Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 34 segundos
Alaia, el restaurante de cocina vasca y el primero de Alberto Ituarte, no podía quedarse fuera del proceso que el chef ha emprendido desde hace unos años: experimentar más allá de sus raíces vascas y explorar nuevas cocinas e ingredientes.
Mexicano por nacimiento, de padre vasco y madre mexicana, Alberto se formó en la Escuela Superior de Cocina de San Sebastián, y trabajó al lado de chefs como Juan Mari Arzak y Martín Berasategui.
A su regreso a México, Ituarte se inmiscuyó en proyectos con fuertes raíces vascas y en el 2002 fundó Alaia, un restaurante con especialidades vascas que se ha convertido un clásico en el sur de la capital del país.
Después siguieron otros proyectos en la línea de la cocina vasca como Puerto Getaria y Zerú, y en el 2013, el chef se atrevió a ir un poco más allá con Jerónimo, un restaurante que conjunta cocinas como las mexicana, japonesa e italiana, y una propuesta más casual.
Los restaurantes como Emilio, Miguel Ángel y Aytana siguieron el proceso de Ituarte de alejarse de la cocina vasca y, finalmente, su transición experimental terminó tocando a Alaia, que no pierde su origen, la clásica cocina vasca, pero añade platos que se salen de esta línea.
Uno de ellos es el ceviche peruano con ají amarillo y camote dulce, en el que el chef Ituarte se atreve con nuevos ingredientes y sabores y sale de su zona de confort. Esta preparación sorprende con un picante inesperado que es bien manejado y atemperado.
A la lista se suman un pulpo en salsa romescu a las brasas con papas almendradas, una delicia con una buena técnica de cocción; el robalo risolado con costra de especias y un espléndido risotto de parmesano ahumado, y el solomillo de cerdo relleno de manchego y piquillos.
Uno de los platos nuevos que sobresale en el menú de Alaia es el short rib en salsa de cacao con echalotes glaseados a la parrilla y puré trufado: que, además de un excelente manejo de la cocción con un acertado contraste de sabores, es un claro guiño a los ingredientes autóctonos mexicanos.
El postre es imperdible: un muy buen fondant de queso Idiazábal con caramelo salado y un sorbete sorpresa. Otro postre es el Gin & Tonic Alaia, con los sabores de un gin & tonic tradicional.
Además de los platos nuevos que incorpora a su menú, Alaia renueva parte de sus espacios físicos agregando un privado (que gracias a páneles se puede unir al salón principal), una barra que se convierte en el elemento principal del salón y una terraza (que puede ser privada también) rodeada de vegetación.
Alaia está en Canoa Núm. 80, Colonia Tizapán, Ciudad de México.
Teléfono: 56 16 6336
Twitter: @marysolrueda