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Los académicos Germán Osorio y Alejandro Mungaray, de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California, apuntan que la industria manufacturera que opera en México ha incrementado su producción en la última década, lo que se tradujo en un incremento de los ingresos empresariales, pero no de la remuneración de los empleados.
Un ejercicio desarrollado junto con Edison Jiménez, doctor en Ciencias Económicas por la misma universidad, entregado y publicado hoy por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) arroja que si bien entre 1990 y 2007 las remuneraciones exhibieron un incremento real de 387 a 626 dólares mensuales, “desde entonces no han aumentado, incluso han disminuido”.
Si estos factores se comparan contra el desempeño que muestran en Estados Unidos, el principal socio comercial del País, la brecha se acentúa todavía más.
Los impactos del coronavirus llevaron a la producción industrial de México a un desplomarse casi -31% en mayo pasado a tasa anual, a consecuencia de caídas en todos los sectores; la Industria Manufacturera lideró la caída más severa, con un retroceso de -37%.
No obstante, un mes después, en junio, el indicador rebotó un +18% a tasa mensual tras haber tocado fondo como resultado de desplomes en los 4 meses previos.
La Industria de la Manufactura exhibió un avance de +26.7% a junio contra mayo, de acuerdo con cifras desestacionalizadas dadas a conocer por el INEGI. A tasa anual el desempeño para la actividad Manufacturera siguió siendo negativo, de -18%.
Los investigadores Osorio, Jiménez y Mungaray, de la Universidad de Baja California advierten que después de la recesión financiera global, de 2009, la proporción de las remuneraciones del Sector de la Manufactura respecto al ingreso empresarial se situó en 52%.
Siete años después, sin embargo, la proporción se redujo a un 28%.
¿Valor limitado?
En términos generales, el valor agregado de la producción del Sector de la Manufactura ha mantenido una tendencia positiva, con tasas de crecimiento creciente.
En 2017, de acuerdo con los investigadores de la Universidad de Baja California publicados por la Cepal, el valor actual de la industria era de 452 mil 614 millones de pesos reales promedio mensual, lo que significó un incremento de 555% respecto a 1990.
La contribución de la industria manufacturera a la generación de empleo creció en un 391% en los últimos 25 años, algo que se ve reflejado en más de dos millones de puestos de trabajo nuevos.
Sin embargo, entre 2007 y 2017 fue menor, con tan sólo una generación de 257,175 nuevos puestos
“El incremento de la producción se ha traducido en un aumento de los ingresos empresariales, pero no de las remuneraciones del trabajador, especialmente en la última década…no obstante, tanto el valor de producción como las horas trabajadas sí se han incrementado de manera constante desde 2008”, afirman en su investigación los académicos.
Apuntan que si las remuneraciones mensuales en términos reales obtenidas por los trabajadores de México comparan con las de EU se aprecia un “progreso considerable” para el vecino País del Norte.
El desenvolvimiento de la industria manufacturera-maquiladora, que tuvo sus orígenes en los años sesenta, generó beneficios económicos para el País en términos de producción, generación de empleos y transferencia e incorporación de nuevas tecnologías.
Osorio, Jiménez y Mungaray destacan también “la creación de una nueva cultura de trabajo” y el establecimiento de nuevos polos de desarrollo.
Con todo, el balance arroja asignaturas pendientes: la estructura de la industria dio un giro respecto a sus condiciones y capacidades iniciales debido a una creciente y estratégica apertura de mercado y a la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED).
Se debe aceptar que esta dinámica se desarrolló en un entorno de amplio debate fundamentado en la hipótesis de la falta de mecanismos de distribución de la riqueza hacia los sectores trabajadores y sociales asociados a la industria”, advirtieron los estudiosos.
La industria de la Manufactura ha tocado fondo y va hacia su recuperación, especialmente en actividades como el Sector Automotriz. El conjunto de estas actividades y sus actores bien pueden comenzar a discutir los rezagos en materia salarial, hoy que se tiene una versión más moderna del mayor acuerdo comercial de México, el T-MEC con EU y Canadá