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Lidh es una fintech mexicana que está preparada para dar servicios financieros a las mujeres desde este mes, convencida de las fortalezas distintivas del género: compromiso con su entorno, y una capacidad innata de poder administrar los dineros de una casa, de una familia, de un negocio.
La pandemia desatada por el Covid-19 no inhibió sus planes, sino que animó el proyecto ante la transformación de los hábitos de consumo, que colocó en el centro la comunicación digital para millones de personas
La fintech ha hecho comunidad con un grupo de 10,000 usuarias, con el objetivo de mejorar sus finanzas y proporcionarles herramientas que mejoren su economía; durante julio de este año está lanzando una tarjeta de débito diseñada inclusive para poder dar rendimientos, y donde se pueden realizar transferencias en 80,000 puntos o tiendas de conveniencia, así como los pagos de servicios como luz, agua o teléfono.
En una segunda etapa, Lidh busca robustecer el concepto de Market Place de servicios financieros y proporcionar crédito a los segmentos de nómina, personales, y posteriormente créditos empresariales enfocados a la pequeña y mediana empresa.
Las caras visibles de la firma son cinco mujeres, entre ellas Bárbara Arredondo y Mara Echave, lo que contribuye a ese 35% de mujeres que forman parte de un equipo directivo relacionado con las fintechs o startups de tecnología financiera en América Latina, cuando la media global es de sólo 7 por ciento.
El primer lanzamiento que realizarán en este mes busca innovar el significado de tarjeta de débito, que generalmente no da rendimientos a los clientes, con fórmulas donde a través de este ahorro tradicional, la plataforma digital tenga la capacidad de hacerlo, a lo que se sumará el factor de disponibilidad inmediata.
En el caso del siguiente módulo, el de servicios crediticios, y bajo el principio probado que el 99% de las mujeres en México pagan sus créditos, Lidh pretende ofrecer tasas diferenciadas, con una tasa de interés menor para ellas, bajo la garantía de que el cumplimento de pago es alto.
El equipo lo integra también Tonatiuh Salinas, empresario y director de Lidh, cuyos orígenes personales y de formación profesional derivó en este enfoque de atender una parte de la población tradicionalmente excluida de los servicios financieros.
En entrevista, afirma que las herramientas de Lidh gozan de un entorno que pone en relevancia la educación financiera, de identificar aquellos productos financieros que serán de utilidad para cada persona.
No solo tarjeta rosa
Según la última encuesta de inclusión financiera realizada en México, con cifras de diciembre de 2019, el número de cuentas de ahorro y préstamo tradicionales suma 73.2 millones, donde 36.040 millones son de mujeres y 37.124 millones son de hombres, lo que no refleja una brecha significativa, aunque el saldo promedio es de 19,162 pesos, para el caso de las mujeres, frente al de 22,867 pesos de los hombres.
Salinas indica que la tarjeta de Lidh no solo cataloga como rosa por su vocación de atender al segmento femenino, sino que plasma valores como el reconocimiento y la libertad económica para ellas, lo que aún no florece en varias economías.
Refiere que en uno de sus trabajos en el Sector Público, más vinculado con la banca especializada y de servicios financieros, un programa creado para jóvenes en general resultó en un portafolio de 3,700 millones de pesos (mdp), mientras un plan de crédito para mujeres lanzado un año después resultó en un portafolio de 17,500 mdp, es decir, 6 veces más grande.
Salinas menciona en la entrevista que la presentación de su primera oferta en el mercado, la tarjeta de débito, comienza con una usuaria
entrañable, su madre, que sin escolaridad alguna supo llevar las riendas de un negocio de madera establecido en Michoacán, reanimando a su padre, quién había sido el capitán del proyecto.
A sus 80 años, la madre de Salinas realiza ya sus transacciones con el plástico de Lidh.
“No se trata que sea una tarjeta rosa y ya está. Se trata de cumplir expectativas que aprendimos tienen las mujeres, primero de reconocimiento; de seguridad y de libertad económica, de sentirse parte de una Comunidad”, dice.
Las primeras 10,000
Salinas dice que el talento de un equipo de profesionales donde predominan las mujeres ha hecho posible identificar las necesidades financieras de sus primeras 10,000 usuarias.
“Nos preocupamos de que tengan finanzas sanas; no quiero vivir de cobrar tasas de interés o cobrar super comisiones por los servicios, sino que ordenes tu vida financiera porque va a ser una usuaria mucho más valiosa para nosotros si te damos esas herramientas”, señala.
La fórmula para que la tarjeta de débito, hoy en proceso de la distribución general y la descarga de la aplicación, ofrezca una rentabilidad será un mecanismo ya integrado en la plataforma digital, que se encargará de distribuir el presupuesto mensual de las usuarias en diversos “sobres” que darán un rendimiento.
El próximo producto de la firma, la tarjeta de crédito, tendrá una tasa de interés 12% menor para las mujeres ante un componente de riesgo de incumplimiento mucho menor.
El ejecutivo indica que esta primera etapa del negocio está siendo financiada por el esquema Friends & Family y las aportaciones de sus socias principales, pero asegura que una plataforma tan potente como Lidh, va por más.
“Estamos hablando con fondos de inversión institucionales, para
decirles que lo que era una idea, ya se convirtió en esto; que estamos abriendo mercado”.
La pandemia que trajo la mayor recesión en el País en 8 décadas tampoco los detuvo; “para nosotros fue muy importante empezar desde ahorita”.