Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 37 segundos
Por Jorge Ruiz Narcia*
El sistema financiero internacional ha sufrido grandes cambios desde los años de la presidencia de Richard Nixon cuando, de manera unilateral, decide retirar al patrón oro como parte fundamental del sistema monetario y poner al dólar americano como nueva moneda de reserva. Desde entonces, los mercados financieros se han ido desacoplando del comportamiento de la economía real y en consecuencia se han hecho más inestables, volátiles y riesgosos.
Desde finales de la década de los noventa, se hace evidente el hecho que los indicadores económicos como el Producto Interno Bruto (PIB) o la tasa de desempleo ya no tienen un impacto directo en la valuación de mercado de los activos financieros.
Mediante un análisis de correlación entre el índice accionario Dow Jones[i] de Estados Unidos y el indicador adelantado económico WELI por sus siglas en inglés (Weekly Economic Leading Index[ii]), se puede apreciar que del período 1971 al 2000, el comportamiento de las bolsas de valores presentó una correlación del 97 por ciento respecto al comportamiento económico, es decir, el 97 por ciento del movimiento de las bolsas de valores y activos financieros venía determinado por el comportamiento macroeconómico. Solo en los últimos 10 años del siglo XX, la correlación se ha deteriorado.
A partir de la crisis del 2000-2001, referente a la burbuja tecnológica, la correlación se ha ido a mínimos. Hoy el comportamiento económico solo incide en un 32 por ciento en el comportamiento general de los índices accionarios. Lo anterior se aprecia en los gráficos que se muestran para cada período mencionado.
La pregunta entonces es: ¿con base en qué están creciendo los índices accionarios, las bolsas de valores? La respuesta podemos encontrarla en la banca central y sus estímulos monetarios. Es la inmensa masa monetaria, inyectada al sistema por las bancas centrales para darle liquidez a los mercados financieros, lo que ha distorsionado el precio de los activos provocando subidas en los precios de valuación de los mismos que no son compatibles con una economía real.
Las tasas de interés se han mantenido bajos de manera forzada, las bolsas de valores han subido de manera forzada y todo esto ante una economía global que sigue debilitándose. La divergencia entre la economía real y la financiera se autocorregirá en algún momento y el resultado será caótico.
Este entorno nos obliga a replantear las variables a considerar al momento de establecer una estrategia de inversión. Es evidente que ya no es confiable guiarnos solamente por los buenos datos oficiales del crecimiento económico, la tasa de desempleo o la inflación. El mundo de las inversiones en el siglo XXI debe ser visto como el arte de gestionar el riesgo y no de la búsqueda del rendimiento a corto plazo per sé.
Gestionar el riesgo implica determinar todos los factores importantes que inciden en el comportamiento de los precios de los activos. Los datos macroeconómicos, tal como se observa en el análisis, ya no son factores importantes. Hoy día se hace prescindible considerar los fondos de inversión como una buena opción de gestionar el riesgo sin sacrificar demasiado los rendimientos y considerar en primera instancia variables como la denominada “Valor en riesgo” (VaR) por encima de los rendimientos históricos.
Nos espera un mundo más incierto e inestable por lo que hay que establecer estrategias acorde a este nuevo escenario global financiero y una opción es construir portafolios basado en fondos de inversión indizados con una exposición al riesgo bajo, es decir un Valor en Riesgo bajo (VaR-Value at Risk). Por lo anterior es viable considerar lo siguiente:
- Define el plazo de tu inversión
- Define tu perfil de inversionista
- Selecciona el mercado financiero acorde a los dos primeros puntos: Renta Fija, Renta Variable, cobertura en dólares, cobertura en Euros, etc.
- Diversifica entre los diferentes mercados.
- Selecciona los 3 fondos de inversión enfocada a cada tipo de mercado que tengan los valores VaR (Valor en Riesgo) más bajos. Si tu asesor ni siquiera conoce la variable VaR huye de él.
- Selecciona, de los fondos obtenidos del paso anterior, los de mejor rendimiento histórico.
Los rendimientos deben ser la última variable a considerar en estos tiempos. Una buena asesoría, un análisis más global basado en riesgo, y una buena selección de fondos basado en la variable VaR ayudarán al inversionista sobrellevar los momentos álgidos que nos depara el futuro. Muchas veces la mejor estrategia es la defensa y defender el patrimonio financiero en entornos complicados debe ser el primer objetivo a cumplir.
¿Gestionar el riesgo o buscar rendimiento?
[i] Histórico obtenido de Yahoo Finance http://finance.yahoo.com/q/hp?s=%5EDJI+Historical+Prices
[ii] Weekly Economic Leading Index. https://ycharts.com/indicators/weekly_leading_index_growth
*Asesor en inversiones/jruiz@kyriatechnologies.com.mx