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Dos economías, lejanas en su geografía, buscan acercarse para aprovechar las oportunidades de un modelo económico que puede complementarse.
Dra. Luz María de la Mora Sánchez / Directora de la consultoría LMMConsulting y Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.
En noviembre pasado el Ministro de comercio de Nueva Zelanda, Tim Groser, visitó México acompañado de una delegación de empresarios de ese país interesados en explorar oportunidades de comercio e inversión en el mercado mexicano.
Tradicionalmente, Nueva Zelanda le había dado prioridad a sus relaciones económicas con Asia, pero recientemente América Latina, y México en particular, ha despertado interés entre los empresarios de ese país sin importar las ubicaciones geográficas.
La estabilidad macroeconómica y política, las elevadas tasas de crecimiento de la región y un ambiente conducente para el desarrollo de los negocios han hecho que el gobierno neocelandés despliegue una estrategia de mayor acercamiento con la región, y con México, su principal socio comercial en la región, a fin de robustecer el avance de sus propias empresas.
¿Cómo puede aprovechar México este interés de Nueva Zelanda por este acercamiento con nuestro país? Aunque por su tamaño y su ubicación geográfica se podría pensar que Nueva Zelanda no tiene mucho que ofrecer a México ése es un enfoque equivocado. En efecto, Nueva Zelanda es un país de 4.3 millones de habitantes pero su ingreso per capita es superior a 27 mil dólares al año (más de 3 veces el de México). Si algo dejó en claro la crisis financiera y económica iniciada en los EE.UU. es que la oferta exportable mexicana necesita encontrar nuevos mercados y éstos se pueden ubicar en países como Nueva Zelanda que cuentan con un gran valor adquisitivo.
Desde 2005 Nueva Zelanda y México han trabajado para identificar nuevas oportunidades de mercado. Ambos países crearon un Grupo de Expertos con miras a fortalecer la relación económica bilateral. En 2006 éste presentó su reporte que ofreció algunas recomendaciones para fortalecer los flujos de comercio e inversión entre las que consideraron las actividades de promoción económica, negociar acuerdos de alcance parcial para ofrecer acceso preferencial en ambos mercados o negociar un acuerdo de asociación estratégica de mayor profundidad.
Sin duda, el Grupo de Trabajo y su reporte contribuyeron a crear mayor consciencia entre la comunidad empresarial de ambos países sobre el potencial para el desarrollo de negocios. Desde 2007 se han realizado misiones empresariales en ambos sentidos. Una de las áreas de mayor oportunidad que México ha explorado con Nueva Zelanda es el potencial de desarrollo para su propio sector agropecuario. En los últimos 20 años Nueva Zelanda experimentó una profunda transformación de su economía al industrializar su agricultura. Gracias a inversiones en innovación y desarrollo tecnológico, el sector agropecuario neozelandés es hoy uno de alta tecnología lo que le ha permitido convertirse en uno de los principales proveedores de productos lácteos, cárnicos, pesqueros o frutos, por mencionar algunos, a nivel mundial. Esta transformación permitió un incremento de sus ingresos reales a la vez que amplió y profundizó la capacidad tecnológica de los sectores agropecuario e industrial.
Un gran potencial
México podría desarrollar alianzas estratégicas con empresas neozelandesas del sector agropecuario que constituye más de 60% de la oferta exportable de ese país. De hecho, la visita que realizó el Secretario de Agricultura, Francisco Mayorga, a ese país en junio de 2010, se orientó precisamente a promover el intercambio de información científica y tecnológica entre autoridades, empresarios e investigadores y protocolizar los sistemas de sanidad e inocuidad en las áreas.
Otra área de oportunidad para México está en el potencial del comercio que hoy es más bien simbólico. Nueva Zelanda puede ser una oportunidad para la exportación de productos mexicanos. En 2009 ese país importó del mundo más de 25 mil millones de dólares pero sólo compró de México 44 millones de dólares, cifra similar a las exportaciones mexicanas a Marruecos. Nueva Zelanda compra del mundo maquinaria y equipo, vehículos y aeronaves, petróleo, aparatos electrónicos, textiles y plásticos, entre otros, y sus principales proveedores están tanto en su área geográfica como en regiones muy apartadas, es decir, Australia, China, EE.UU, Japón, Alemania y Singapur. México podría formar parte de dicho grupo dado que los productos que Nueva Zelanda adquiere del mundo conforman la oferta exportable mexicana. En el sector agrícola México tiene potencial de exportación en productos como carne de cerdo y pollo o frutas de clima subtropical como aguacate, limón, lima, papaya y coco. En 2009, México importó de Nueva Zelanda 327.3 millones de dólares lo que representa una cifra similar a las importaciones que México realizó de países como Perú.
Igualmente, para México un acercamiento con ese país puede resultar estratégico en su acercamiento a la región Asia Pacífico que es el motor del crecimiento de la economía mundial. Así como Nueva Zelanda está utilizando sus operaciones en México para exportar tanto a los mercados de América del Norte como a una diversidad de mercados aprovechando las ventajas que le ofrece la red mexicana de tratados de libre comercio (TLCs), igualmente las empresas mexicanas podrían aprovechar a Nueva Zelanda como plataforma para acceder a los mercados de Asia en condiciones preferenciales. En efecto, Nueva Zelanda cuenta con una extensa red de TLCs en esa región, incluyendo uno con China y otro con Australia y los 10 países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Brunei, Cambodia, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam). Igualmente importante resulta el hecho de que siendo conocedoras de los mercados y la cultura empresarial de Asia, empresas neozelandesas pueden colaborar con empresas mexicanas interesadas en asociarse o crear alianzas estratégicas para penetrar y posicionarse de manera estratégica en los mercados de esa región.
Inversión complementaria
Nueva Zelanda cada vez invierte más en el exterior y México podría atraer mayores capitales de ese país. Hoy las empresas neozelandesas cuentan con inversiones en México por alrededor de 100 millones de dólares en el área de manufactura donde ese país ha mostrado gran capacidad de innovación y desarrollo de nichos. Como resultado de la misión empresarial a México en noviembre pasado, al menos cinco empresas de Nueva Zelanda entre las que se encuentran Fisher and Paykel, empresa del área de salud o Tru-test, empresa de equipo de medición, podrían desarrollar proyectos de inversión en México.
Un tema que preocupa y ocupa a ambos países tiene que ver con el cambio climático y la sustentabilidad ambiental donde existen amplias oportunidades para desarrollar innovaciones para su aprovechamiento en el mercado. México participa junto con Nueva Zelanda en la Alianza Global de Investigación sobre los efectos del sector agropecuario en la generación de gases de efecto invernadero; ésta busca reducir las emisiones agropecuarias sin afectar la producción de alimentos. En el desarrollo de energías nuevas y renovables ambos países han incrementado la cooperación en tecnologías “verdes” que podrían llevar a crear nuevas oportunidades de mercado.
A más de dos años de iniciada la crisis financiera y económica en los mercados tradicionales de exportación y comercio de México (EE.UU., la Unión Europea y Japón) es evidente que les tomará largo tiempo recuperarse lo que está afectando las posibilidades de crecimiento de la economía mexicana. Para México ello implica, entre otras cosas, pensar de manera estratégica cómo y hacia dónde orientar sus negocios con el exterior pues su modelo de desarrollo depende de las exportaciones y la IED.
México necesita desarrollar nuevos mercados externos con visión de largo plazo a fin de reducir la extrema vulnerabilidad de su economía a los ciclos económicos de los EE.UU. Como parte de dicha estrategia, Nueva Zelanda se presenta como un socio que podría ser parte del esfuerzo de creación y diversificación de nuevos mercados al tiempo que podría facilitarle a México su acercamiento efectivo con la región Asia Pacífico. Nueva Zelanda como país pequeño puede resultar un socio de gran estatura para México en su búsqueda de nuevos mercados.