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El 2020 fue un año de crecimiento para las empresas de tecnología financiera, lo que ha obligado a los bancos tradicionales a ofrecer productos similares a los de sus nuevos competidores.
*Daniel Casillas
La pandemia por Covid-19 vino a cambiar el mercado financiero y bancario en todo el mundo, debido a que han empezado a cobrar mayor importancia y popularidad los servicios que ofrecen nulo contacto físico, operaciones vía internet y el uso de la tecnología, como es el caso de las fintech.
El término fintech es la contracción de las palabras finanzas y tecnología y se refiere a la tendencia de implementar avanzadas tecnologías digitales para optimizar las actividades de la industria financiera.
En esta industria naciente, las empresas usan la tecnología para brindar servicios financieros de manera eficiente, ágil, cómoda y confiable. Este nuevo mercado incluye actividades de financiamiento digital que han surgido fuera de los sistemas bancarios establecidos y los mercados de capital tradicionales.
“Por medio de la tecnología puedes ofrecer servicios mucho más rápidos eficientes y tener un mayor alcance”, dijo a Fortuna Mara Echeve, directora comercial y co-fundadora de Lidh, una fintech especializada en productos financieros para mujeres.
Impulsadas por la pandemia
Durante el año pasado, con el inicio de la pandemia, las empresas fintech fueron impulsadas por el cambio en los patrones de consumo debido a las restricciones impuestas por la contingencia, las cuales privilegiaban la digitalización de las actividades comerciales y la adopción de tecnología.
Así, tanto las empresas como los consumidores encontraron en las empresas de tecnología financiera una alternativa de medios de pago, financiamiento e incluso inversión con la que no tienen que salir de casa y pueden tramitar servicios financieros desde una aplicación de teléfono inteligente.
Este impulso vino a acelerar el crecimiento que ya registraban estos productos. De acuerdo con cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en los últimos tres años, el volumen de captación de estas empresas se ha triplicado en Latinoamérica y el Caribe, y México es el segundo mercado más grande de la región (detrás de Brasil) con un valor estimado de captación de 536.8 millones de dólares.
En el caso específico de México, de acuerdo con el reporte de BBVA Situación Sectorial Regional México del segundo semestre de 2021, durante 2020 el número de fintechs en el país creció 12% anual al pasar de 394 emprendimientos a 441, mientras que el volumen de captación de recursos aumentó 51% del 2018 al 2020.
Estos datos demuestran que los cambios en los patrones de consumo del mercado mexicano favorecieron a las fintech en un contexto adverso para muchas de las actividades comerciales e incluso para la economía del país.
Pero además de las condiciones en el mercado generadas por la pandemia, las empresas de tecnología financiera han resultados atractivas para los usuarios debido a que ofrecen sus servicios sin la necesidad de acudir a una sucursal bancaria, ni de realizar trámites engorrosos para acceder a un producto financiero tan básico como una tarjeta de débito o crédito.
“Lidh es un producto con el que no tienes que hacer filas, con el que ni siquiera tienes que salir de tu casa, bajas una app, tramitas tu tarjeta en un par de minutos y te llega a tu casa en menos de 72 horas”, destaca Echave.
Movimientos en el mercado
La llegada y el reciente crecimiento de estos productos ha comenzado a modificar o por lo menos a mover el mercado bancario y financiero en México, al que ahora debe adaptarse la banca tradicional.
“La pregunta es qué va a hacer la banca para sumarse a esta nueva tendencia, porque, por lo que nosotros observamos, sabemos que las fintech están ganando mercado”, dijo en entrevista Miguel Antonio Lagarda Ramos, jefe de operaciones de crecimiento en Bayonet, empresa dedicada a la prevención de fraudes por medios digitales.
De hecho, este movimiento en el mercado ha comenzado a observarse en la presencia de nuevos productos ofrecidos por bancos tradicionales, que son muy parecidos o tienen características propias de las fintechs.
“Muchos bancos están comenzado a ofrecer productos muy parecidos a los lanzados por las fintech”, agrega Lagarda Ramos.
Grandes bancos como Citibanamex, HSBC, Santander y Scotiabank lanzaron recientemente tarjetas de crédito que pueden ser contratadas de manera digital, son enviadas al domicilio del cliente, no cobran anualidad y están apoyadas por una aplicación, características que fueron introducidas por las empresas de tecnología financiera desde hace un par de años.
De esta forma, la banca tradicional busca competir con los nuevos jugadores del mercado, que, como demuestran las cifras, han comenzado a despuntar en el sector y a atraer un número nada despreciable de nuevos calientes.
Sin embargo, aún con el crecimiento registrado en los últimos dos años, el volumen de captación de recursos de estas nuevas empresas sigue siendo bajo comparado con el sector bancario tradicional, ya que, de acuerdo con el estudio de BBVA, no representa ni el 2% de los depósitos que capta la banca comercial.
La importancia de la seguridad
Además de una mayor captación de recursos, las fintech tienen diversos retos que superar, especialmente en materia de seguridad, debido a que las transacciones por internet pueden generar ciertos riesgos específicos.
“Es un mercado que no puede ser considerado como peligroso, pero que sí conlleva una serie de retos adicionales en materia de seguridad a los que tienen que adaptarse y unos de los más grandes son los que se presentan a la hora de hacer transacciones por internet, como es el robo de identidad, el fraude directo con las tarjetas o contracargos que pueden llegar a perjudicar a la empresa o incluso al cliente”, detalló Lagarda Ramos.
El representante de Bayonet considera que para mejorar la seguridad de las fintech tiene que haber una cultura de seguridad entre los empleados para evitar malas prácticas, deben contar con proveedores o programas que les ayuden a verificar puntualmente la documentación de sus solicitudes de nuevos clientes y contar con procesadores de pago fiables.
Pese a estos retos y que su captación de recursos aún es baja, comparada con la banca tradicional, las empresas de tecnología financiera han comenzado a mover el mercado bancario y financiero mexicano y existe optimismo sobre el futuro entre quienes las impulsan.
“Los nuevos jugadores sí estamos revolucionando el mundo financiero que conocíamos de antes y es una gran oportunidad para estar desarrollando todo el tiempo servicios que dejen a los usuarios mucho más contentos y satisfechos”, concluyó Mara Echeve.
*Periodista, egresado de la Maestría en Periodismo Económico de la Escuela Carlos Septién.
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