Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 26 segundos
La caída libre del oro durante los últimos días ha acaparado gran parte de los titulares, relegando a otras noticias del ámbito financiero. Por lo que Ole Hansen, analista senior de materias primas en Saxo Bank observa que el oro, que ha sido el predilecto de muchos inversionistas durante la última década y ha generado buenas ganancias durante ese tiempo, de repente se vuelve vulnerable.
Y, al igual que el mercado se pregunta, ¿será que este último movimiento marcará el final del repunte que comenzó en 2001? o ¿será que la historia demostrará que se trata de una gran oportunidad para invertir?
Lo cierto, dice Hansen es que hasta el viernes pasado, el oro había permanecido consolidado durante 18 meses dentro de un amplio rango comprendido entre 1,525 y 1,800 dólares por onza. Pero sobre todo desde el pasado mes de septiembre, se ha constatado una lenta tendencia bajista tras un tercer rechazo del nivel de 1,800 dólares por onza.
Los operadores especulativos tales como los fondos de cobertura que tienden a reaccionar rápidamente cuando se producen cambios, comenzaron a perder la fe ya en el mes de septiembre: a partir de un máximo en la posición larga neta de futuros y opciones de casi 20 millones de onzas, comenzaron una reducción gradual y el martes su posición bajó a apenas 5.6 millones de onzas.
Los inversionistas que utilizaron productos negociados en bolsa (ETPs, por sus siglas en inglés) o fondos negociados en bolsa (ETFs por sus siglas en inglés) para adquirir una exposición larga al oro, continuaron acumulando o manteniendo sus posiciones hasta febrero, momento en el que la continua debilidad en el precio comenzó a generar un impacto. Este segmento de inversionistas generalmente se vislumbra como un segmento más “largoplacista”, reitera Hansen.
Además de muchos pequeños inversionistas minoristas, también incluye a algunos grandes fondos de cobertura como Paulson & Co., quien para finales de 2012 contaba con 21.8 millones de acciones en el principal fondo, el SPDR Gold Trust.
El detonador durante el mes de febrero que condujo a un repunte en la reducción de reservas de ETPs, fue la ruptura técnica por debajo de 1,625 dólares por onza, el que días más tarde fue seguido de una señal de venta técnica llamada “cruce de la muerte”, el 20 de febrero.
Durante los últimos cinco años dicha señal, que se dispara cuando la media móvil de 50 sesiones pasa a la de 200, provocó, en dos de cada tres ocasiones, caídas entre 15 y 9%, recuerda Hansen.
Por eso es que, en opinión del analista, al haber tantas inversiones en productos cotizados en bolsa, la bola comenzó a rodar. Durante el mes pasado, se constató una liquidación larga continua a pesar del soporte de las variables económicas, generado por la crisis de deuda de Europa representada por Chipre, por los datos económicos más indulgentes provenientes de EU y China y por un programa de compra masiva de activos por parte del Banco de Japón.
Lo que realmente puso a temblar a los inversionistas fue la posibilidad de que Chipre venda sus reservas de oro para cubrir sus pérdidas. Si bien, dicha venta podría ser absorbida fácilmente por el mercado, podría generarse un precedente para los bancos centrales de otros miembros periféricos de la eurozona.
En opinión de Hansen, dicha acción tendría un impacto mucho mayor sobre los mercados del oro, considerando las reservas actuales de países como España e Italia.
Sumado a este descenso continuo de los precios por parte de otra de las principales instituciones especializadas en metales preciosos, el rumbo quedó fijado y una vez que se alcanzó y se superó el nivel de soporte de 1,525 dólares por onza como si este ni siquiera existiera, la ola de órdenes de venta provenientes tanto de los mercados de spot como de futuros provocaron una bajada en picada de los precios.
De ahí, que, dice Hansen, durante las primeras horas del viernes pasado, casi 9 millones de onzas de futuros de oro habían cambiado de dueño.
Perspectiva técnica
La pérdida de 59 dólares constatada el viernes fue seguida de un movimiento aún más importante ayer y el gran interrogante que todos se plantean es: ¿cuándo finalizarán las ventas? Sin olvidar que, el soporte de las variables económicas ha aumentado pero ha sido ignorado durante las últimas semanas.
Por ello Hansen opina que hasta que no se establezca un suelo, la debilidad económica adicional que podría conducir a la permanencia del soporte generado por la compra de activos en EU, tendrá un impacto limitado o inexistente.
Reconoce que el panorama técnico es muy desalentador, habiéndose establecido una resistencia sólida entre 1,500 y 1,525 dólares por onza, una zona que sin duda se verá afectada por nuevas ventas en caso de que esto se repita próximamente.
La caída parece bastante clara hacia 1,300 dólares por onza, lo que representa 50% menos que el repunte tras el desplome provocado por Lehman Brothers en otoño de 2008.
Señalar que el precio actual apenas por encima de 1,400 se encuentra dentro de la zona de consolidación entre 1,300 y 1,425 dólares por onza, nivel donde el oro permaneció durante seis meses desde finales de 2010 hasta principios de 2011.
La confianza tardará en volver
La subida que duró varios años ha terminado, pero seguramente sea demasiado pronto para hablar de una inversión completa de la tendencia. Los próximos días y semanas serán muy importantes ya que esto se ha convertido en una guerra de nervios, alerta Hansen.
¿Se verán forzados lo inversionistas en ETPs, especialmente los más importantes, a continuar vendiendo? Junto con las escasas ventas de fondos de cobertura, este escenario podría generar aún más debilidades.
¿O será que el entorno económico desacelerado generará finalmente algún tipo de soporte? En Saxo Bank hemos mantenido una visión constructiva respecto del oro, pero también estamos conscientes de que una ruptura por debajo de 1,500 dólares por onza implicaría un posible cambio de rumbo, dice.
De ahí que según las estimaciones de Hansen, se espera un soporte cerca de 1,300 dólares seguido de un período largo de consolidación, con una resistencia en 1,550 dólares por onza. El proceso de recuperación de la confianza de los inversionistas será largo y ni siquiera ha comenzado aún.