Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 32 segundos
El nuevo secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, tiene la instrucción de evitar devaluaciones en el tipo de cambio, cuidar la inflación y evitar un mayor endeudamiento de las finanzas públicas.
Además, se le exigirá al nuevo titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tener una mayor eficiencia, cero corrupción y continuar con la austeridad republicana.
Así delineó el presidente Andrés Manuel López Obrador el plan de trabajo de Ramírez de la O al frente de la SHCP y advirtió que no habrá cambios sustanciales en el manejo de las finanzas públicas durante su gestión.
En la conferencia de prensa mañanera, el presidente López Obrador señaló que Rogelio Ramírez de la O “es un profesional en el manejo de la economía” y cuenta con reconocimiento dentro y fuera de México.
El nuevo funcionario mantendrá la misma política macroeconómica “de que no tengamos problemas de devaluación. Hasta ahora ahí vamos. El peso está prácticamente igual al dólar de cuando iniciamos el gobierno. Esto no había sucedido en los últimos gobiernos. No hay devaluación en dos años y medio”.
La segunda instrucción para Ramírez de la O, continuó el presidente, es que se mantenga bajo control el incremento de los precios.
“Porque nos importa mucho el que no haya carestía. Técnicamente se puede decir inflación pero, coloquialmente, es mejor hablar de carestía. Porque eso es lo quemas nos tiene que importar, que no aumenten los precios de los alimentos, de los artículos de consumo popular y eso tiene que ver con la inflación”, explicó.
“Por eso no conviene inflación alta; tenemos que tener control”, añadió.
En cuanto a la banca de desarrollo, la recomendación a Ramírez de ella O es emplear los recursos para financiar proyectos estratégicos para el país “porque la banca de desarrollo estaba como tomada por los grupos de intereses creados”.
“Desde luego —concluyó el mandatario— más eficiencia, cero corrupción y austeridad republicana. Administración eficiente, sin corrupción y un gobierno sin lujos, sin derroche, sin gastos superfluos”.
Por Raúl Castro-Lebrija