Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 6 segundos
Al suroeste de de la República Mexicana, con una costa de más de 600 kilómetros, el estado de Oaxaca es un destino que además de brindar sol y playa, cuenta entre sus principales atractivos con una extensa oferta cultural y alternativas para que el turismo se adentre en las tradiciones oaxaqueñas. El etnoturismo es la propuesta que el gobierno oaxaqueño está impulsando para atraer a un nuevo sector del turismo y dar a conocer los usos y las costumbres de las culturas serranas de esta entidad. Aunque aún incipiente, con apenas 6.2 por ciento de participación turística, el etnoturismo representa una alternativa de preservación para las comunidades indígenas, una fuente de ingresos económicos en favor de este sector y una nueva alternativa para el turismo que visita Oaxaca.
Oaxaca es uno de los destinos predilectos por el turismo nacional. De acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico de esta entidad, el 95.95 por ciento de los turistas que visitaron Oaxaca durante 2011 fueron nacionales (4 millones 36 mil 981 turistas) y tan sólo el 4.05 por ciento (170 mil 439) fueron extranjeros. Además, uno de los lugares que mayor derrama económica genera a la entidad es de sol y playa: Bahías de Huatulco. El gasto promedio diario que se reportó durante 2011 en este destino fue de 2 mil 778 pesos; en segundo lugar, el turismo que visitó la ciudad capital de Oaxaca hizo un gasto promedio de 1 mil 523 pesos diarios.
La oferta cultural de Oaxaca incluye casi una veintena de diferentes tipos de museos en el centro de la ciudad. El Museo de Artes Populares Belber Jiménez, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, el Museo de la Filatelia de Oaxaca, el Museo de los Pintores Oaxaqueños y el Museo Textil de Oaxaca, entre otros, son algunos de los que se pueden visitar en los recorridos turísticos que se ofrecen en la ciudad.
A través de la participación del sector privado –como la Fundación Alfredo Harp– se han restaurado y habilitado nuevos espacios para ser adaptados como museos, bibliotecas o foros culturales. La Casa de la Cacica, en Teposcolula, la biblioteca infantil y la restauración de la catedral de Oaxaca y algunos de sus retablos, entre otros, han sido algunas de las aportaciones que protegen el patrimonio cultural de la entidad.
En entrevista con Fortuna, Ileana Rodríguez, del área de Turismo y Cultura de la representación del estado de Oaxaca en el Distrito Federal, explica que el etnoturismo representa una nueva alternativa para atraer al turismo cultural o de naturaleza. Esta opción permite la preservación de las comunidades indígenas y la captación de ingresos para las mismas. Sin embargo, de acuerdo con las cifras de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico de Oaxaca, el etnoturismo apenas representa el 6.12 por ciento del total de turismo de naturaleza. La observación de flora y fauna capta el 32.47 por ciento de este rubro seguido de la caminata con 20.11 por ciento, y del rescate de flora y fauna con 16.99 por ciento. Con intereses de turismo de naturaleza, Oaxaca recibe anualmente 61 mil 177 turistas nacionales e internacionales, aproximadamente.
A decir de Ileana Rodríguez, el gobierno de Oaxaca trabaja actualmente con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas para favorecer el etnoturismo. Hasta ahora, para quienes visiten la Sierra Norte de la entidad podrán tener una estancia en cómodas cabañas y a precios accesibles. Sin embargo, los avances en etnoturismo aún son insuficientes.
Con fines culturales, esta entidad al sur de México recibe 698 mil 149 turistas nacionales y 98 mil 949 extranjeros. Las actividades predilectas de este sector son la visita a zonas arqueológicas, a museos y a exconventos.
Actualmente, Bocana del Río Copalita es una de las alternativas de turismo cultural. Esta zona arqueológica de la cultura zapoteca, a orillas de la playa, brinda la oportunidad de hacer recorridos entre flora y fauna silvestres con una privilegiada vista al mar. “Es uno de los pocos sitios arqueológicos en el Pacífico Sur”, asegura Ileana Rodríguez.
Aun cuando el proyecto Bocana del Río Copalita no ha sido formalmente “entregado” –pues siguen los trabajos de descubrimiento y recuperación arqueológica– ya es posible visitarlo y sumarlo a los atractivos arqueológicos de Oaxaca que congregan a más de 574 mil turistas anualmente.
El turismo de naturaleza –que atrae a más de 24 mil 500 turistas cada año sólo a las zonas serranas– se ve beneficiado por los precios accesibles de la región. Con un monto de 50 pesos es posible llegar en taxi a zonas serranas para pasar unos días de campamento. Estas regiones son predilectas por los jóvenes, quienes en su mayoría prefieren estos destinos para tener experiencias de caminata por flora y fauna y avistamiento de aves. La comida en esta región de la sierra mixe no es un problema. Los criaderos de trucha son una de las opciones más cómodas y baratas para completar la experiencia en la montaña.
El turismo religioso es otro de los atractivos de Oaxaca. El arraigo y práctica de ritos religiosos atrae a miles de visitantes en fechas específicas como el 8 de diciembre. Este día, en el sur de Oaxaca se celebra la fiesta de la Virgen de Juquila, una de las celebraciones de más arraigo. Sin embargo, las peregrinaciones, provenientes de todas partes del país, dan inicio incluso desde semanas antes o después de esta fecha. Para quienes prefieren vivir la celebración de la Virgen de Juquila desde el Valle de Oaxaca (a sólo 20 minutos del centro de la entidad) lo pueden hacer en San Juanito, que es otro centro de peregrinación que celebra simultáneamente esta fiesta.
El 18 de diciembre, la celebración de la Virgen de la Soledad, es un festejo tradicional en la que las mayordomías ofrecen comida, música y bebidas alcohólicas durante 3 días consecutivos. El desfile de calendas (mujeres oaxaqueñas con vestidos bordados y canastas de flores en la cabeza) y Las Mañanitas a la Virgen producen un espectáculo atractivo para el turismo que visita la ciudad de Oaxaca. Durante esta fiesta, a los bailes, la música y los ritos, se suma el desayuno oaxaqueño, que consiste en atole de chocolate y los tradicionales tamales oaxaqueños envueltos en hojas de plátano.
Para terminar el año, la Noche de Rábanos es todo un espectáculo. El 23 de diciembre al ponerse el sol y catalogada como la noche más fría del año en Oaxaca, se celebra esta fiesta, misma que congrega a artesanos para exhibir pequeñas esculturas hechas de este tubérculo. Sus formas y tamaños son variados, y en torno a ellos da inicio la vendimia de buñuelos en platos de barro. La tradición oaxaqueña dicta que tras el recorrido por las esculturas de rábano, se coma un buñuelo y al terminarlo hay que lanzar el plato de barro hacia atrás y pedir un deseo. “Esta noche es muy bonita, te apuras a comer el buñuelo para que empiece la rompedera y pidas tu deseo”, confiesa Ileana Rodríguez, del departamento de Turismo y cultura del estado de Oaxaca en el Distrito Federal.
Para visitar Oaxaca (datos aproximados):
Tiempo de vuelo saliendo desde la Ciudad de México: 1 hora 10 minutos
Boleto de avión (viaje redondo): 2 mil pesos
Hospedaje por una semana: 4 mil pesos en hotel de cuatro estrellas
Gasto diario promedio: 1 mil 523 pesos diarios
Recomendación gastronómica: Tamales oaxaqueños y comida típica del istmo
Destinos recomendados: Zona arqueológica de Bocana del Río.