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Los precios que pagan los consumidores estadounidenses registraron en junio el mayor aumento desde 2008, superando todas las expectativas de los mercados y exhibiendo que los mayores costos asociados a la reapertura de la economía siguen estimulando las presiones inflacionarias.
El índice de precios al consumidor en Estados Unidos vio un aumento de 0.9% en junio y se elevó a 5.4% a tasa anual según datos del Departamento del Trabajo publicados el martes.
Las cifras de inflación del sexto mes del año resultaron casi del doble de lo esperado, con una inflación subyacente con su mayor avance desde 1991, impulsada por el alza de los precios de los autos usados, destacó hoy en un reporte la casa de bolsa Vector.
El Departamento del Trabajo explicó que el índice subyacente -que excluye componentes volátiles, como los precios de la energía y los alimentos- subió durante junio 0.9% frente a mayo, registrando un incremento de 4.5% a tasa anual, el mayor avance desde noviembre de 1991.
Un reporte de la agencia especializada Bloomberg indica que el fuerte aumento del índice inflacionario en junio también responde en gran parte al repunte de los precios en categorías asociadas a una reapertura más amplia de la economía, como las estadías en hoteles, el alquiler de automóviles, el vestuario y las tarifas aéreas.
Las expectativas de que estos aumentos se normalicen ayudan a explicar la opinión de la Reserva Federal de que la inflación es transitoria.
La mediana de las proyecciones de los economistas encuestados por Bloomberg apuntaba a un aumento de 0.5% en el índice de inflación general con respecto al mes anterior y un incremento a tasa anual de 4.9 por ciento.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron tras los datos, mientras que el dólar se disparó y los futuros del S&P 500 cayeron.
Los futuros accionarios en Wall Street apuntan poco antes de la apertura de los mercados financiero en EU hacia una apertura negativa por los malos datos de inflación, incluso después de que grandes bancos como JP Morgan Chase y Goldman Sachs, o compañías como PepsiCo iniciaran la temporada de reportes del segundo trimestre con resultados mejor a lo esperado.
Lo técnico
Las cifras de inflación a tasa anual han mostrado fuertes alzas en los últimos meses, en parte debido a los llamados efectos de base; entre marzo y mayo de 2020, el índice general de inflación retrocedió durante los confinamientos producto de la Pandemia.
Aunque se espera que las cifras anuales alcancen su punto máximo, aún no está claro el grado de moderación que se producirá en los próximos meses.
La inflación de 5.4% alcanzada en el sexto mes del año es el mayor salto desde antes de la crisis financiera de 2008, y contrario a un sondeo realizado por Dow Jones, con un incremento esperado de 5 por ciento.
Si se excluyen los precios volátiles de los alimentos y la energía, el IPC subyacente subió 4.5%, el movimiento más pronunciado para esa medida desde septiembre de 1991 y muy por encima de la estimación del 3.8 por ciento.
Consumidores afectados
El gasto de los hogares en mercancías, impulsado en parte por los estímulos del Gobierno estadounidense ha hecho que las empresas tengan dificultades para cumplir con los pedidos ante la escasez de materiales y mano de obra.
Esta dinámica está contribuyendo a elevar los costos, que a menudo se traspasan a los consumidores. Mientras tanto, el levantamiento de las restricciones por la Pandemia está impulsando
las compras de servicios como viajes y transporte, otro factor que contribuye a las presiones inflacionarias.
El presidente de la Reserva Federal de EU, Jerome Powell, ha dicho que los recientes aumentos de precios son el resultado de efectos transitorios de la reapertura, aunque más recientemente reconoció la posibilidad de presiones inflacionarias a más largo plazo.
Las persistentes dificultades en las líneas de producción aumentan el riesgo de una aceleración de la inflación al consumidor.
“Los cuellos de botella, las dificultades de contratación y otras restricciones podrían seguir limitando la rapidez con la que la oferta puede ajustarse, lo que aumenta la posibilidad de que la inflación sea más alta y persistente de lo que esperamos”, dijo Powell después de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de junio.
Los economistas han estado atentos en si las presiones de los precios se extienden a categorías distintas a las que acaban de recuperarse después de los bloqueos relacionados con la Pandemia provocada por el Covid-19 y sus variantes.