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Cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) arrojan que la morosidad en la banca comercial del País comenzó a ceder en abril, cuando colocó un nivel de 2.54% sobre la cartera de crédito total, por debajo de los niveles alcanzados en enero de 2021, de 2.70%, pero aún arriba de su valor promedio de los últimos cinco años, de 2.40 por ciento.
Con los datos más recientes, la cartera de crédito vigente total dirigida al Sector Privado sumó 4.59 billones en abril, una caída de -14.4% en términos reales, a tasa anual, lo que coincide con un limitado crecimiento de la cartera vencida una vez que concluyó la vigencia de los llamados programas de apoyo de la banca a raíz de la Pandemia Covid-19 y que los pagos a las distintas carteras comenzaron a reactivarse.
La cartera de crédito a empresas y personas físicas con actividad empresarial exhibió un desplome de –20% contra abril de 2020, en tanto el crédito al consumo se contrajo –12 por ciento. En el mismo lapso, el único segmento de crédito del Sector Privado que mostró avance fue la cartera hipotecaria, con un aumento de 2.5%, a tasa anual.
La cartera de crédito a empresas y personas físicas con actividad empresarial sumó 2.58 billones de pesos en el cuarto mes del año, lo que representó más de la mitad de la cartera vigente de préstamos total del Sector Privado.
Expertos han dicho que estos registros responden a un mayor sigilo de los bancos a la hora de otorgar créditos al Sector Privado, pero también a una menor demanda de ellos, especialmente por parte de las empresas ante una situación de la economía con datos mixtos, pese a que los pronósticos de crecimiento para este año rebasan niveles de 5 por ciento.
El efecto de la base de comparación, además, es alta: en abril de 2020 la cartera de crédito a empresas y personas física con actividad empresarial exhibió un repunte de +15.8% impulsado por aquellas empresas que dispusieron de líneas de crédito para contar con una mayor liquidez ante el inicio de la mayor crisis sanitaria y económica en décadas.
Un ejercicio del banco global BBVA sobre el menor deterioro de la cartera vencida de la banca mexicana indica que la morosidad de la cartera de consumo, por ejemplo, colocó un nivel de 4.4% en abril contra el 4.8% de marzo y del 4.6% de abril de 2020.
En esta cartera, el segmento de tarjetas de crédito ubicó en abril pasado una morosidad de 5.6%, una reducción notable contra 7.5% registrado en enero, cuando marcó su nivel más alto desde febrero de 2010.