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Las economías emergentes por encima de los países desarrollados y monedas como el euro, libra esterlina y el yen, sobre el dólar conforman las combinaciones adecuadas de inversión que vislumbra Oxford Económics para los siguientes meses, en un escenario global de macroestabilidad que considera “áspera”.
Menciona a México, Brasil, Sudáfrica y Rusia como los mercados emergentes de mayor rendimiento a los que ve como primeras opciones para la inversión, dado que no prevé un aumento de la incertidumbre lo que hará caer el apetito por los activos seguros.
De acuerdo con sus análisis de los indicadores clave, Oxford Economics compara el periodo actual con la gran estabilidad de 1990-2006, por el impulso que presenta la economía mundial y los precios de los activos que estima pueden prolongarse hasta por dos años.
Débil crecimiento tendencial
El período actual de estabilidad parece tener características “gratificantes” y “excelentes”, que se asocian con un débil crecimiento tendencial, desigualdad de ingresos, riesgos políticos elevados y preocupaciones sobre la toma de riesgos financieros, que la nota de la consultora, indica que le permiten suponer que tendrá durabilidad en el tiempo.
Al igual que en el periodo de comparación, operan a favor de la estabilidad, de acuerdo con la consultora británica, una la política global que ahora es menos propensa a alteraciones, que los cambios estructurales se compensan entre sí.
La debilidad de sus expectativas en las economías más desarrolladas, en favor de las emergentes, se sostienen en el principio de que una “reducción de la incertidumbre puede disminuir los incentivos del sector privado para buscar el desapalancamiento, lo que aumenta las tasas reales”.
Recuerda que, durante los últimos 100 años, los períodos de desapalancamiento se han asociado con bajas tasas reales sostenidas, pero las tasas tienden a aumentar gradualmente una vez que se ha concluido el proceso.
Convergencia entre desarrollados y emergentes
Por otra parte, Oxford Economics encuentra que 50 economías avanzadas y emergentes presentan una convergencia en los saldos de las cuentas fiscales, dado que nunca habían sido tan similares, mientras que los saldos de las cuentas corrientes están cerca de sus mínimos de divergencia en los últimos 40 años, en tanto que en ese mismo grupo tienden a converger el desempleo y la deuda.
Dada la política global con baja inestabilidad y la macroconvergencia descrita, Oxford Economics halla atractivos los activos globales de las economías avanzadas, los expresados en euros, libra esterlina y yen.
Sin embargo, la persuaden aún más las economías emergentes donde un mayor rendimiento es posible con riesgos idiosincrásicos, en Sudáfrica, Brasil, Rusia y México; países a que son parte de la convergencia descrita. Y agrega que le “parece incongruente que estas naciones tengan la mayor ventaja de rendimiento sobre los desarrollados desde 2010 y busquemos disminuciones en el diferencial en 2018”.
Reconoce Oxford Economics que en el periodo de comparación (1990-2006) germinaron dos burbujas que culminaron de manera dramática. Cada estallido era inevitable, primero era absurda la valoración de las puntocom y después el comportamiento crediticio previo a la crisis financiera fue ridículo.
En cambio, Esta vez es fácil identificar las valoraciones estiradas, pero los bolsillos del riesgo de crédito están limitados por los estándares de la década anterior. En resumen, creemos que este año es más probable que la burbuja se diluya a ver un desplome, asegura la consultoría.