El segundo rescate de la vivienda en México y la SHF

Fuente:SEDATU
Jorge Carlos Ramírez Marín durante la presentación de los nuevos criterios para el otorgamiento de subsidios para la vivienda vertical.

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Vivienda1En este tercer trimestre del año, una vez más las emisoras del sector hipotecario en problemas guardarán silencio mientras los inversionistas del mercado de acciones y deuda se preguntan el destino de sus inversiones.
Mientras tanto, el gobierno federal a cargo de Enrique Peña Nieto y la Secretaría de Hacienda, bajo la responsabilidad de Luis Videgaray, buscarán obtener el aval del Congreso de la Unión para obtener el capital que necesitan para garantizar la operación de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) que dirige Jesús Alberto Cano Vélez quien en una reciente entrevista con el diario 24 Horas aceptó que el gobierno priista encontró un banco con grandes problemas.
A los panistas, durante las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón, se les debe la cartera vencida que presenta este banco y que fue resultado del rescate de hipotecas e intermediarios por más de 40,000 millones de pesos.
Cano Vélez, en entrevista para el diario 24 Horas, reveló que debido a daciones de pago y a las reestructuras en las que participó este banco de desarrollo “de golpe y porrazo” se convirtió en una institución de primer piso. Esta declaración debería ser una gran revelación por la trascendencia de un rescate de entidades privadas con dinero público.
La SHF, aceptó su director general, se vio afectada por las carteras en problemas de intermediarios como Su Casita, Crédito Inmobiliaria y media docena de Sofoles. Participé hace algunas semanas en la investigación del portal Arena Pública que develó los fideicomisos que fueron constituidos en diferentes bancos – al estilo del Fobaproa – para resguardar activos que, a finales de 2009, servirían como garantía para recuperar recursos involucrados en el rescate ordenado por el gobierno de Felipe Calderón pero puesto en marcha desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que, en ese momento, operaba bajo la conducción de Agustín Carstens, aspirante, entonces, a la primera posición del Fondo Monetario Internacional y el autor de la frase que ya es todo un clásico: “La economía mexicana (frente a la crisis de las hipotecas subprime) sólo sufriría un catarrito y no una pulmonía”. Consulté a la SHF sobre la grave situación de la SHF y aún sigo en espera de un cuestionario con las siguientes preguntas:
· ¿Cuál es el monto de recursos del patrimonio de la SHF que sigue comprometido en estos fideicomisos a través de los cuales se rescataron activos?

· ¿Es el monto que se reporta en los estados financieros consolidados a junio pasado y que asciende a más de 24,000 millones de pesos?

· ¿Por qué se mantienen sin revelar los nombres de los intermediarios que recibieron estos apoyos si se trata de dinero público, incluso de créditos contratados con bancos multilaterales como el BID y el Banco Mundial?

· ¿Cuáles son los planes de la SHF para liquidar estos fideicomisos; se tiene alguna expectativa de recuperar el capital involucrado?

· Para otorgar los 18,000 millones de pesos anunciados por la SEDATU a través de la SHF sería necesario un proceso de capitalización de la SHF?

Sigo en espera de las respuesta de Cano Vélez.

Ahora sabemos, casi cinco años después, que la medicina para que no se presentara la pulmonía a la que desdeño Carstens fue una costosa inyección de antibióticos que costaron 40,000 millones de pesos.

Así, la crisis que sufrieron las desarrolladoras de vivienda como GEO, Urbi, Sare y Ara, no fue la primera. En 2009 enfrentaron una crisis de liquidez que estaba poniendo en jaque sus estructuras y el modelo de subsidios para la vivienda.

La quiebra técnica de intermediarios como Metrofinanciera y la insolvencia de otras como Su Casita quebró en aquel momento el círculo del financiamiento a través de un mercado secundario de hipotecas en el que los Bonos Hipotecarios (Borhis) fueron los protagonistas de un millonario flujo de recursos que, en el momento del quiebre en el mercado de valores, tuvieron que ser intercambiados por deuda (casi con garantía soberana) de la SHF.

Sin embargo, el gobierno de Felipe Calderón logró que, al final de su gobierno, se mantuviera lo que, hasta entonces, se presentaba como un modelo exitoso de desarrollo de vivienda.

El gobierno de Enrique Peña Nieto, a pesar de los problemas que exhibió el modelo de financiamiento para la vivienda impulsado por los panistas, seguirá utilizando a la SHF como instrumento financiero de su programa de vivienda de interés social. El director de la SHF asegura que está ordenando la casa y que busca soluciones administrado bien la cartera. No estaría mal que el gobierno de Peña Nieto también mejorara en la SHF la cultura de la transparencia.