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Ucrania es uno de los principales productores de gas neón, insumo fundamental para los láseres que son utilizados en la fabricación de chips.
Los dos principales proveedores ucranianos de neón, que actualmente producen cerca de la mitad del suministro de este componente clave para la fabricación de chips, han detenido sus operaciones frente al ataque ruso, cada vez más agudo. Esta situación amenaza con subir los precios y agravar la –ya de por sí alta, desde que inició la pandemia– escasez de semiconductores.
Las empresas ucranianas Ingas y Cryoin son las principales proveedoras de neón de grado semiconductor en el mundo. Según cálculos de Reuters basados en cifras de las empresas y de la firma de investigación del mercado Technet, estas empresas proveen alrededor del
45% al 54% del gas empleado para fabricar dichos chips.
Mientras las tropas rusas han intensificado sus ataques en ciudades de toda Ucrania, según información de representantes de la compañía contactados por Reuters, ambas empresas han tenido que cerrar sus operaciones.
Esta noticia impacta profundamente a la producción mundial de chips semiconductores, que ya escasea desde que inició la pandemia debido a las restricciones de importación que han restringido la cadena de producción de teléfonos móviles, computadoras y automóviles.
No es la primera vez que el sector y los fabricantes de chips afrontan una crisis similar. En 2014, durante la anexión de la península de Crimea, se registró un episodio de escases que provocó que los precios se dispararan hasta un 600%.
Aunque las estimaciones sobre la cantidad de existencias de neón que tienen los fabricantes de chips varían, la producción podría verse afectada si el conflicto se prolonga, según Angelo Zino, analista de CFRA.
“Si las reservas se agotan en abril y los fabricantes de chips no tienen pedidos cerrados en otras regiones del mundo, es probable que se produzcan más restricciones en la cadena de suministro y que no se pueda fabricar el producto final para muchos clientes clave”, dijo
Antes de la invasión, Ingas producía entre 15,000 y 20,000 metros cúbicos de neón al mes para clientes de Taiwán, Corea, China, Estados Unidos y Alemania, de los cuales alrededor del 75% se destinaba a la industria de los chips, dijo Nikolay Avdzhy, director comercial de la empresa, en un correo electrónico enviado a Reuters.
La empresa tiene su sede en la asediada Mariúpol, ciudad que fue atacada el miércoles pasado por las fuerzas rusas.
El Ministerio de Economía de Taiwán, sede del mayor fabricante de chips del mundo, dijo que las empresas taiwanesas ya habían hecho preparativos avanzados y tenían “reservas de seguridad” de neón, por lo que no veía ningún problema en la cadena de suministro a corto plazo.
Sin embargo, los fabricantes de chips más pequeños sí pueden verse más afectados, según Lita Shon-Roy, presidenta de Techcet.
“Los mayores fabricantes de chips, como Intel, Samsung y TSMC, tienen un mayor poder de compra y acceso a inventarios que pueden cubrirlos durante períodos más largos, 2 meses o más”, dijo. “Sin embargo, muchos otros fabricantes de chips no disponen de este tipo de colchón”, añadió.
Shon-Roy señaló además que han empezado a circular rumores de empresas que intentan acumular existencias. “Esto agravará el problema de la disponibilidad del suministro”.