Vehículo autónomo

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El llamado vehículo autónomo MadeInGermany fue desarrollado por el mexicano Raúl Rojas González, egresado de la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y funciona con energía eléctrica sin la necesidad de un conductor.

El auto fue desarrollado por Autonomos Labs, en la Universidad Libre de Berlín, y cuenta con una tecnología que le permite incluso respetar algunos señalamientos de tránsito.

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La tecnología utilizada es una integración de software y hardware que incluyen un láser rotatorio, sensores, radares, y cámaras de video, así como diversos dispositivos móviles, entre ellos el sistema Omnistar, que funciona como una red de estaciones que analiza permanentemente las señales GPS.

 

El prototipo desarrollado es adaptable en cualquier vehículo estándar. Tiene como peso 1 mil 800 kilogramos y logra velocidades de 120 kilómetros por hora en carretera y 55 kilómetros por hora en la ciudad, ya que es la velocidad limite permitida en Alemania.

 

Además, su uso ya ha sido probado exitosamente en superficies con lluvia y nieve. Otra de las ventajas es su consumo bajo de watts.

 

Rojas González explica que su creación tiene la misma capacidad de maniobra que un conductor humano, debido a que sus diversos componentes le permiten respetar las señales de tránsito colocadas en las calles y avenidas, frenar ante la cercanía de otro auto o persona, mantener una distancia adecuada, girar oportunamente cuando se requiera, y realizar eficaces cambios de carril.

 

Según el creador, especialista en inteligencia artificial, un reto a superar en el proyecto es el uso del auto en superficies con topes, ya que en Alemania estos prácticamente no existen.

 

En México, el auto se estrenó en la Unidad Profesional Adolfo López Mateos del IPN en Zacatenco; ahí Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora general de la institución, y alumnos de diversas carreras de ingeniería se dieron cita para conocer el trabajo que a Rojas González le llevó seis años de esfuerzo.

 

La funcionaria destaca que el proyecto “permite visualizar la capacidad y el talento de un egresado de esta casa de estudios quien dirige a un destacado equipo de investigación de avanzada.

 

“Raúl Rojas González luego de egresar del politécnico realizó estudios de posgrado en Alemania y ahí ha desarrollado una brillante carrera en el campo de la robótica, debido a que en aquel país cuenta con recursos económicos suficientes para realizar sus trabajos de investigación”, explica Bustamante Díez.

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Señala que “a veces en México no tenemos todas las condiciones para que este tipo de desarrollos se logren; el problema no es la falta de capacidad, sino de recursos económicos para inversiones que permitan desarrollar este tipo de proyectos”.

 

El especialista Roberto Magaña Hernández, ingeniero en mecatrónica, explica a Fortuna que Rojas González utilizó su conocimiento en inteligencia artificial para desarrollar herramientas útiles para la conclusión del ambicioso proyecto.

 

“Es una tecnología que, se podría decir, aprende de sus errores; ésta tiene la capacidad de ir mejorando mientras va practicando. En resumen se trata de una fórmula de ensayo-error que al final se perfecciona”, explica Magaña Hernández.

 

Además, señala que el prototipo cuenta con preprogramaciones, es decir, inicia con cierto nivel de programación determinado por el programador para ir descubriendo cosas que un humano no podría detectar: la máquina va autoaprendiendo.

 

“La meta de esta creación es que el mecanismo maneje como un ser humano. El futuro nos alcanzó hace tiempo y este tipo de ideas van encaminadas a que en poco tiempo los automóviles se manejen solos; Google y BMW han creado mecanismo parecidos. Incluso en la Universidad de Michigan, Estados Unidos, se creó algo similar: los autos se comunican entre ellos. Ante un posible choque, lanzan una alerta a los dispositivos conectados”.

 

El especialista comenta que el desarrollo de estos prototipos cambia significativamente la industria automotriz en materia de seguridad. “Al contar con un piloto automático se disminuyen riesgos y se podrán salvar muchas vidas; en ese sentido se reducirían costos en material por accidentes automovilísticos.

 

“Todavía falta adaptarlo a la realidad y al contexto mexicano, pero son ligeras adaptaciones, el trabajo primordial ya está hecho. Esperemos que en próximos años ya circule por nuestras calles y se comercialice a precios accesibles, de nada sirve tener un vehículo seguro y con todas estas características si la gente no puede pagarlo”, concluye.