Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 18 segundos
El peso mexicano siguió débil frente al dólar tras la postura fijada por el Comité Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) el miércoles pasado en el sentido que la primera economía del mundo iniciaría un ciclo paulatino de alza en sus tasas de interés a partir del 2023.
La moneda mexicana retrocedió 1.03% frente al dólar estadounidense en su cotización interbancaria, para concluir el viernes en niveles de 20.62, no vistos desde marzo pasado. En el balance semanal, el tipo de cambio exhibió una depreciación de 3.57% frente al nivel de 19.91 unidades por dólar registrado el viernes anterior.
Pese a estar influenciada por el mismo entorno, la Bolsa Mexicana de Valores pudo concluir con un tono positivo, al avanzar 0.23%, en las 50,319.57 unidades, aunque el balance semanal también es negativo, con una pérdida de 2 por ciento.
Alrededor del mundo, los mercados de acciones también concluyeron con balances negativos por los anuncios de la Reserva Federal, por un lado, y debido a vencimientos con grandes volúmenes en los futuros e índices de las bolsas de valores de Estados Unidos.
En EU, el presidente de la FED de Saint Louis, J. Bullard, que no tiene voto en las decisiones de Política Monetaria estimó que el alza en las tasas de interés del mercado más grande del mundo podría iniciar desde el próximo año, en medio de expectativas de incrementos en el índice inflacionario ante una reapertura de la economía más rápida a lo esperado.
En México, los movimientos de la BMV se dan a partir de máximos alcanzados en el indicador de referencia S&P/BMV IPC un día después de las elecciones del 6 de junio, cuando alcanzó las 51,705.23 unidades ante un escenario político de más equilibrio entre las fuerzas del Congreso.
De hecho, el índice de referencia de la bolsa local se ubica un 14% por arriba del cierre del año anterior.
En las noticias destacadas del viernes, el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) dio a conocer que la demanda agregada de bienes y servicios aumentó 2% entre enero y marzo pasados, de manera trimestral.
Expertos destacaron el progreso de la inversión física de 5.3% en el periodo, pero también la desaceleración de la demanda agregada de bienes y servicios contra el cuarto trimestre de 2020, cuando mostró un repunte de +5.9 por ciento.