Chang’an, la cara de China

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Chang'An Street

Ilsa Rodríguez/Prensa Latina

Beijing. Cualquier visitante que llega a Beijing queda impresionado por sus grandes construcciones, lugares atractivos y amplias avenidas, pero en particular por la de Chang’an, que con sus 10 carriles atraviesa la capital china, aunque cambie de nombre en varios tramos.

La avenida de la Paz Eterna, que es su significado, aunque era llamada en sus inicios como la calle Larga de Diez Li (una medida antigua china de longitud equivalente a unos 500 metros) pasa frente a lugares emblemáticos de Beijing.

En primer lugar en esta ancha calle se encuentran lugares como el otrora Palacio Imperial, la Plaza Tian’anmen y el Gran Palacio del Pueblo, que todos visitan cuando vienen a la ciudad.

En Tian’anmen y el Gran Palacio del Pueblo ocurren importantes eventos y celebraciones nacionales, como los congresos del Partido Comunista de China, las sesiones del parlamento y de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, así como destiles y recibimientos de mandatarios extranjeros.

A lo largo de esta avenida están ubicados también varios renombrados hoteles, antiguos y modernos, museos, ministerios, centros comerciales, mientras también en la Avenida de la Paz Eterna desembocan otras muchas arterias relevantes como la de Wangfuxing y Xidan, por solo nombrar algunas.

Chang'an Street2

Originalmente Chang’an, ampliada a 10 carriles en 2009 en ocasión del 60 aniversario del establecimiento de la República Popular China, comprendía un tramo de más de cinco kilómetros de extensión, aunque actualmente sobrepasa los 30 kilómetros.

A medida que va avanzando sus nombres, además de los de Chang’an Este y Oeste, se convierten en Fuxing, Fuxingmen, Jianguomen, Jianguo, Jingtong, Pingguoyan… hasta llegar al borde de la quinta circunvalación de esta extensa ciudad que da cabida a más de 20 millones de personas.

Para quien desea trasladarse con cierta premura de un extremo de esta agitada ciudad moderna, la recomendación es usar la línea 1 del tren subterráneo, que sigue el trazado de Chan’gan, porque esta es una de las avenidas capitalinas más de mayor circulación vial.

Sus embotellamientos son impresionantes y es rara la ocasión en que sus 10 carriles no están repletos de autos que tratan de adelantarse unos a otros con la intención a avanzar aunque sea unos metros, en una carrera inútil que ninguno gana.

Quienes viven en las cercanías de Chang’an sufren el ruido constante del paso de los vehículos y sólo tienen un descanso en los feriados nacionales, durante los cuales muchos capitalinos viajan hacia todas partes del país y del mundo y las calles se convierten en lugares apacibles y transitables.