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A sólo 130 kilómetros de la Ciudad de México se encuentra uno de los destinos predilectos para los amantes de la gastronomía típica mexicana y del turismo religioso: Puebla. Este destino, popular por sus numerosos templos, es una de las ciudades mexicanas Patrimonio de la Humanidad más visitadas anualmente. De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo de Puebla, esta ciudad es la segunda más visitada sólo después de Querétaro. Además, vivir la experiencia de vacacionar en Puebla es accesible para todos los bolsillos; la tendencia de gasto promedio no supera los 500 pesos diarios
La ciudad de Puebla, ubicada en el centro del país, es un destino vacacional accesible para todo público. Su cercanía con el Distrito Federal y el desarrollo de infraestructura vial permiten que el turismo visite fácilmente la ciudad. Si bien Puebla no ofrece playa entre sus recorridos, sí alberga irresistibles atractivos culturales, gastronómicos y religiosos.
Para los amantes del turismo religioso, Puebla es un destino casi obligado. A partir de la Conquista, la congregación Franciscana edificó templos en toda la entidad, principalmente en su ciudad capital. Quienes optan por conocer la arquitectura, pintura, y motivos religiosos de Puebla deben incluir visitas al templo de San Francisco, de Santo Domingo y al templo de la Santísima Trinidad. Sin embargo, debido al carácter religioso de estos escenarios, es preciso atender ciertas recomendaciones cuando se visitan con fines turísticos.
De acuerdo con recomendaciones hechas por el mismo gobierno del estado, es aconsejable visitar los espacios de culto en horarios en los que no se interrumpa la liturgia (es decir, fuera de los horarios de misa); no utilizar gorra o sombrero en el interior; en algunos lugares se permiten las fotografías, pero sin flash (debido a la antigüedad de las pinturas); y hay otros templos donde definitivamente no están permitidas las fotografías ni el video; evitar tocar los decorados, las pinturas, las esculturas y el mobiliario antiguo.
Puebla es el destino perfecto para adentrarse en los distintos tipos arquitectónicos y pictóricos de arte sacro. Sin embargo, esta ciudad del centro del país ofrece una gama de alternativas para distintos gustos. La gastronomía es uno de los motivos principales por los que el turismo nacional y extranjero decide visitar esta ciudad.
La última estadística del periodo vacacional de verano de la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo de Puebla reporta que entre los principales motivos para visitar la ciudad están, en primer lugar, los intereses vacacionistas y de descanso con 75.1 por ciento del turismo; el 48.4 por ciento viaja hasta este destino por conocer la ciudad; y el 21.1 por ciento lo hacen exclusivamente para degustar de la gastronomía local.
La oferta tradicional de Puebla es el mole poblano o los chiles en nogada. Ambos platillos son considerados una joya gastronómica desde la época barroca, pues la saturación de ingredientes y condimentos refiere a esta corriente cultural. Durante las fiestas patrias de septiembre es común que los principales restaurantes del centro de Puebla incluyan los chiles en nogada en su menú cotidiano.
Otros platillos como el pipián (una especie de mole hecho con base en semillas de calabaza), las chalupas (pequeñas tortillas de maíz fritas y bañadas en salsa), y las cemitas (piezas de pan de sal rellenas con carne y vegetales a manera de tortas) son parte del menú tradicional de la cocina poblana. Y para quienes prefieran conocer otra parte de la gastronomía de esta ciudad, los dulces poblanos no pueden faltar. Las tortas de Santa Clara, los camotes, las frutas cristalizadas de todo tipo, el rompope hecho tradicionalmente en conventos y licores de frutas son sólo una muestra.
En el centro de la ciudad, justo en la calle 6 Oriente, entre 5 de Mayo y 4 Norte, los amantes de lo dulce podrán pasar horas eligiendo los mejores dulces artesanales. En esta calle se concentran las principales dulcerías poblanas, muchas de ellas establecidas desde hace más de 100 años.
En la zona centro también es posible hacer recorridos para visitar tiendas de artesanías, museos, templos religiosos y dulcerías. Dentro de las artesanías típicas de Puebla se encuentra la talavera. Esto es un tipo de cerámica predominantemente blanca y azul con acabado vítreo. La popularidad de este trabajo artesanal proliferó durante la construcción de templos religiosos en la Conquista, pues su aplicación se hace tanto en vajillas, floreros, adornos de todo tipo y azulejos, estos últimos fueron frecuentemente empleados para revestir los muros de los templos. Además las condiciones geográficas de la entidad le permiten producir cerámica con una calidad de barro excepcional.
El gobierno de la entidad registró durante el verano pasado que el 11.07 por ciento del turismo que visitó Puebla provino de Veracruz, entidad colindante; el 10 por ciento, de la Ciudad de México; y el 8.2 por ciento, de Oaxaca. Sin embargo, el turismo internacional también muestra especial predilección por este destino. Visitantes de América del Sur y Estados Unidos registraron una presencia del 3.20 por ciento y 3.05 por ciento, respectivamente, y paseantes españoles contribuyeron con el 2.0 por ciento del total de turistas que visitaron la entidad.
De acuerdo con estimaciones de la dependencia de turismo de Puebla, el gasto promedio de un turista se mantiene en una tendencia de menos de 500 pesos diarios. Los costos por alimentación, hospedaje y visitas a lugares de interés cultural son de precios accesibles. Además, los atractivos que ofrece esta entidad no están sujetos a alguna temporada específica del año. Puebla es un destino disfrutable y económico durante cualquier época.