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El gobierno del presidente López Obrador trabaja en una propuesta que busca aprovechar los problemas en las cadenas de suministro provocados por la pandemia, para arrebatar plantas manufactureras a los países asiáticos.
Obligado por la pandemia de Covid-19, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador prepara lo que podría considerarse su primera aportación real al modelo económico mexicano.
Y no se trata de regresar al modelo de sustitución de importaciones que tuvo su auge durante los sexenios de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo. Se trata de aprovechar los problemas en las cadenas de suministro generados por la pandemia, para que México y Norteamérica puedan ser mayores receptores de Inversión Extranjera Directa (IED).
Desde el surgimiento del modelo globalizador se volvió común que un corporativo repartiera sus operaciones en diversos países.
Las oficinas centrales se encontraban en una nación, los procesos de ingeniería se desarrollaban en una segundo y la manufactura se llevaban a cabo, fundamentalmente, en economías emergentes donde la mano de obra es más barata.
Sin embargo, tras la suspensión de actividades de 2020, muchas empresas han enfrentado problemas de saturación e incremento en costos por parte de las navieras, para transportar mercancías, lo que ha generado desbasto e inflación.
De hecho, un reciente informa de BBVA señala que, si bien los problemas en las cadenas de suministro parecen haber tocado techo, esta situación todavía estará vigente.
Al respecto, el gobierno de López Obrador prepara una propuesta para que esos procesos de manufactura que las empresas transnacionales realizan en países asiáticos, se hagan en México y en la región de Norteamérica.
La propuesta, por principio, permitiría reducir el déficit comercial que sostiene Norteamérica con Asia.
“México, en particular, tiene un déficit muy fuerte con Asia de productos que se podrían fabricar en México y la prueba de eso lo vivimos durante la pandemia y la postpandemia cuando no podíamos tener acceso a productos básicos como electrodomésticos, partes automotrices y ya no hablemos de electrónicos”, ha señalado el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Según el secretario, la medida ayudaría no solo a México sino a Norteamerica, dado el nivel de integración de las plantas ubicadas en Estados Unidos con las que se encuentran en territorio mexicano, para el consumo interno y el mercado de importación
“Es un proyecto que vamos a destacar en las próximas semanas en Estados Unidos, con el sector público, con el sector privado. No necesitamos ser proteccionistas con tarifas o permisos a la importación; lo único que necesitamos hacer es demostrarle a la industria que el flete de Asia ya se quintuplicó y que la carga en los puertos del Pacífico de los Estados Unidos está atorada”, añadió el funcionario.
El gobierno de López Obrador busca desarrollar dos regiones, con un enfoque de atracción de industria.
Por un lado está el Istmo de Tehuantepec, donde se instalará el corredor ferroviario, con diez parques industriales y una importante cercanía entre el Golfo y el Pacífico.
La segunda es el Norte, donde ya hay una importante cantidad de parques industriales cuando muchas empresas están buscando una relocalización de sus operaciones en el largo plazo.
El titular de Hacienda sabe de lo que habla. Desde el sector privado desarrolló el modelo para que Ford Motor Company abriera su planta de Hermosillo; la misma que debió parar actividades en noviembre pasado por falta de insumos como consecuencia de la pandemia.
Por Raúl Castro-Lebrija