Redescubriendo el objeto social de la empresa

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Por: Adalberto Méndez López*

 

El discurso de los derechos humanos cobra cada vez más fuerza sobre todo en las sociedades que actualmente están en crisis en esta materia y ante la inminente necesidad de construir condiciones más justas y equitativas donde impere el estado de derecho y se atienda de manera prioritaria y expedita este tipo de  problemas. Tradicionalmente ha sido el Estado quien ha asumido esta responsabilidad, sin embargo, su efecto resulta limitado por la falta de una colaboración más constante y efectiva de los diferentes sectores, sobre todo de  las empresas privadas.Pyramid of Justice

Lo anterior da pie a reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿Por qué la empresa no asume un papel más preponderante en el tema?,  ¿a qué se debe que se estén desarrollando diversas políticas e instrumentos que buscan limitar su actividad por los efectos adversos de sus operaciones en el mundo?, ¿por qué la empresa ha desvirtuado su papel original de ser un pilar para la transformación social y es ahora vista por muchos sectores como un enemigo de la clase trabajadora?

¿No sería entonces más adecuado que la empresa re-dignificara su papel a través de un compromiso más real con la sociedad en su conjunto?

Para algunos, este cuestionamiento parece un tanto idealista, mientras que para otros resulta una propuesta innovadora; sin embargo, en realidad más bien se trata de un principio fundacional de la propia empresa. La constitución de sociedades históricamente atendió a una necesidad de bienestar colectiva, es decir, cuando dos o más personas decidieron asociarse, lo hicieron con el objeto de obtener un mayor beneficio que impactara positivamente a más personas; basta con recordar cómo fueron las primeras sociedades prehistóricas, donde nuestros antecesores unían esfuerzos y recursos para cazar una mayor cantidad de animales o a animales de mayor tamaño.

Conforme la empresa evolucionó, este ánimo de construir condiciones óptimas para la colectividad se fue desvirtuando al enfocarse únicamente en un beneficio particular y no en uno colectivo como en sus orígenes. El patrón comenzó a buscar una ganancia económica excesiva mediante la explotación de sus trabajadores, pervirtiendo así su objetivo de transformación social. Así, las corporaciones en todo el mundo propiciaron que los pobres se volvieran cada vez más pobres y los ricos aún más ricos bajo el falso argumento del “progreso económico”, deshumanizando la práctica empresarial al olvidar que el “objeto social” bajo el cual se fundaban, no atendía sólo a una mera actividad comercial, sino que se trataba realmente de una misión para transformar la realidad social.

La reflexión anterior resulta relevante, sobre todo si consideramos que en un estudio publicado en 2015, la organización Global Justice Now, concluyó que de las 200 entidades económicas más ricas a nivel mundial, 153 eran empresas multinacionales y las 47 entidades restantes eran países. Es decir, en un mundo donde las grandes corporaciones han alcanzado niveles económicos iguales o superiores a los Estados y, por ende, han adquirido una influencia global relevante, debe ser una prioridad el que la empresa retome cuanto antes sus orígenes y enfoque sus esfuerzos a generar un bienestar social tanto para el empresario como para sus trabajadores y del entorno en general, lo que necesariamente hace cuestionar si es esto puede ser posible.2-adalbertomendezf155

Si bien es cierto que todavía no nos encontramos en una situación donde la gran mayoría de las empresas sean socialmente responsables, por fortuna se empieza a notar que diversas compañías nacionales y transnacionales están re-enfocando su práctica empresarial, logrando conservar sus ganancias al tiempo que impactan positivamente en su entorno.

Por ejemplo, a partir de 2007 y hasta la fecha, diversas entidades financieras en el mundo han incrementado considerablemente la emisión de bonos verdes, que  son instrumentos de inversión de renta fija cuyo atractivos principales son la liquidez que éstos proveen a los inversionistas y el impacto social que los mismos generan; tal es el caso de la emisión de bonos que el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional realizaron para ampliar la provisión de energía solar en zonas rurales de Perú y las fuentes de energías renovables en México, o bien, la realizada por la compañía francesa de servicios públicos GDF Suez por un monto de 2 mil 500  millones de euros, la emisión de bonos verdes más cuantiosa hasta la fecha, para el financiamiento de parques eólicos, redes integradas de calefacción urbana y proyectos relativos a la eficiencia energética en Francia.

Otra práctica interesante que empieza a ganar fuerza internacionalmente son los negocios basados en el re-uso de alimentos. En 2012 la ONU alertó que en el mundo una tercera parte de la comida producida para el consumo humano había sido desperdiciada, prácticamente tirada a la basura, sin embargo, hubo quien capitalizó lo anterior para emprender una nueva forma de hacer negocios.

Tal es el caso de la empresa californiana Back to the Roots dedicada a la comercialización de herramientas e insumos para el cultivo de hongos domésticos, y cuya principal materia prima la obtienen de los desperdicios de café de más de 35 cafeterías en Berkeley, California; o que decir de lo realizado por la compañía británica Berries un the Rubble, quien ha basado su negocio en la elaboración y comercialización de mermeladas elaboradas con las frutas y verduras desechadas por los supermercados. Ambas compañías han encontrado en la lucha contra el desperdicio de alimentos una forma nueva y efectiva de competir en los distintos mercados.Law and Justice

Asimismo, la aparición de nuevos esquemas en el ámbito de los recursos humanos, como las gerencias de felicidad en Chile, constituyen un insumo relevante al respecto. En este sentido, la pionera fue la institución financiera chilena BancoEstado, quien desde 2006 introdujo en su estructura corporativa una sub-gerencia de felicidad que posteriormente crecería al grado de substituir a la gerencia de recursos humanos. Bajo la concepción de que la mayoría de los trabajadores renunciaban generalmente no por la empresa en sí, sino por la actitud de sus superiores, la Gerencia de Felicidad tiene como misión escuchar de manera periódica las necesidades de los trabajadores y alinear las mismas a la dinámica de la empresa para promover un buen clima laboral, aumentar la productividad y evitar la rotación de su personal. Los resultados de esta gerencia han sido verdaderamente importantes; desde su implementación, BancoEstado logró reducir la rotación de su personal a tan sólo un 2 por ciento y en  más de la mitad las demandas de carácter laboral, dando por consecuencia una disminución en los pasivos de este tipo.

Los ejemplos anteriores, son sólo una clara evidencia de que es totalmente posible regresar a los orígenes de la empresa, es decir al verdadero objeto social, bajo esquemas de mayor justicia que, al tiempo que mantienen la rentabilidad económica de las empresas, contribuyen en forma determinante a la construcción de sociedades con perspectiva de derechos humanos, basadas en la dignidad de la persona, el bienestar colectivo y en el entorno social y ambiental.

*Socio Consultor de BR&RH Abogados en materia de Derechos Humanos y Empresa; Catedrático de la Universidad La Salle y la Universidad Iberoamericana (Campus Torreón) y Profesor Visitante de la SUNY University at Buffalo;

Twitter: @ADALSAMMA; amendez@brrhabogados.mx