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Entre las inquietudes que rondan para el escenario en el que se moverá la nueva administración del país se encuentra la expectativa de crecimiento, tomando en cuenta que son casi inerciales los inicios sexenales con baja actividad económica.
Al respecto, una nota elaborada por Gabriela Siller de Banco Base, nos presenta el resultado de un modelo en el cual el crecimiento en 2019 podría ser de 1.9 por ciento y o 2.5 por ciento, en ambos casos, independientemente de las acciones gubernamentales.
El crecimiento económico
al inicio del nuevo sexenio
Utilizando un modelo de series de tiempo en el que se consideran los componentes de estacionalidad, ciclo y tendencia del PIB, se estima que México crecerá 2.3 por ciento en 2018 y 1.9 por ciento en 2019.
El modelo es estadísticamente significativo y cuenta con un coeficiente de determinación de 36 por ciento.
No sorprende que la expectativa de crecimiento para 2019 muestre una desaceleración, pues el primer año de cada sexenio normalmente está asociado con un menor ritmo de crecimiento, ya que tiende a observarse una reorganización del gasto público y las decisiones de inversión se aplazan, ante la incertidumbre por la política económica que implementará la administración entrante.
Revisando las estadísticas del PIB, el crecimiento económico del primer año en el sexenio de Zedillo (-6.3 por ciento), Fox (-0.4 por ciento) y Peña Nieto (1.4 por ciento) es menor que el promedio de los años restantes de cada sexenio.
Que fueron de 5.3 por ciento, 2.4 por ciento y 2.8 por ciento, respectivamente.
Lo anterior no se cumple con el sexenio de Calderón, ya que la economía creció 2.3 por ciento el primer año y 1.7 por ciento los otros cinco años, debido a la crisis económica de 2009, cuando el PIB de México se contrajo 5.3 por ciento.
Es importante recordar que la caída del PIB al comienzo del sexenio de Zedillo también fue a causa de una crisis económica que se gestó antes de iniciar su mandato, mientras que en 2001, al comienzo del sexenio de Fox, también hubo un periodo de desaceleración económica importante en Estados Unidos, lo que impactó la actividad económica en México.
Nueva confianza
Sin embargo, el pasado no siempre es determinante del futuro. Este año, el indicador de confianza del consumidor mostró durante el primer trimestre una caída de 2.68 por ciento, para recuperarse en el segundo trimestre 3.73 por ciento.
Uno de los componentes que explica lo anterior, es la pregunta ¿cómo considera usted que será la condición económica del país dentro de 12 meses respecto a la actual situación?
La serie correspondiente a dicha pregunta subió 3.74 por ciento en el primer trimestre y 10.59 por ciento en el segundo, ubicándose en 38.94 puntos en junio, su mayor nivel desde diciembre de 2015.
Se trata del mayor incremento en un trimestre del optimismo de los consumidores con respecto a la condición económica futura del país en 15 años.
El avance que mostró la confianza del consumidor en el segundo trimestre puede estar relacionada con la expectativa de una mejora en las condiciones económicas con el nuevo sexenio, sobre todo por el amplio apoyo que se observó en las encuestas.
Ahora que López Obrador ganó con casi 53 por ciento de los votos a su favor, la confianza puede mejorar aún más, favoreciendo al consumo en lo que resta del 2018 y en el 2019.
Habrá que esperar a ver si esto realmente se refleja en el indicador de confianza de julio, el cual se publicará el viernes 3 de agosto (N. de la R. Se confirmó: ver).
Caída del consumo privado
De acuerdo con el indicador mensual de consumo privado, durante los primeros cuatro meses de 2016 el consumo creció en promedio a una tasa anual de 4.35 por ciento, disminuyó a 3.67 por ciento en el mismo periodo de 2017 y a 2.48 por ciento en 2018.
Ello evidencia que el consumo se había desacelerado y tiene espacio para recuperarse.
Sin embargo, en el largo plazo el crecimiento del consumo debe estar apoyado en un mayor ingreso o de lo contrario se podría generar deuda y ser insostenible.
Es importante recordar que el consumo representa cerca de 66 por ciento del PIB.
Otro factor que puede propiciar una recuperación del PIB es un desvanecimiento de la incertidumbre relacionada a la renegociación del TLCAN.
A un mes de que se celebraron las elecciones en México, oficiales de Estados Unidos han declarado que esperan alcanzar un acuerdo durante agosto, lo que puede ayudar a la inversión y al consumo.
De no lograrse una renegociación antes de que concluya el año, la inversión, en particular la IED destinada al sector manufacturero, seguiría deprimida, con costo para el crecimiento económico.
Expectativa sobre la reingeniería fiscal
Por ahora todavía existe incertidumbre sobre el futuro del gasto de gobierno, ya que se han dado a conocer cifras cambiantes y aunque se ha dicho que se procurarán finanzas públicas sanas, no se ha estudiado la viabilidad de varios proyectos presentados ni se ha explicado la reingeniería del gasto necesaria para financiar dichos planes.
Para mantener la confianza que el mercado le ha otorgado a la nueva administración, será importante que dichas dudas se aclaren de aquí a fin de año, cuando el Congreso apruebe el nuevo proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.
En resumen, sin ningún cambio, con la tendencia y el ciclo económico, el PIB crecería 1.9 por ciento en 2019.
Sin embargo, si la confianza del consumidor sigue al alza y eso se traduce en un mayor consumo y se realiza una renegociación exitosa del TLCAN, lo cual parece ser muy probable, el PIB podría crecer el siguiente año 2.5 por ciento.
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