacto en los mercados financieros; sobresale también que uno de los funcionarios notó que las mayores presiones en los precios de los alimentos tienen altos costos sociales, que podrían afectar las expectativas de inflación en las familias.
Otro observó el riesgo de contaminación en las revisiones de los salarios contractuales ante la elevada inflación, tanto observada como esperada, y ante las revisiones salariales mecánicas por encima de la inflación.
“Indicó que mayores ajustes no previstos en la tasa de referencia en Estados Unidos podrían incrementar el riesgo de una depreciación cambiaria” se expone.
A su vez, uno de los funcionarios del Instituto Central consideró que el riesgo de presiones en los precios de los energéticos está acotado debido a la política de precios internos sobre el gas y la gasolina, y que, pese a la política mencionada, los incrementos en el precio del petróleo no implican un deterioro para las Finanzas Públicas.
Las minutas derivadas de la reunión del 23 de marzo, y anunciadas hasta el siguiente día por esa ocasión, refrendan que la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno indica que el balance de riesgos para la inflación en el horizonte de pronóstico se ha deteriorado nuevamente y se mantiene sesgado al alza.
Uno puntualizó que ello se debe a la posibilidad de que los efectos del conflicto geopolítico sean mayores a lo previsto, mientras que otro consideró que las tensiones geopolíticas constituyen una nueva fuente de incertidumbre para la inflación.
“Uno advirtió que el escalamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania podría añadir riesgos acotados para la estabilidad del sistema financiero nacional.
“Indicó que hacia delante no se descartan episodios de depreciación y alta volatilidad en los mercados financieros por el entorno de incertidumbre global que persiste”, revelaron la minutas.
Si bien la expectativa de la Junta de Gobierno es que la convergencia a la meta de 3% se alcanzará ahora hasta el primer trimestre de 2024, el documento indica que los riesgos a la baja para la inflación, en voz de uno de los funcionarios, se daría por una disminución en la intensidad del conflicto bélico.
Que, dadas las condiciones de holgura, las presiones de los costos y las revisiones salariales no presionen los precios; que los precios de los energéticos sean menores a lo previsto; y derivado de una apreciación cambiaria.