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Si te despertaste tardísimo con antojo de unos chilaquiles, unos huevos revueltos con salsa verde y queso panela, o de plano una pizza… ¡Para de sufrir! Yume tiene una carta que es servida a cualquier hora del día. El lugar, que desde hace casi 3 años funciona como una tienda de artículos vintage, acaba de incluir un acogedor espacio para agradar al paladar. Además de su tradicional café orgánico (una mezcla de la casa hecha a base de granos de Chiapas, Oaxaca y Veracruz), ahora ofrece ensaladas, sándwiches, pizzas, huevos, quiches y otras delicias. El sándwich más pedido es el de rosbif con salsa de arándano, y lo puedes acompañar con un refresco de Zacatlán de las Manzanas o con un jugo orgánico. La atención es de primera. Yume, que se ubica en la calle de Sindicalismo esquina con Progreso, en la colonia Escandón, es uno de los lugares interesantes que en los últimos meses se ha unido a la lista de espacios gastronómicos reinventados, renovados y nuevos en la Ciudad de México.
Para quienes gustan de la cocina asiática, pueden hacer una visita a Ödün Asian Bar, que atravesó por una renovación de imagen, carta y coctelería. El menú se inspira en una ruta gastronómica a través de algunas especias. Además de platos como pad thai, pollo hunan, curry tailandés, pollo garam masala, summer roll y masalas, el chef Mario Garrido ha incluido una sección de tapas asiáticas para probar un poco de todo. Camarón tempura, tuna crisps, montadito hindú, satay de camarón y costillas hoisin son algunas de las que se pueden probar en el local, ubicado en la calle Michoacán, en la colonia Condesa. En la parte de la mixología hay cocteles como el habanero pineapple, hecho con piña, chile habanero, albahaca y mezcal, ideal para gargantas que aguantan…
En las aperturas, tenemos la llegada del chef Alberto Ituarte a Polanco con su restaurante Emilio. Es un lugar súper agradable, situado en la calle Emilio Castelar, con una hermosa vista al parque Lincoln y dos conceptos: en la parte de abajo el menú está diseñado para compartir entradas, paninis o botanas con unos buenos drinks. En el segundo nivel se revela la tradicional cocina vasca del chef, pero con toques mexicanos y franceses. Para empezar, es casi obligado probar la brandada de bacalao con gelatina de miel o el taco de pecho de ternera salteado. Se deshace en la boca. La sopa de parmesano es imperdible, bien cocinada y con acentos del queso italiano muy bien equilibrados. Los chipirones van que vuelan para convertirse en un clásico de Emilio: se sirven con mermelada de cebolla y crujiente de tinta de calamar. Súper recomendables. La carta también incluye otros platos como cerdo ibérico meloso con martajada de cilantro y polvo de aceitunas; y camarones gigantes a la plancha ajillo y chícharo japonés.
Anona Neobistro, que abrió el primer trimestre del año, conjunta la técnica de la cocina francesa con productos tradicionales mexicanos a cargo de los chefs Daniel Téllez y Jhon Chebaux, complementados con la mixología de Arturo Rojas. Algunos de los platos recomendables son el filete con mantequilla de escamoles, acompañado de puré de papa, y el short rib al vacío, que aparece en la mesa bañado con un rico mole artesanal y una porción de verdolagas, papas, cebollitas y setas.
Posdata: No dejen de probar el menú de verano del chef Maycoll Calderón en J&G Grill. La ensalada de calabacines con arúgula, el gazpacho de sandía y la res glaseada son imperdibles.
*Periodista de gastronomía