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A lo largo de esta pandemia, y gracias a que hemos estado en Home Office, he tenido la oportunidad de dar consultorías e incluso colaborar con empresas de otros sectores ayudándoles con su estrategia de Marketing Digital para hacer crecer su negocio.
En este tiempo, he podido ver varios proyectos tanto crecer como lamentablemente, pasar por varios baches que impiden su crecimiento o los está llevando al lado opuesto del objetivo inicial que era crecer. Yo misma, con mi emprendimiento estoy transitando por ese valle donde los esfuerzos parecen no rendir los frutos que uno esperaría, pero donde decides no quitarte del camino.
A raíz de esto y de un reciente curso que comencé a tomar de Growth Hacking, he logrado ver más claramente cómo el sector del emprendimiento en nuestro país es más un deporte extremo en el que no sabes qué puede pasar no en un año, sino la
siguiente semana o al día siguiente, y muchas veces, esa incertidumbre se debe no solo al entorno externo, social, político o económico de nuestro país, sino al plan de negocio o a que, ese plan de negocio sólo dice “VENDER”.
Claro, la finalidad de tener un negocio es vender, ganar dinero, crecer, pero para que todo eso sea posible, necesitamos el tesoro de todo negocio que son clientes.
Se dice fácil, pero la realidad es que encontrar a tus clientes ideales, que ellos te encuentren a ti y que sepas llegar a ellos es una historia muy diferente pues, cuando solo ves tu negocio bajo el lema de vender y tus clientes son solo una venta y un número para ti, ya perdimos el sentido humano que es el que nos lleva a entender al cliente, entender el problema que yo resuelvo con mi producto o servicio y a encontrar a ese cliente que puedo ayudar en el lugar y momento exacto.
Con esto no quiero decir que sea solo culpa del negocio, del plan, de los emprendedores, etc., pero también hay otro punto que podríamos dejar pasar por alto o que en medio de la necesidad de generar clientes, dejamos de lado y es que, hay muchas personas allá afuera con conocimientos de marketing que sí, están buscando clientes porque finalmente también ese es su objetivo, pero proponen sin siquiera conocer a detalle el negocio y el objetivo del negocio, proponiendo los mismos caminos que ya conocen para conseguir clientes para sus clientes, a través de redes sociales, campañas digitales o contenido.
Lo anterior no está mal, sin embargo, hacer marketing, ayudar a un negocio, empresa o emprendimiento a tener su propia estrategia de marketing va más allá de solo proponer una campaña o hacer una parrilla de contenido.
Del otro lado tenemos (y lo digo porque me ha tocado vivirlo), a una startup o emprendimiento del tamaño que sea, que se cierra en lo que cree que debe generarle clientes y dinero, y a pesar de que llevando a cabo su plan de negocio, no funciona y no genera los resultados esperados una, otra y otra vez, se resiste a hacer las cosas diferentes para obtener resultados diferentes, pese a que se le digan los puntos débiles sobre los que se podría trabajar para crecer.
Pensar fuera de la caja es lo que ayudará a un negocio a crecer, y seguramente nunca será un camino fácil, aunque ese negocio tenga ya años de existir, siempre habrá cosas que mejorar, objetivos que renovar, nuevas propuestas por probar, nuevas formas y canales de adquirir clientes, ideas novedosas para mantener a los
clientes actuales, nuevos procesos por probar y optimizar, otra forma de digitalización y de vender, y la lista puede ser interminable.
Al final, tener un emprendimiento en la teoría es como tener una receta de cocina donde una pizca de cualquier ingrediente puede hacer un cambio enorme. Y en la práctica es salir diario a realizar un deporte extremo donde los riesgos están presentes, pero la satisfacción de llevarlo a cabo no tiene precio.
Por: Sara Sandoval Picazo, Gerente de Marketing de Prestadero.com
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