El fisco ausente de la batalla ambiental

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En México los alicientes fiscales provistos a empresas comprometidas con la ecología son insuficientes. Sólo el 10% de éstas destinan recursos a la adquisición de tecnología para el control de contaminantes, el resto simplemente dejó de invertir.

Con el compromiso de dirigir las pláticas internacionales que sellarían los acuerdos que necesita el mundo para frenar el deterioro ambiental, México busca impulsar los cambios internos que le permitan cumplir con el Protocolo de Kyoto y disminuir el efecto invernadero originado por la emisión de gases contaminantes.

Las empresas mexicanas enfrentan, sin embargo, obstáculos financieros, operativos y regulatorios que las colocan cuesta arriba en esta agenda impostergable.

En 1997 se suscribió en Japón el Protocolo de Kyoto, acuerdo ambiental que comprometió a los países suscriptores a la reducción de emisiones de gas, en un 5%, entre los años 2008 al 2012, en relación con las emisiones registradas en 1990.

Este instrumento fue ratificado el 16 de febrero de 2005 por 141 países, entre ellos los 15 integrantes de la Comunidad Económica Europea. Estados Unidos, China, India y Australia se niegan a suscribir este compromiso, argumentando que en el documento subyace una visión catastrófica, además de que dicha medida sería un perjuicio en sus economías.

Sin embargo, el Congreso de Estados Unidos, de acuerdo con un documento de la Oficina General de Control (GAO), por sus siglas en inglés, analiza la posibilidad de limitar las emisiones de gases efecto invernadero. En dicho documento también reconoció, por primera vez, que la alta concentración de estos contaminantes puede afectar el clima, la agricultura, la infraestructura y los ecosistemas.

Por el momento, más allá de suscribir los acuerdos internacionales en materia de cambio climático, Estados Unidos pretende normar y dirigir la información sobre emisiones contaminantes. En una muestra de 41 naciones, la mayoría de ellas desarrolladas pero que incluyen a México, la GAO estableció que los países con economías menos avanzadas ostentan índices menos rigurosos sobre las emisiones de carbono.

La GAO advierte, sin mencionar la negativa de Estados Unidos para suscribir pactos como el de Kyoto, que la liberación de mayor información sobre emisiones contaminantes, será determinante para alcanzar nuevas negociaciones y compromisos.

La Unión Europea cuenta con 30 años de experiencia en la adopción y aplicación de políticas de conservación de patrimonio natural. Su política se basa en el principio: “el que contamina paga”. Por lo que a partir del 1 de enero del año en curso, quienes rebasen el nivel de emisión de gases señalado, deberá pagar el porcentaje que otra empresa no ocupe, a través del régimen comunitario de “comercio de derechos de emisión”.

El hecho de que nuestro país se encuentre entre los miembros suscriptores de éste y algunos otros instrumentos ambientales lo obliga, por un lado, a crear y mantener programas ambientales, y por otro, a generar el acceso adecuado a los aportes financieros que le permiten ser beneficiado con el apoyo de varias instituciones internacionales para la aplicación de dichos proyectos.

Por lo anterior, el gobierno federal debe apoyar con mayores recursos a las empresas comprometidas con el ambiente en la adquisición de nuevas tecnologías.

Según la encuesta global Regus Business Tracker, el 75% de las compañías en México requieren mayores incentivos fiscales para acelerar sus inversiones en tecnología verde. El estudio también  reveló que el 34% de las empresas mexicanas haría inversiones en materia ecológica únicamente si la tecnología fuera más barata que la disponible en el mercado. Pero no es una situación exclusiva de México, el 46% de las compañías a nivel global manifestaron que sólo podrían adquirir o invertir en equipos operativos de bajas emisiones de carbono si los costos de funcionamiento fueran los mismos o menores que los de los equipos convencionales.

Entre las empresas que en México han hecho público su compromiso con el medio ambiente, se encuentra el Infonavit – que ha desarrollado Grupo GEO, Editorial Armonía, Unilever, Nestlé, L´Oreal, Kellogg´s y Coca Cola. Sin embargo, en una revisión de sus inversiones y activos relacionados con el medio ambiente no destacan estímulos fiscales ni reducciones en el pago de impuestos ni alguna disposición que beneficie su esfuerzo.

Sin embargo, en estos niveles corporativos los estímulos que puede darles el gobierno sólo se basa en su régimen de consolidación fiscal y la deducción de donativos.

Ante el compromiso firmado por México en diversos tratados internacionales como el protocolo de Kyoto, así como en un sinnúmero de leyes y reglamentos de protección al ambiente, se promueva la inversión, desarrollos tecnológicos y científicos para mejorar la calidad ambiental.

Sin embargo, en medio de las negociaciones mundiales encabezadas por México para frenar el impacto del cambio climático, en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2011 no se contemplan apoyos contundentes a las empresas ecológicamente comprometidas. Peor aún, los pocos incentivos que se registran sólo llegan a las grandes empresas olvidándose por completo a las Pequeñas y Medias Empresas (PYMES) que también han iniciado este proceso de cambio.

Nacional Financiera, entre sus opciones de financiamiento para las PYMES, ofrece créditos para mejoramiento ambiental que pueden ser descontados por la banca comercial. Sin embargo, los industriales afiliados a la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación deploran la serie de requisitos que exige la banca para liberar los recursos que, en estos momentos, resultan indispensables para garantizar el equilibrio ambiental.

México es considerado como uno de los principales países con mayor biodiversidad a nivel mundial. Es urgente, por lo tanto, un plan nacional que contemple hoy por hoy un presupuesto que integre los suficientes apoyos financieros y fiscales a las empresas.

¿Quién financiera el cambio ambiental?

Apoyos Financieros y operativos

  1. Apoyos sustentables y económicos a las PYMES que inician un proceso de transformación en sus tecnologías y que están enfocadas al cuidado ambiental. Empresas como panaderías o pequeños establecimientos que necesitan recursos para modernizarse.
  2. Fomentar la inversión de tecnología verde con precios accesibles.
  3. Distribución de los recursos otorgados a México por organismos internacionales derivado de la firma del protocolo de Kyoto y los cuales año con año se otorgan a nuestro país.
  4. Creación de fideicomisos que promuevan la generación de recursos para la adquisición o renta de equipos más sofisticados y contribuyan al mejoramiento del medio ambiente.
  5. Destinar parte del presupuesto de egresos de la federación a la generación y creación de empresas con proyectos de mejora ambientalista.
  6. Promover el transporte público sustentable,
  7. Promover la renovación acelerada de la flota vehicular para aprovechar la disponibilidad de nuevos combustibles y de tecnología automotriz limpia,
  8. Apoyar en la elaboración de una Estrategia Nacional de Acción Climática y participar en la conformación de una cartera de proyectos financiados con el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto para el sector de Energía, y

Apoyos Fiscales

  1. Deducción inmediata de activos fijos que estén catalogados como equipos de baja emisión de contaminantes.
  2. Reducción de impuestos arancelarios a la importación de maquinaria con tecnología verde.
  3. Reducción de tasas impositivas en el ISR e IETU a empresas que utilicen energía alternativa generada por biocombustibles.
  4. Reducción de impuestos a personas asalariadas que se contraten o laboren en empresas ecológicamente comprometidas.
  5. Cambios en el régimen fiscal de Pemex que contemple la generación de combustibles con baja emisión de gases contaminantes y la exploración de nuevos recursos biocombustibles.
  6. Subsidios al transporte público ecológico como: Metrobús, Metro, taxis, entre otros.
  7. Apoyo y estímulos fiscales a empresas productoras de materiales biodegradables como bolsas de plástico, iluminación incandescente, etc.

La tarea no es fácil en México considerando que somos un país en vías de desarrollo y que las obligaciones contraídas en el Protocolo de Kyoto traerán consigo el cambio de un nuevo modelo económico para el cual no estamos preparados y nuestro gobierno aún no es capaz de definir un modelo que beneficie a nuestra nación. (FL)

Implicaciones para México del Protocolo de Kyoto

  • México genera casi el 2% de los gases de efecto invernadero, con emisiones per cápita que corresponden al promedio mundial de cuatro toneladas de bióxido de carbono por habitante por año en quema de combustibles fósiles.
  • La iniciativa privada en México se ha comprometido a promover la utilización de energías renovables como la solar, eólica, geotérmica, hidráulica y oceánica entre otras, en los próximos años. Este tipo de tecnologías actualmente sólo representa el 2% de la fuente de energía primaria.
  • En 1999 se tuvieron que destinar 6 mil 700 millones de pesos para reconstruir caminos, escuelas, viviendas, hospitales y pagar empleos temporales a mexicanos afectados por lluvias, inundaciones, sequías y un temblor de 7.4 grados Richter.
  • México está interesado en cumplir con el Protocolo debido a los efectos que está teniendo con el clima mundial. Las inundaciones que dejaron más de 400 víctimas fatales y más de 270 mil personas sin techo en los primeros años del siglo XXI, son sólo una señal de las cosas que están por ocurrir con nuestro clima.
  • Las evidencias del calentamiento de nuestro planeta en los últimos 200 años son abrumadoras. Estamos viendo cada vez más la inconfundible huella de la influencia humana sobre el clima global. Sin una acción para reducir las emisiones, el clima de la Tierra en el próximo siglo podría elevarse de una manera jamás experimentada por la especie humana.
  • En muchas regiones, también están en aumento los brotes de enfermedades transmitidas por el agua u originadas en ella, que a menudo ocurren durante el período cuando se verifica el fenómeno de El Niño, una corriente de agua cálida originada en el Océano Pacífico que provoca graves trastornos en el clima mundial.
  • El gobierno mexicano se dice listo para enfrentar su parte de responsabilidad y está trabajando en la búsqueda de nuevas fuentes energéticas que sustituyan al petróleo, principal causante del problema. Para generar el oxígeno que se requiere y lograr que los bosques absorban los contaminantes, se está luchando para abatir la deforestación; disminuir la tala ilegal, el cambio de uso de suelo y promover el uso de energías limpias.
  • México ha sido señalado como uno de los países más vulnerables a desastres naturales, y la advertencia es que estos fenómenos serán cada vez más recurrentes.
  • México contribuye con 2% de las emisiones globales; pero fue uno de los primeros países grandes en ratificarlo. Entre las medidas que se realizan en México, está el aprovechamiento de estiércol y metano de los basureros, por ejemplo, y otras medidas, con las que México evita producir unos 6 millones de toneladas de bióxido de carbono. Se prevé que en 2012 pudiera ahorrarse más del doble, llegando a 15 millones de toneladas.
  • Los costos de no adoptar hoy las medidas requeridas por México y la falta de apoyos fiscales y financieros a las empresas ecológicamente comprometidas podrían resultar más caros en lo futuro ante desastres ambientales a los que estamos expuestos. Por tanto es importante mencionar la urgencia de que México comience a despertar ante una nueva realidad en el mundo, ante un nuevo reto económico y ante una nueva forma de incentivar a los contribuyentes que desean invertir en nuevas tecnologías verde. (FL)
  • Promover medidas orientadas a disminuir las emisiones de gases efecto invernadero asociadas al consumo de energía a fin de lograr un incremento del 10% en la eficiencia energética en el país.