Nuevo estímulo monetario en Japón

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El Banco de Japón (BOJ) sorprendió hoy a los mercados con una revisión radical de sus políticas, luego de prometer inyectar cerca de 1.4 billones de dólares en la economía en menos de dos años, una apuesta radical que hizo tambalear el yen y llevó los rendimientos de los bonos a mínimos históricos.

El nuevo gobernador del banco central, Haruhiko Kuroda, se comprometió a que el Banco de Japón realice una compra de activos de final abierto, y dijo que la base monetaria casi se duplicaría a 270 billones de yenes (2.9 billones de dólares) a fines del 2014, en una terapia de choque que busca poner fin a dos décadas de estancamiento.

La Reserva Federal quizás compre más deuda en el marco de su alivio cuantitativo, pero como la economía japonesa es alrededor de un tercio del tamaño de la de Estados Unidos, el alcance del “alivio monetario cuantitativo y cualitativo” de Kuroda es inigualable.

“Este es un grado sin precedentes de alivio monetario”, dijo Kuroda en una conferencia de prensa después de su primera reunión de política monetaria.

Una de esas medidas fue abandonar la meta de las tasas de interés y convertirse en el único banco central importante en apuntar principalmente a la base monetaria: la cantidad de efectivo que la entidad bombea hacia fuera para la economía.

La medida de Kuroda, y el hecho de asegurarla con el apoyo unánime del consejo, hizo caer bruscamente el yen, llevó el rendimiento de los bonos a 10 años a un mínimo histórico y generó que los precios de las acciones de Tokio se sitúen apenas por debajo de un cierre máximo en 4 años y medio.

“El resultado es nada menos que un cambio de régimen”, dijo el economista de HSBC en Japón, Izumi Devalier.

“El Banco de Japón ha hecho un compromiso mucho más firme para lograr su meta de inflación de un 2 por ciento, y ha demostrado que no hará nada menos que una compra de bonos extranjeros para alcanzar este objetivo”, agregó.

El alcance de los cambios impulsados por Kuroda ofrece un alivio inmediato a los mercados japoneses, pero conlleva grandes riesgos.

La medida podría dejar al banco central japonés muy expuesto a la deuda pública y potencialmente generar enormes pérdidas si no aviva la inflación y si los inversores pierden la fe en sus esfuerzos para reviva la economía. También podría desencadenar una guerra de divisas debido a que otros exportadores asiáticos podrían buscar mantener su competitividad con un yen más débil.

Atacar la base monetaria dará lugar a un gran aumento de las balanzas de cuenta corriente que los bancos comerciales mantienen en el Banco de Japón.

La base monetaria, o el dinero en efectivo y reservas en el Banco de Japón, ya alcanzó un récord en marzo, pero no ha logrado poner fin a la deflación o aumentar los salarios.

La primera reunión de política monetaria de Kuroda desde que asumió el cargo el 20 de marzo fue vista como una gran prueba de su capacidad para conducir el Banco de Japón con medidas poco ortodoxas, que permitan cumplir con la meta de inflación que adoptó en enero. Y a los mercados les gustó lo que vieron.

Los futuros de la deuda pública se dispararon y los bonos a 10 años registraron un rendimiento del 0,425 por ciento, su nivel más bajo de la historia.

El yen, que había subido en el período previo a la reunión, se desplomó. La decisión del BOJ hizo subir el dólar más de un 2 por ciento frente a la moneda nipona, a cerca de 95.25 yenes desde los 92.90 yenes previos a la decisión.

El índice Nikkei de la bolsa de Tokio borró pérdidas de más de 2 por ciento para terminar con un avance de 2.2 por ciento, apenas por debajo de un máximo de 4 años y medio alcanzado el mes pasado.