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Aunque existen indicios de que la situación financiera de las familias está en riesgo se sigue promoviendo el fácil acceso a créditos bancarios personales, vía nómina, hipotecarios, al consumo y de bienes duraderos.
El endeudamiento de las familias con la banca se ha incrementado por encima del nivel de su ingreso y, de continuar esta tendencia, podría repercutir a nivel macroeconómico y en la estabilidad financiera, e incluso desplomar los ingresos ante una variación abrupta en las tasas de interés, advierte Alejandro López Bolaños, del Instituto de Investigaciones Económicas (Iiec) de la UNAM.
El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estima que este año las familias ya tienen comprometido el 35% de sus ingresos con pagos por los financiamientos adquiridos.
Para López Bolaños, existen indicios de que la situación podría agravarse más, por el hecho de que la banca ha lanzado campañas para ofrecer tarjetas de crédito de una manera muy fácil, incluso con sólo pedir una identificación oficial en la calle, en los centros comerciales, en el metro, en los aeropuertos.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) informó que aproximadamente el 25% de los trabajadores mexicanos tiene comprometido una parte importante de sus ingresos (40%) en préstamos personales, que se ofrecen sin haberlos solicitado, al llamar al trabajador y ofrecerle una tasa preferencial y facilidades de pago, indica.
Con esto se presiona al trabajador al poner en sus manos “una bomba de tiempo” que desafortunadamente por las difíciles condiciones del país, como los despidos, el bajo poder adquisitivo, la devaluación de la moneda que afecta en la importación de mercancías, la gente termina por aceptar estos préstamos, en apariencia de fácil pago, pero que comprometen el patrimonio familiar, señala el investigador.
El 35% del ingreso familiar está comprometido con la banca y el endeudamiento de las familias representa el 14.6% del Producto Interno Bruto (PIB), y a largo plazo podría agudizarse más, advierte López Bolaños.
Se debe estar alerta de este endeudamiento, de que las familias mexicanas se están sobreendeudando, ya que eso a largo plazo puede ser un detonante fuerte para la economía de las familias, agrega.
El contexto internacional
“No se ha aprendido la lección, tenemos la experiencia de las hipotecas subprime en Estados Unidos, y por eso hay que prestar más atención de la forma cómo se está otorgando el crédito al consumo”, señala.
Los bancos no han sido responsables en eso, ya que con esa forma de otorgar tan fácilmente los plásticos, de una forma “tan perversa”, que ponen en las manos los recursos y eso dificulta la economía de las familias. Tendrían que tener más cuidado, porque a largo plazo habría problemas, añade.
En México, ya se ha vivido una situación similar con el pago de hipotecas, que no se pueden pagar, se pierde el patrimonio, sus recursos, sus vehículos, abunda López Bolaños.
Además no se debe olvidar el contexto internacional. El BBVA publicó que el 40% de sus ganancias sale de México. Es decir que el 60% está distribuido en América Latina y España.
“México representa un atractivo mercado para la banca transnacional que necesita fondearse para hacer frente a la problemática que tiene en Europa. No hay que perder de vista que los trabajadores mexicanos estamos financiando los costos de la crisis de los países de origen de las instituciones bancarias”.
Lo grave es que las familias mexicanas están apoyando a los países en su crisis, no alcanzan a comprender para qué se están endeudando con la banca.
“Se vive una paradoja, las familias necesitan consumir y a veces sólo se puede hacer mediante el plástico, mediante el crédito, pero estamos financiando la crisis europea, la de Estados Unidos, estamos financiando a la banca extranjera”, afirma el investigador.
Explica que su estudio está basado en la encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los datos del Banco de México, del PIB, y sobre el gasto financiero, es todo lo que las familias gastan como hipotecas, tarjetas, intereses, renta.
López Bolaños destaca que las tasas de interés bancarias no han subido, pero el problema es que los índices son muy altos. Un crédito bancario en promedio representa el 40% CAT, mientras en sus casas matrices es el 10-12%, “una diferencia muy grande”.
Se debe ser conciente de que se vive “una economía paralizada, en un sistema financiero que está en quiebra, que las casas matrices de esos bancos no están cobrando sus créditos en Europa, en Estados Unidos, y que en México sean dadivosos, no es una buena señal”, afirma.
Las familias mexicanas deben darse cuenta lo que les está pasando a los españoles, les pasó a los griegos, ya le pasó a los estadounidenses, porque pensaron que en sus países de origen había una bonanza financiera y que su salario iba a permitirles pagar un nivel de vida aparentemente más alto y ahora están pagando los resultados de ese sobreendeudamiento, advierte.
“Hay que desempolvar los libros, para recordar la crisis del 94, y recordar que las familias se sobreendeudaron y perdieron su patrimonio”, indica López Bolaños.
Los bancos también deben ser más responsables y comprometerse más con el crecimiento de la economía, porque otorgan muy fácilmente créditos personales pero ponen muchas trabas a las micro y pequeñas empresas que necesitan recursos, que pueden recuperar la inversión, y eso estimularía en crecimiento económico, afirma.
La banca debe considerar el ingreso y la estabilidad laboral para otorgar créditos, muchos trabajadores son informales porque no tienen seguridad social, reciben ingresos por honorarios, laboran por temporadas.
Establecer alertas tempranas
De acuerdo con un estudio realizado por el BBVA Bancomer, el nivel de endeudamiento de las familias se ha incrementado 2.5 veces en los últimos 11 años, al pasar de 1.8% en 2000 a 4.6% en 2011 del Producto Interno Bruto (PIB).
Adolfo Albo, economista jefe para México de BBVA, explica que el incremento de la carga financiera de las familias se debe en parte a la expansión del crédito a la vivienda y al consumo, el cual aumentó de 8.7% a 16.3% del PIB en el periodo de referencia.
En el crédito a la vivienda se incluye tanto el bancario como el no bancario, como el proporcionado por el Infonavit, el Fovisste y las Sofoles.
Precisa que si se toma en cuenta la carga financiera en relación al agregado de sueldos y salarios de cuentas nacionales que publica el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), el nivel de carga financiera de las familias se incrementó 2.6 veces, al pasar de 6.7% en 2000 a 17.7% en 2011.
La carga financiera se refiere al estimado del ingreso y las erogaciones totales de las familias para cumplir con sus obligaciones que resultan de tasas de interés y amortizaciones de créditos al consumo -que incluye tarjetas de crédito, créditos personales y de nómina y compra de bienes duraderos- además de los créditos hipotecarios.
El analista indica que al considerar la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) sin los cinco deciles de menor ingreso del país, la carga financiera aumentó 2.8 veces, al pasar de 8.2% a 22.9%, del año 2000 al 2011.
Albo señala que un nivel de carga financiera que no es razonable es superior a 30%, frente al cual hay que tener prudencia. Aunque a nivel nacional el nivel de endeudamientos es razonable, podría haber grupos, segmentos y familias que se encuentren en problemas de mayor endeudamiento.
Para el BBVA es importante contar con estudios y encuestas que permitan con oportunidad establecer alertas tempranas sobre los riesgos latentes del crédito a familias.
Luis Pazos de la Torre, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), afirma que “no estamos en focos rojos, pero vamos para allá, por la tendencia al sobreendeudamiento e impago en que pueden incurrir los deudores por créditos de nómina”. Indica que hay casos en que todo el salario de un trabajador queda retenido para pagar su deuda.
El monto de los créditos de nómina pasó de 56 mil millones de pesos en febrero de 2011 a 104 mil millones en abril de 2012, lo que significó un incremento de 85% en este periodo.
De la cartera de consumo, el crédito de nómina representa el 17% y su morosidad es de 3.3%. Los créditos de nómina han reducido su crecimiento al pasar de 50% al 39%, de febrero a julio de 2012, y sumar 94,000 millones de pesos.
El presidente de la Comisión de Crédito de la ABM, Heleodoro Ruiz Santos, informó que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) les sugirió ser más conservadores en el otorgamiento de créditos de nómina y que usaran más los modelos parametricos y menos el juicio de los ejecutivos de los bancos.
Dijo que el regulador bancario sugirió a seis bancos emplear modelos paramétricos para evaluar el nivel de endeudamiento y la capacidad crediticia de los clientes, ya que aproximadamente el 30% de los créditos no se aprueban por esos modelos sino a juicio personal.
Señaló que se debe corregir que algunas entidades financieras no reguladas no reportan los créditos de nómina al buró de crédito para que se pueda acceder a la información del cliente y calcular de una manera más adecuada el nivel de endeudamiento.
Fotos. Cuartoscuro