Seguro Popular y Outsourcing, culpables de la precarización 

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En el Colegio de la Frontera Norte, la investigadora Grissel Olivera indagó ampliamente los efectos del Seguro Popular sobre la probabilidad de emplearse en el sector formal.

Olivera demostró que los programas de protección social como el Seguro Popular en Salud crean incentivos adversos para la gente reduzcan su propensión a emplearse el sector formal o a aceptar empleos en compañías terciarizadoras. Esta es una manera indirecta de medir la informalidad, ya que si los trabajadores no optan por trabajar en el sector formal es posible que se empleen en el sector informal porque sabían que contarían con una opción para obtener servicios de salud. Avanzó así la privatización de los servicios médicos.   Los trabajadores, dice Olivera,  evalúan no sólo las características económicas de un empleo, sino también el acceso a servicios de seguridad social. Los trabajadores se enfrentan a un problema de decisión respecto a la selección del sector en el que se desean emplear. En la última década, el Seguro Popular redujo la propensión de aplicar a un trabajo en el sector formal, sin embargo estos efectos son en mayor medida más significativos para los trabajadores con educación media y superior.

Un pequeño extracto del documento:

El argumento que sustenta esta investigación sugiere que los programas de protección social como el Seguro Popular en Salud crean incentivos adversos para la gente reduzcan su propensión a emplearse el sector formal. Esta es una manera indirecta de medir la informalidad, ya que si los trabajadores no optan por trabajar en el sector formal es posible que se empleen en el sector informal.

Esta hipótesis toma como punto de partida el carácter no contributivo de los programas de protección social debido a que los trabajadores evalúan no sólo las características económicas de un empleo, sino también los rasgos no pecuniarios como el acceso a servicios de seguridad social. En este sentido, los trabajadores se enfrentan a un problema de decisión respecto a la selección del sector en el que se desean emplear.

Por un lado, los empleos del sector formal se caracterizan por tener retribuciones salariales más altas y pleno acceso a los beneficios de la seguridad social siempre que se haga la contribución correspondiente, por el otro los empleos del sector informal se distinguen por no tener vinculo laboral establecido legalmente que les permita acceder a los beneficios de seguridad social, de ahí que una opción pertinente para satisfacer su demanda de servicios médicos y protegerse contra los gastos catastróficos sea inscribirse al Seguro Popular en Salud. Así pues, los trabajadores tienen la opción de emplearse en el sector informal y enfrentar los riesgos derivados de enfermedad con ayuda del Seguro Popular.

Para analizar si la proposición anterior es verídica se parte de un marco de referencia en el que se presentan dos corrientes teóricas, a decir la teoría neoclásica y la teoría de la segmentación del mercado laboral. La primera sugiere que el mercado de trabajo es único y competitivo y que los trabajadores buscan maximizar su utilidad a mayores niveles salariales, mientras que los empleadores buscan la maximización de beneficios a menores salarios. Una de las derivaciones relevantes de este razonamiento es que el salario de equilibrio -generado por la igualación de la oferta y demanda de trabajo- permite que se vacié el mercado, ya que los trabajadores se moverán al sector que más les convenga. En este sentido analizar los efectos del Seguro Popular en el mercado laboral es válido bajo los supuestos de competencia perfecta, ya que dada la libre movilidad de los factores, la variación en las tasas de informalidad capturan los efectos de dicho programa.

No obstante, la teoría de la segmentación propone que los mercados laborales no funcionan como lo describe la teoría neoclásica, sino más bien éstos se caracterizan por tener barreras a la entrada dadas las particularidades en los empleos y las reglas institucionales que definen a cada sector, por ello la determinación del salario y empleo, así como la asignación de los trabajadores entre distintas ocupaciones e industrias está sujeto a las barreras propias del mercado laboral y al contexto institucional de cada país. Sin embargo lo más relevante de esta corriente teórica es que da cuenta de la existencia de mercados laborales no estructurados, esto es el sector informal que coexisten con el sector formal estructurado.

De este modo, en el capítulo segundo, se expone que aún no se ha llegado a un consenso para definir a la informalidad, sin embargo destacan dos ejes analíticos para analizar su estudio, a decir el enfoque de la racionalidad económica y el enfoque de legalidad. El primero destaca que las actividades informales son meramente de ocupaciones de subsistencia y no buscan la maximización de ganancias, de ahí su rezago tecnológico, producción a pequeña escala, fácil acceso, propiedad familiar, ingresos bajos o trabajos sin remuneración.

Por su parte, el enfoque de legalidad, advierte que el sector informal se caracteriza por tener actividades productivas que escapan a la regulación del Estado. En este enfoque los argumentos generalmente señalados sustentan que las actividades informales tienen ventajas competitivas por no asumir los costos de regulación, se trata de actividades excluidas del sector formal que no ofrecen las prestaciones sociales legales y de seguridad social. Destaca el argumento puntualizado por De Soto (1986) quien atribuye la informalidad al exceso de regulaciones que no dejan otra opción a los trabajadores más que mantenerse en la informalidad.

Sin embargo, a fin de enriquecer el análisis, se presenta el concepto de empleo informal cuyo objetivo es brindar una noción integral sobre el análisis de la informalidad. Esta proposición es impulsada por el grupo Dheli y pretende incorporar las nuevas relaciones laborales surgidas por la flexibilización de los procesos productivos, por un lado, delimita que el sector informal está comprendido por las unidades económicas que producen bienes y servicios sin un registro legal sobre su contabilidad y su establecimiento ante las autoridades hacendarias, por el otro advierte que los trabajadores informales se identifican por no ejercer sus derechos laborales, incluidos los de la seguridad social, en este sentido se pretende capturar la informalización de las relaciones laborales. Este concepto de empleo informal es adoptado por el INEGI para generar las estadísticas de ocupación y empleo del país.

Posteriormente, en el capítulo tercero, se presenta el contexto en el que se forman las instituciones de seguridad social, así como los programas de protección social. Las primeras lograron consolidarse durante el modelo de Sustitución de Importaciones entre los años cuarenta y setenta con la finalidad de brindar amplia protección a la nueva clase obrera, así como para consolidar el Estado de Bienestar. Sin embargo, con las crisis de deuda de los años ochenta las instituciones formales de seguridad social comenzaron a reformarse por los desequilibrios fiscales, de ahí que la política social en materia de seguridad social comenzara a enfocarse en programas de protección social que sientan las bases para la formación del Seguro Popular en Salud.

En este mismo apartado se esquematiza el sistema de salud en México para evidenciar qué éste es un sistema segmentado que da beneficios de seguridad y protección social de manera diferenciada. Es decir, se establece que el IMSS, ISSSTE, PEMEX, SEDENA, SEMAR e ISSFAM dan seguridad social a los trabajadores del sector formal, mientras que la SSa, los SESA, IMSS-O y SPS ofrecen protección a las personas desvinculadas al mercado laboral, que viven en condición de vulnerabilidad y pobreza o que laboran en el sector informal. Este esquema permite evidenciar que la condición laboral es un factor que determina el tipo de seguridad a la que se está sujeto.

De este modo se puntualiza que SPS es un programa que va dirigido a brindar cobertura de servicios médicos a la población que no tiene una relación laboral definida, es pobre o laboral en el sector informal. Sin embargo, se plantea hasta qué punto el Seguro Popular en Salud desincentiva el empleo formal, dicho cuestionamiento ofrece la justificación para realizar el análisis empírico del cuarto y último capítulo.

El análisis empírico del último apartado pretende contrastar la hipótesis de que dicho programa reduce la propensión de los trabajadores a emplearse en el sector formal. Para realizar ese análisis se considera una muestra de hombres entre 20 y 60 años de edad por ser considerados jefes de familia que muestran cierta estabilidad en sus puestos de trabajo, los datos se extraen de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para los primeros trimestres de 2010 y 2011. Se define a la variable dependiente como el número de afiliados a las instituciones de seguridad social formal y a las variables explicativas con base en el nivel educativo, variables dicotómicas regionales para diferenciar el norte, centro-sur y Distrito Federal-Estado de México, así como variables dicotómicas que distinguen si los individuos habitan en una zona rural o urbana, finalmente, la variable explicativa de interés se forma mediante el cociente de afiliados al Seguro Popular entre el total de la población por entidad federativa.

La herramienta econométrica que se considera es el modelo de elección binaria con variable dependiente censurada propuesto por Duval y Smith (2011), las ventajas de abordar este modelo son que dicho esquema permite la introducción de barreras a la entrada al sector formal, de este modo la inserción a éste sector no sólo depende de la tasa de aplicación sino también de la propensión que los empleadores del sector formal tienen al contratar a un individuo con base en sus características productivas.

Así pues se constata que el Seguro Popular reduce la propensión de aplicar a un trabajo en el sector formal, sin embargo estos efectos son en mayor medida más significativos para los trabajadores con educación media y superior Asimismo se concluye que en la región norte incrementa la probabilidad de trabajar en el sector formal, también la composición del hogar y la fracción de mujeres aumentan la propensión a emplearse en dicho sector.

 

Aquí la investigación de Olivera en el Colegio de la Frontera Norte.

https://www.colef.mx/posgrado/wp-content/uploads/2014/03/TESIS-Olivera-Mart%C3%ADnez-Grissel-MEA.pdf