La historia de la descabellada propuesta que hizo Alejandro del Valle al SAT para pagar deuda de Interjet

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Fue en diciembre de 2020 cuando en el Servicio de Administración Tributaria (SAT) recibieron una extraña propuesta para cubrir los adeudos que la aerolínea Interjet tiene con el fisco: la entrega de un gran inventario de cubrebocas que se encuentran en una bodega propiedad del empresario Alejandro del Valle quien junto con Carlos Cabal Peniche prometió a los trabajadores de la aerolínea fundada por la familia Alemán regularizar la situación tributaria de la empresa y pagar los salarios atrasados.

La propuesta se recibió con sorpresa ante el SAT porque Del Valle no habría presentado los documentos que avalen el ingreso legal y regular al país de los millones de cubrebocas con los que buscó pagar los pasivos fiscales de Interjet.

En una reunión con trabajadores de Interjet, Del Valle dijo a los trabajadores de la aerolínea que ofreció al SAT un “pago en especie” de los productos que comercializa su empresa – sin precisar qué tipo de insumos – para cubrir los adeudos que tiene la firma y que corresponden a 2017,2018 y 2019.

“Con el SAT se hizo ya una propuesta de pago con producto de otra de nuestras empresas para poder sacar adelante los impuestos y estamos por recibir la respuesta de ellos”, dijo Del Valle a los trabajadores de Interjet, de acuerdo con una nota publicada en El Economista y por su reportero Alejandro de la Rosa.

En efecto,  el SAT recibió la propuesta del presidente de la firma HBC Internacional y le respondió que, lo analizarían, pero que antes era necesario que acreditara la propiedad y el pago de impuestos correspondientes, incluyendo el Derecho de Trámite Aduanero. Del Valle, según me confirmaron, no logró acreditar el pago de impuesto ni el ingreso de millones de cubrebocas. Del Valle también estaría siendo investigado por contrabando porque ya se sigue la línea de investigación sobre cómo llegaron a esa bodega tal cantidad de cubrebocas en medio de la pandemia y de la creciente necesidad de contar con esos insumos para el sector salud. Son tantas las mascarillas que Del Valle calculó que eran suficientes para cubir la deuda de Interjet con el SAT.

Del Valle aseguró a las autoridades del SAT que hacia la propuesta de la entrega en especie para cubrir los adeudos de Interjet con la mejor intención de liberar de ese pasivo a la aerolínea dado que, por el momento, no había logrado vender tal cantidad de cubrebocas. Así como lo lee usted, Del Valle es un empresario que, en medio de una pandemia, no logra vender cubrebocas. Extraño, sin duda.

En el periódico Excélsior, la columnista Anabella Pezet escribió en abril de este año, justo cuando inició el confinamiento a causa de la pandemia y cuando el nombre de Alejandro del Valle no aparecía relacionado con la crisis de Interjet, que este personaje se ostenta como presidente internacional de la Cámara de Comercio Intercontinental de Houston y que en el mercado de cubrebocas ya se le ubicaba como el principal especulador de la venta de mascarillas  KN95 de la marca 3M. En abril, cita Pezet, los cubrebocas que tenían un costo – antes de la pandemia – de 13 pesos llegaron a venderse a 300 pesos. Poco a poco, el mercado se ha ido regularizando pero en aquel momento el nombre de Alejandro del Valle surgió entre los especuladores.

“Afuera de las oficinas de esta Cámara de Comercio, ubicadas en Río San Joaquín número 7, en Naucalpan, Estado de México, se pueden encontrar camiones blindados de transporte de valores con dinero en efectivo, supuestamente de clientes interesados en comprar las mascarillas, incluyendo gente de gobierno. Afuera también esperan decenas de personas que esperan ser recibidas por los principales operadores de Del Valle, Guillermo Zermeño, Francisco Lugo y Rafael N”, escribió Pezat.

El SAT, además de percibir como irregular la operación propuesta por Del Valle, confirmó que el supuesto empresario simplemente no ha podido acreditarse como accionista de Interjet. No hay acta de asamblea ni modificación en el acta constitutiva de la aerolínea que lo acredite como socio de la firma aérea. Así, será la familia Alemán la que deba responder ante el SAT.