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Isela Osterroth
Cuatro de cada diez mexicanos disponen ya de al menos una tarjeta de pago y uno de cada diez espera contratar una en 2014; el 55 por ciento de las nuevas contrataciones corresponderán a crédito bancario y el 21 por ciento a tarjetas de débito, según el Informe Tecnocom sobre tendencias en medios de pago 2013.
El informe analiza la evolución de los medios de pago en España y en seis países de América Latina (Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y República Dominicana). Destaca que México es el país latinoamericano en el que se hace un mayor uso del efectivo para realizar compras online.
Señala que el número de operaciones de pago con tarjetas se ha duplicado en los últimos cinco años, y explica que el proceso de renovación que vive el sector de medios de pago en la región y el entorno económico está condicionando cada vez más los patrones de consumo de los ciudadanos y la utilización de estos medios de pago.
En México, la transformación actual se debe en parte a las reformas financieras y también a la especialización progresiva de los medios de pago en los negocios de emisión, procesamiento y adquisición. La paulatina reducción de las tasas de intercambio plantea un nuevo escenario en el que el pago tiene cada vez menos valor frente a los servicios de valor añadido ligados a la fidelización y la gestión del punto de venta.
“Las transferencias de crédito protagonizan las transacciones realizadas en América Latina, con 79.1 por ciento del monto total de operaciones de pago registradas en 2012, con un valor total de 9.8 billones de dólares. A pesar de esto, el uso de los débitos directos en la región sigue siendo muy reducido, pese al crecimiento experimentado durante los últimos cinco años en países como Colombia y México”, indica el informe presentado por Álvaro Martín, director del Departamento de Innovación y Desarrollo Internacional de Analistas Financieros AFI.
Por su parte, Miguel Ángel Prieto Morales, director del área de Desarrollo de Negocio del sector de Banca y Seguros de Tecnocom, informó que en 2013 casi cuatro de cada diez mexicanos disponían ya de al menos una tarjeta de pago y que en México el total de tarjetas de débito en 2012 ascendió a más de 99 millones de tarjetas, mientras que las tarjetas de crédito en circulación apenas alcanzaron 25 millones.
El informe registra, a ambos lados del Atlántico, un mayor protagonismo de la banca por internet y móvil y el incremento del uso de dispositivos móviles, especialmente en smartphones. Agrega, que si bien ya existen soluciones de pago móviles en México, en 2014 se podrán realizar los primeros pagos con tecnologías wallet y NFC, aunque probablemente habrá que esperar algo más para ver su implantación definitiva.
Según el informe, durante este año se irá extendiendo la configuración de tarjetas con cuotas por servicio, en lugar de incluir todos los servicios en una cuota fija. Esta tendencia resulta más relevante en América Latina gracias a su potencial para impactar a millones de personas y permitir la inclusión financiera de segmentos sub-atendidos o no atendidos por los medios tradicionales.
En este punto, en 2017 se estima que la penetración del móvil superará el 60 por ciento de la población latinoamericana y permitirá que los consumidores actualmente excluidos del sistema financiero puedan acceder a los pagos y el comercio móvil.
El análisis de la demanda de medios de pago permite constatar una mejoría generalizada del número de titulares de tarjetas entre la población bancarizada de América Latina, si bien no se consigue llegar consistentemente a masas nuevas de población. Destaca Brasil, donde dos de cada tres personas disponen de algún “plástico”, seguido por Chile y Colombia, donde más de la mitad de la población dispone de algún medio de pago electrónico.
El directivo de Tecnocom dijo que al igual que sucede en España, América Latina también está inmersa en una profunda transformación de sus medios de pago. “Los expertos resaltan que el desarrollo de importantes operaciones corporativas regionales en esa área y la llegada de cambios en el entorno tecnológico han impulsado un proceso de sustitución gradual de los instrumentos de pago basados en papel (efectivo y cheques) por otros medios y canales, como internet y el teléfono móvil.