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La Junta de Gobierno del Banco de México decidió mantener en 4.5% la tasa de interés interbancaria a un día, pero indicó que podría realizar ajustes de acuerdo al comportamiento de la inflación.
El banco central indicó que “la Junta se mantendrá atenta a la evolución de todos los determinantes de la inflación, dado que el comportamiento de estos podría hacer aconsejable ajustar la postura de política monetaria para hacerla más o menos restrictiva dependiendo del escenario que se presente”.
Puntualizó que en cualquiera de los escenarios se procurará en todo momento la convergencia de la inflación a su objetivo permanente de 3%.
Argumentó que en las últimas semanas se observó una depreciación significativa del peso mexicano inducida por el ajuste de cartera en los mercados financieros internacionales que afectó a la mayoría de las monedas de economías emergentes.
Este ajuste del tipo de cambio nominal, aunado al comportamiento favorable de la inflación, ha permitido una depreciación del tipo de cambio real que está atenuando los costos sobre la economía de un entorno internacional más adverso, añadió.
El Banco de México consideró que la cotización de la moneda nacional se encuentra anclada en el mediano plazo por los sólidos fundamentos de la economía mexicana.
Sostuvo que la falta de una solución definitiva a los problemas en la eurozona ha intensificado el deterioro de la actividad económica, del sistema bancario y del acceso al mercado de deuda soberana en algunos países europeos.
Ante el incremento de la incertidumbre, apuntó, se han realizado “reasignaciones masivas de inversiones hacia activos que se consideran refugios de valor”, lo que ha causado una gran afectación a las condiciones en los mercados financieros internacionales.
Este agravamiento de la Unión Monetaria Europea ha agudizado los riesgos a la baja para el crecimiento económico mundial. Aunque en Estados Unidos se prevé una expansión moderada, mientras las economías emergentes continúan con crecimiento moderado, señaló.
En el caso de México, indicó, la actividad económica continúa registrando una tendencia positiva, en parte por el dinamismo de las exportaciones manufactureras y el desempeño favorable de la demanda interna, aunque en algunos casos se ha observado una ligera desaceleración.
No se perciben presiones sobre los precios en los mercados de insumos como el laboral y el crediticio, ni sobre las cuentas externas.
En cuanto al balance de riesgos para el crecimiento de la economía mexicana, se considera que éste se ha deteriorado como reflejo de la intensificación de los riesgos a la baja para la economía mundial.