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La banca de desarrollo en México continúa siendo relegada como opción de financiamiento, pero ahora ya no sólo frente a la banca comercial, sino también ante otras opciones no bancarias como son los intermediarios financieros, las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo y las de financiamiento popular.
De acuerdo con el estudio Financiamiento de la banca comercial y de la banca de desarrollo, elaborado por Elizabeth Concha, para el primer trimestre del año los activos de la banca de desarrollo eran superados en más de 1 mil por ciento por cualquiera de los otros tipos de entidades financieras.
De modo que mientras los activos de ésta eran de 846 millones de pesos, las intermediarias financieras conocidas como Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofoles) y de Objeto Múltiple (Sofomes) reportaban activos por 64 mil 898 millones de pesos, casi 77 veces más.
Asimismo, las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo superaban los activos de la banca de desarrollo en más de 6 mil por ciento, al alcanzar 52 mil 542 millones de pesos. Las sociedades financieras populares, a su vez, rebasaron a la banca de fomento con activos por 16 mil 529 millones de pesos.
El trabajo de Concha, publicado en el boletín Momento Económico (nueva época) correspondiente a julio y agosto pasados, también apunta que los activos de la banca de desarrollo equivalen apenas al 3.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
El dato es inquietante si se considera que los activos de la banca comercial –que concentra alrededor del 60 por ciento de los activos de todo el sector financiero– representan la cuarta parte del PIB nacional.
Financiamiento, no sólo en manos de la banca comercial
En México, el sector bancario es el que más activamente participa en la prestación de servicios financieros. Actualmente, está integrado por 41 bancos comerciales y seis bancos de desarrollo: Nacional Financiera (Nafin), el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), el Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (Banjército) yla Sociedad HipotecariaFederal.
Sin embargo, existen otras entidades a través de las cuales es posible acceder a financiamientos, como las uniones de crédito, que actualmente suman 131, de acuerdo con los datos más recientes dela Comisión NacionalBancaria y de Valores. La institución también enlista 99 entidades de ahorro y crédito popular, 19 Sofoles y 16 Sofomes.
A éstas, aún podrían agregarse otras que cumplen funciones similares pero que lo hacen de forma irregular, por lo que no figuran en los datos oficiales.
Otras fuentes de financiamiento han sido la emisión de instrumentos de deuda, tanto interna como externa, la obtención de recursos extranjeros y a través de proveedores.
Pero de acuerdo con el trabajo de Concha, publicado en la gaceta informativa del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad NacionalAutónoma de México, las entidades que han ganado terreno en la esfera del financiamiento son las microfinancieras.
Orientadas sobre todo al sector popular, éstas suelen proveer créditos al consumo, a la vivienda y al sector automotriz, además de ofrecer sistemas de ahorro y otros servicios financieros como el cobro de remesas y seguros.
Aunque distintas en su estructura física y en los requisitos para acceder a un crédito, las microfinancieras siguen una conducta similar a la de la banca comercial, pues cobran tasas de interés y comisiones muy altas, lo que provee de ganancias sólo a sus propietarios, anota el estudio de Concha.
Mientras tanto, señala ésta, la banca de desarrollo ha ido relegando su función primigenia de captar y movilizar recursos para el desarrollo de complejos de infraestructura y de apoyar a sectores clave de la economía.
En lugar de ello, y tras la reforma financiera de finales de la década de 1980, la capacidad de financiamiento de la banca de fomento se ha orientado a ser una banca de segundo piso y de apoyo a la banca comercial.
Además, de manera indirecta se ha vuelto proveedora de financiamiento de grandes empresas como Gruma, Walmart, Comercial Mexicana y Cemex, indica el estudio.
Debido a ello, Concha acusa una “participación ficticia de la banca de desarrollo” en el ámbito del financiamiento, pues al tiempo que las autoridades buscan replantear estos esquemas de fomento, hacen “todo lo posible para su extinción”.
Un ejemplo de ello es el Fondo de Apoyo parala Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fondo PyME). Se trata de un programa para el acceso al financiamiento que ha recibido recursos de forma creciente desde su inicio y que para este año alcanzaron los 6 mil 940 millones de pesos.
A pesar de ello, en 2010 el Fondo sólo atendió a 50 mil 828 empresas, el 0.99 por ciento del total de micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) que había entonces en todo el país.
En contraste, el crédito de la banca de desarrollo al sector agrícola, silvícola y pesquero cayó de 12 mil 400 millones de pesos en 2003 a sólo 315 millones de pesos para marzo pasado.
Esta “participación ficticia” de la banca de fomento, sumada a la falta de recursos y de compromiso hacia los instrumentos de apoyo a las MiPyMEs, y a las altas tasas de interés y comisiones que cobra la banca comercial, ha provocado que el financiamiento en México busque alternativas fuera de la banca.
Banca comercial, acaparadora
Dentro del sector bancario, la banca comercial concentra más de la mitad de todos los activos del sector financiero; mas los créditos que otorga están orientados mayormente al consumo y a la vivienda.
En el caso de los créditos al consumo, se trata de empréstitos otorgados a través de tarjetas de crédito, cuyas comisiones e intereses moratorios son significativamente elevados.
Datos dela Comisión NacionalBancaria y de Valores muestran que para julio pasado la cartera total de crédito al consumo de la banca comercial era de 444 mil 883 millones 500 mil pesos. De ese monto, la mitad correspondía a plásticos.
De acuerdo con datos dela Comisión Nacionalparala Proteccióny Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, el rango del Costo Anual Total para los plásticos iba de un mínimo de 17 por ciento hasta un 102 por ciento, en el caso de BBVA Bancomer y su tarjeta Melody pagos fijos quincenales.
En la misma tónica se encuentran los bancos asociados con cadenas comerciales. Entre ellos destacan Banco Azteca, Banco Famsa o Bancoppel, que mantiene una anualidad de 88.3 por ciento.
En contraste con lo que ocurre en la banca comercial, en el primer semestre del año las entidades bancarias de fomento otorgaron apenas 2 por ciento de su financiamiento en créditos al consumo, de un total de 370 mil 969 millones 605 mil pesos.
La mayoría de sus financiamientos están otorgados a actividades empresariales o comerciales, de acuerdo con la información dela Comisión NacionalBancaria y de Valores.
Pero a pesar de ello, la participación de la banca de desarrollo se ha visto mermada en los últimos años. Los datos sobre el número de sucursales y empleados son reveladores al respecto: mientras en junio de 2000, la banca de fomento contaba con 11 mil 104 trabajadores, para junio pasado reportó 5 mil 824 personas.
En cuanto al número de sucursales, éste pasó de 406 a 596 en el mismo periodo. El aparente crecimiento se explica porque Bansefi suma 494 locales, pero en los casos de Nafin, Bancomext y Banobras, el número de sucursales se ha reducido.
Además, en 2002 fue liquidado el sistema del Banco Nacional de Crédito Rural –integrado por un banco central y 12 bancos regionales– encargado de financiar la producción agropecuaria y forestal en México. Y en 2006, Financiera Nacional Azucarera corrió el mismo destino.
Por el contrario, otras entidades financieras como las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo han aumentado su presencia en México en años recientes: mientras en diciembre de 2009 sumaban 42 instituciones, con 694 sucursales y activos por 37 mil 978 millones de pesos, para junio pasado su número creció a 59 instituciones, con 1 mil 98 sucursales y activos por 54 mil 67 millones de pesos.