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En el 2022, el estado de Baja California —principal productor nacional— será sede del 43 congreso de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, evento que no se organizaba en México desde 1980.
A pesar de 14 de las 32 entidades del país se dedican a la producción de vino, México tiene uno de los consumos más bajos de esta bebida
Según cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), los mexicanos consumimos un litro de vino al año, cuando Brasil consume tres litros. Peor todavía, México está muy atrás de los países europeos, donde la cifra anual es de 60 litros.
Se consume poco y fundamentalmente del extranjero. De cada diez botellas que se consumen en el territorio nacional, solamente tres son de vino mexicano-
No obstante, la industria vitivinícola es el segundo generador de empleos en el sector agroalimentario, ya que brinda sustento a 500,000 productores en los estados donde se genera.
El vino mexicano es también un atractivo turístico, toda vez que existe seis rutas ecológicas en estados como Baja California, Querétaro, Aguascalientes y Guanajuato, abiertas a los visitantes.
Solo en Baja California, el vino se traduce en una derrama de 3,600 millones de pesos.
Uno de los factores que ha favorecido el consumo de vino en otros países es el nivel de los apoyos gubernamentales. Existen programas en países como Chile y Argentina, mientras que la Unión Europea cuenta con iniciativas de fomento a la exportación que beneficia a países como España, Francia e Italia. En México eso no es una prioridad.
En aras de promover el vino mexicano, a principios de noviembre del 2022 México será sede del 43 Congreso de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, donde visitantes de 43 países abordarán temas de sustentabilidad, recursos naturales y de enología.
Cabe señalar que la última vez que México organizó este evento, fue en el año de 1980.
Durante la presentación del foro, el titular de la Sader, Víctor Villalobos, explicó que la actividad vitivinícola se ha venido desarrollando a pesar de la pandemia de Covid-19.
En México se destinan 39.200 hectáreas a la producción de uva con más de 50 variedades, de las cuales 8,431 hectáreas se destinan a la elaboración de vinos. Entre 2018 y 2020 la producción de uva industrial ha crecido un promedio anual de 10 por ciento.
Por Raúl Castro-Lebrija