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Entre abril y junio de 2020, en los meses más aciagos por la dispersión del Covid-19 en el País, la distribución del ingreso laboral per cápita afectó de forma “desproporcionada” a los estratos más bajos.
“El ingreso laboral promedio de los cincuentiles 2 a 25 se redujo en más de 10%, en un solo trimestre, mientras que el de aquellos ubicados en la parte superior se contrajo en menos de 7 por ciento” expone en un documento de trabajo fechado difundido hoy por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (Ceey).
Al término del 2020 y agravado por la Pandemia, la economía mexicana se hundió en -8.5% su mayor deterioro desde 1932; en el primer trimestre lo hizo en -2.2%, pero fue en el segundo trimestre cuando reportó su mayor descalabro, con un declive del PIB de -18.7 por ciento.
El trabajo “Los impactos distributivos del Covid-19 en México, balance preliminar” del Ceey indica que durante la recuperación, ocurrida entre el tercer y cuarto trimestre de 2020, ésta fue más acelerada para los tramos inferiores que para la parte superior de la misma.
Inclusive, el cincuentil más bajo de la distribución exhibió un ingreso 11% superior a finales de 2020 respecto al arranque de año, aunque la brecha no se modificó.
“A pesar de esta recuperación más acelerada…la brecha con respecto a los ingresos pre-pandemia era mayor para la mitad inferior de la distribución que para la mitad superior.
“Esto es, el empobrecimiento respecto al inicio de año de los hogares de menor ingreso sigue siendo mayor que el experimentado por los hogares de mayores ingresos”, destacó Luis Monroy, autor del trabajo.
En el caso de la población con un ingreso por debajo de la línea de pobreza extrema, esta condición se incrementó del 35% de toda la población a inicios de 2020, a un máximo histórico de 45% hacia la primera mitad de ese año.
“Esto es indicativo de que, en el caso del ingreso laboral per cápita, la Pandemia ha tenido efectos desigualadores entre las personas” resaltó el académico.
El documento arroja otros hallazgos, como es el caso de la población sin ingreso laboral alguno, la cual mostró un aumento de 15% de la población total entre julio y septiembre de 2020, aunque disminuyó a 12% a finales de ese año.
El estudio expone, citando otros documentos de trabajo, que la Pandemia deja un saldo de 1 millón de personas más en situación de pobreza en términos de ingresos, en el caso mexicano.
Esto implicaría que para finales de 2020 alrededor de 60% de la población mexicana se encontró en situación de pobreza.
A nivel nacional
La crisis pandémica no sólo ha tenido un impacto diferenciado a lo largo de la distribución del ingreso, sino también ha afectado de forma diferenciada a las entidades federativas del País.
De acuerdo con el estudio del Ceey, las entidades más afectadas por la pandemia bajo las métricas usadas fueron la Ciudad de México; Quintana Roo; Baja California Sur y Tabasco.
La drástica caída en el ingreso laboral de Quintana Roo y Baja California Sur está estrechamente ligada a las afectaciones sufridas por el Sector Turismo, una actividad que expertos estiman tardará hasta 4 años más para retomar sus niveles pre-Pandemia.
“El caso de la Ciudad de México vale la pena analizarlo aparte pues se trata de la entidad federativa en donde el ingreso laboral per cápita se contrajo en una mayor proporción entre el primer y cuarto trimestre de 2020”, indica Monroy en su estudio. El ingreso laboral per cápita en la capital del país sufrió un declive de -18% en ese periodo.
La situación sanitaria de la gran urbe ha obligado a mantener los cierres comerciales por más tiempo que en el resto del País, incluyendo un cierre total a fines de 2020 ante la saturación del sistema hospitalario de la ciudad por una segunda ola de contagios.
A este efecto hay que sumar que la estructura productiva de la gran urbe es especialmente vulnerable a los choques del sector de servicios, particularmente en aquellos que requieren de una mayor interacción social.
“Por sí sola, y dada la posición relativa de la ciudad respecto al resto del país en términos de ingreso, supone una reducción en la brecha entre las entidades más pobres y las de mayor ingreso en el país”, pondera el documento del Ceey.