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Cualquiera que sea elegido para quedar al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI) de los candidatos finalistas podrá hacer cambios sustanciales en el organismo financiero creado en Bretton Woods, es la opinión del principal economista del banco en línea Saxo Bank.
“Aunque creo que Agustín Carstens es un candidato levemente mejor que Christine Lagarde, si nos basamos en la experiencia y en los méritos, espero que Lagarde sea elegida en la votación del consejo del FMI el próximo 30 de junio. Y, para ser honesto, creo que difícilmente veremos diferencias si lo gobierna” una u otro, expresó Steen Jakobsen.
Desde su punto de vista, la carrera para ocupar la el puesto de director gerente del FMI está reñida entre dos candidatos muy calificados: la ministra de finanzas francesa y el gobernador del Banco de México.
Jakobsen expuso que si alguien quiere establecer quién es el mejor candidato para el trabajo, ese alguien necesita tomar una aproximación política para conocer quién tiene el mayor potencial para ganar. Desde la instauración del FMI, en julio de 1944, el puesto de director gerente siempre ha sido europeo. Es parte del “trato” hecho con Estados Unidos, en virtud del cual un estadounidense siempre es el líder del Banco Mundial.
Al margen de esto, agregó el funcionario bancario, se hace más fácil entender por qué Stanley Fischer, gobernador del Banco de Israel, ya no es considerado un candidato a pesar de que objetivamente tiene las mejores credenciales, mientras que la señora Lagarde es claramente la favorita.
A pesar de todo, aunque Fischer podría haber supuesto un soplo de aire fresco intelectual para la organización, creo, dijo Jakobsen, que los dos candidatos principales, Lagarde y Carstens, están altamente bien calificados pero por motivos diferentes.
La ventaja de Lagarde es que se trata de una jugadora internacional dominante. Se ganó el respeto como ministra de Finanzas en Francia y mantuvo las tasas con los temas de deuda en la Unión Europea. También tiene un historial estadounidense excelente, como socia principal del bufete de abogados de Chicago Baker & McKenzie. Si llega al FMI, traerá a la mesa peso político y una perspectiva europea.
Por otro lado, ponderó Jakobsen, y desde un punto de vista más pragmático, Carstens tiene currículum y habilidades para convertirse en director gerente: fue vicedirector gerente del FMI y tiene experiencia tanto en un banco central como en un ministerio. Representaría la opción del “insider”.
De manera aún más importante, agregó, el mexicano representa a las economías emergentes que cada vez tienen más relevancia en el Fondo. Lo vimos claramente en la reunión del G-20 en 2010, donde los mercados emergentes obtuvieron mayor poder de votación en la entidad.
Los derechos de voto actuales en el FMI se reparten de la siguiente manera: EU, 16.78%; Japón, 6.24%; Alemania, Francia y el Reino Unido tienen 5.82% cada uno. Mientras, el poder creciente de China acumula 3.82%. Así, en términos de votos, parece que la francesa es la clara favorita, expresó Jakobsen.
De todos modos, existen algunas razones tácticas por las que la carrera puede seguir abierta. Primero, el tema que más presiona en la economía global en la actualidad es la crisis de deuda en la Unión Europea. El FMI financió un tercio de todos los rescates, pero como los problemas parecen no tener fin, podría haber cada vez más descontento por parte de los miembros del Fondo si el organismo se convierte “de facto” en un fondo de rescate para la Unión Europea en lugar de ser, como se supone, un jugador global en el sistema financiero mundial. Esta sensación empeoraría si tenemos a otro europeo a la cabeza del organismo.
En ese sentido, podría utilizarse exactamente el mismo argumento para mantener a un europeo: los problemas en la Unión Europea tienen un mayor alcance ahora y, por lo tanto, haría falta alguien con un conocimiento profundo del proceso y del potencial político.
Desde una perspectiva de teoría de juegos, expuso el funcionario bancario, me inclino más a favor de Carstens por su profesionalismo. Si lidia con Europa, el FMI tendrá así un tono ligeramente más neutral que si la institución es dirigida por un europeo. Cuando eres parte del problema, es raro que logres liderar realmente una reconstrucción económica.
Otro tema práctico que va a favor de Carstens, dijo Jakobsen, es el hecho de que el FMI, “de facto”, juega un papel principal cuando la troika (UE, BCE y FMI) acude al rescate de un país débil y endeudado. Tiene la experiencia, la plantilla, y el “modus operandi” para navegar por el difícil análisis e implementación de los planes decididos.
Carstens lo ha hecho en su rol anterior y no necesitaría presentaciones de cara a la plantilla y a los legisladores.
Los problemas que afrontan Estados Unidos y Europa están ahora en una fase donde ganar tiempo y seguir posponiendo decisiones no parece ser una solución. El próximo director gerente del FMI debería ser evaluado por su habilidad para dejarle claro al mundo que resolver un problema de deuda con más deuda nos conduciría a perder décadas de crecimiento, como en Japón, advirtió finalmente Steen Jakobsen.