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Como una bitácora de viaje se ha desarrollado una retórica belicista germinada desde la Casa Blanca en Washington, mediante sanciones económicas, que ha tenido respuesta oportuna, inmediata y muy estratégica desde Pekín, en el mismo lenguaje.
La Oficina de Comercio de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) publicó el martes una lista de mil 300 productos que importan de China y que estarán sujetos a aranceles adicionales de 25 por ciento a los anunciados al acero y al aluminio.
Como respuesta, China anunció el miércoles aranceles de 25 por ciento sobre 106 productos importados de EU, incluyendo soja, automóviles, productos químicos y aviones.
En ambos casos los impactos económicos por monto se estimaron en 50 mil millones de dólares anuales.
Para el talante de Donald Trump la reacción del gigante oriental merece una contra-respuesta contundente y este jueves, ordenó a la USTR que considere imponer un nuevo paquete de aranceles por hasta 100 mil millones de dólares a productos de origen chino.
Trump tenía motivos adicionales para que la sangre subiera de temperatura.
Persistente déficit comercial de EU
Horas antes, se habían dado a conocer las cifras de comercio exterior de Estados Unidos para el mes de febrero que confirmaron el persistente déficit en el intercambio, que tanto exacerba el ánimo de la actual administración de la Casa Blanca.
En los dos primeros meses del año China acumula un superávit comercial con EU superior a 70 mil millones de dólares.
Para más datos de lo anunciado por Census y la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés), el déficit de EU con México pasó de 5.6 mil millones en enero a 6.6 mil millones de dólares en febrero.
Muy diferente es el caso con Canadá que en enero fue de 1.5 mil millones y en febrero de solo 0.4 mil millones de dólares.
En lo que va del año, el déficit de bienes y servicios aumentó 21.1 mil millones, o 22.7 por ciento, en comparación con el mismo período de 2017.
Con esos datos, en total las exportaciones aumentaron 22.4 mil millones, 5.9 por ciento, mientras que las importaciones aumentaron 43.6 mil millones de dólares, 9.1 por ciento, según el anuncio oficial.
Alteración en los mercados
Los mercados han tenido su opinión, Monex espera que la inflación en Estados Unidos se vea presionada por dos vías, por la depreciación del dólar que se ha presentado a raíz de las tensiones surgidas entre los dos países y por el incremento en el precio de los 106 productos importados de China.
Ante la retórica belicista, el índice del dólar cotiza con pérdidas del 0.20 por ciento frente a una canasta de divisas, mientras que el yuan también reaccionó de una forma negativa y cayó 0.30 por ciento frente al dólar. Además el rendimiento del treasury a 10 años retrocedió 2 puntos base.
Pero los más afectados han sido los mercados de capitales, que desde los primeros días de marzo han venido descontando los efectos de los impulsos belicistas.
Ross cree que no entrarán en vigor las sanciones
La nada simpática vocera de la Casa Blanca, Sarah H. Sanders, tuvo que lidiar con cuestionamientos de la prensa el pasado miércoles, cuando se le inquirió sobre declaraciones del secretario de Comercio Wilbur Ross, quien había descartado la aplicación final de los aranceles tanto por China como por EU.
“¿El Presidente está de acuerdo con eso? ¿O de hecho tiene la intención de poner los aranceles sobre la mesa, hacerlos realidad, porque aún no son reales, y luego ver qué pasa?”, le dijo un periodista a la vocera.
La respuesta fue: “Pasarán un par de meses antes de que los aranceles de cada lado entren en vigencia y se implementen. Y esperamos que China haga lo correcto”.
“Mientras todo esto está ocurriendo, estamos viendo cambios realmente salvajes en el mercado bursátil, que representan decenas de miles de millones de dólares en dinero real. ¿Le preocupa al Presidente que este ruido de sables esté causando que mucha gente en este país pierda dinero?, insistió el reportero.
“Es posible que tengamos un poco de dolor a corto plazo”, atinó a responder la funcionaria.
China golpeó donde más duele
Respecto a la efectividad de las medidas anunciadas, Oxford Economics considera que la respuesta china al anuncio de Estados Unidos de aranceles de 25 por ciento sobre bienes chinos por valor de 50 mil millones de dólares está menos restringida de lo que esperábamos.
Añade la consultora que, a medida que las respuestas políticas cuidadosamente elaboradas se esfuman, la pronta represalia de China a la amenaza de los aranceles de Estados Unidos sobre sus exportaciones por valor de 50 mil millones de dólares no podría haber sido mejor.
Desafiando nuestras expectativas, los chinos no se han equivocado por el lado de la precaución. El contraataque titular coincide con el ataque original de EU, sin embargo, han golpeado donde más duele, tanto económica como políticamente.
Las categorías de productos como aviones y soja no solo representan alrededor de una quinta parte de las exportaciones estadounidenses a China, sino que son bastante sensibles desde el punto de vista político, dado que se producen en gran medida en estados que respaldan a Trump.
Con ello, señala Oxford Economics, está claro que el objetivo de la respuesta es finalmente reducir las tensiones comerciales al subrayar desde el principio lo que estaría en juego para ambas partes.
Sin embargo, no descarta que el proteccionismo influya un poco en el crecimiento mundial tanto a través de su impacto en el comercio mundial como en la confianza empresarial.
No hay intención de intensificar ni de evadir
Por su parte, Citibanamex considera que, en política comercial, respuestas proporcionadas como las que hasta la fecha ha instrumentado China mandan una señal de que no hay intenciones de intensificar la disputa pero tampoco de evadirla.
En ausencia de esfuerzos concretos por desactivar esta segunda fase, el riesgo de que el conflicto siga en ascenso no se debe soslayar, insiste Citibanamex.
Acciones irracionales de China, dice Lighthizer
Dada la asimetría señalada, la Casa Blanca no hizo esperar. Por tal motivo el representante comercial, Robert Lighthizer emitió el siguiente comunicado:
“El presidente Trump está proponiendo una respuesta adecuada a la reciente amenaza de China de nuevas tarifas.
“Luego de una investigación detallada, la USTR encontró una abrumadora evidencia de que las acciones irracionales de China están dañando la economía de EU. A la luz de tal evidencia, la respuesta apropiada de China debería ser cambiar su comportamiento, como el gobierno de China se ha comprometido a hacer muchas veces.
“Las economías de todo el mundo, incluido el propio de China, se beneficiarían si China implementara políticas que realmente recompensen el trabajo duro y la innovación, en lugar de continuar sus políticas que distorsionan el vital sector de alta tecnología.
“Desafortunadamente, China ha optado por responder hasta el momento con amenazas de imponer aranceles injustificados a miles de millones de dólares en exportaciones de EU, incluidos nuestros productos agrícolas.
Más retórica belicista
“Tales medidas indudablemente causarían un mayor daño a los trabajadores, agricultores y empresas estadounidenses. En estas circunstancias, el Presidente tiene razón en pedir medidas adicionales apropiadas para lograr la eliminación de los actos, políticas y prácticas desleales identificados en el informe del USTR”.
La USTR agregó que: cualquier tarifa adicional propuesta estará sujeta a un proceso de comentario público similar a las tarifas propuestas anunciadas el 3 de abril de 2018. Ninguna tarifa entrará en vigencia hasta que se complete el proceso respectivo.
Dos rutas potenciales
No obstante, Oxford Economics ve dos rutas potenciales.
La primera asume que de manera similar a la saga de los aranceles acero / aluminio, seremos testigos de una gradual distensión de las tensiones una vez que las partes hayan renegociado los términos comerciales, de modo que los aranceles finales representen solo una pequeña fracción de las amenazas iniciales.
La segunda ruta supone que estamos en una pendiente resbaladiza hacia una guerra comercial, señala Oxford Economics.
De hecho, el reciente reordenamiento del gabinete en Washington indica que hay un círculo de asesores presidenciales que se adhieren estrechamente a la perspectiva mundial de Trump, lo que aumenta los riesgos de una guerra comercial total.
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