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Bank of America Merrill Lynch revisa sus expectativas de crecimiento mundial para 2011 y 2012, de manera que recorta sus pronósticos por el incremento de los precios del petróleo, que además arrojan que Estados Unidos será una de las naciones más afectadas al pasar de una estimación de 3.1 a 2.8% de avance.
Además especialistas del área de Global Research del banco de inversión advierten que “aún con esta revisión en las proyecciones, los riesgos en torno al crecimiento están altamente sesgados a la baja. Si el freno a la producción (petrolera) se esparce fuera de Libia, estaremos reevaluando nuestras predicciones nuevamente”.
En las condiciones bajo las que se presenta el choque petrolero, Ethan Harris y Alberto Ades señalan, que Estados Unidos se beneficia de una abundancia de gas natural y de la capacidad de refinación de crudo amargo (que extrae Arabia Saudita). Esto explica la gran brecha entre los precios del WTI y del Brent. En contraste, Europa está más expuesta de lo normal porque consume primordialmente crudo dulce producido en Libia y en las refinerías regionales que no están diseñadas para manejar la oferta de respaldo de crudo amargo.
Los mercados emergentes están mejor preparados para manejar incrementos moderados en el precio debido a sus fuertes posiciones presupuestales, las cuales les permiten subsidiar y compensar el impacto de las alzas del crudo. Nuestras estimaciones econométricas, y nuestras predicciones muestran un impacto negativo muy marginal para el crecimiento del PIB en 2011, señala Ades, co-director de Economía y Estrategias de Renta Fija para Mercados Emergentes.
La economía global crecerá 4.3% en lugar de 4.4%, la inflación pasa de 3.7 a 3.9% y de 3.64 a 3.69% las tasas de interés, con diferencias entre regiones y países, señalan los analistas de BofA ML.
La observación de la evolución de los precios del crudo seguirá, ya que consideran que si los precios se elevan por encima del pico histórico de los 150 dólares por barril, de manera sostenida, una recesión global se convierte en un riesgo real y a 200 dólares por barril, la recesión estaría prácticamente garantizada.